Europa ha sufrido mucho a raíz de la crisis financiera pero la situación empieza a cambiar. Para Ben Ritchie, gestor del equipo de Renta Variable de Reino Unido y Europa de Aberdeen AM, por primera vez en los últimos seis o siete años, el panorama es positivo, con un crecimiento económico sostenible de en torno al 2%.
Desde hace tiempo, el gestor estaba positivo en el activo, convencido de que en Europa “hay grandes negocios”; sin embargo, en 2013 todavía había razones para ser cautos, como las políticas monetaria y fiscal, una regulación bancaria que llevaba a los bancos a fortalecer su capital y un euro «demasiado fuerte».
A principios de 2015 el panorama ha cambiado: sigue habiendo grandes compañías pero los factores que antes llevaban a la cautela ahora apuntan al optimismo. “Esos cuatro factores se mueven ahora en otra dirección, lo que favorece la inversión en Europa”. Así, el QE lanzado por el Banco Central Europeo, el cambio en política fiscal, el mayor saneamiento de los bancos en cuanto a su nivel y calidad de capital y la debilidad del euro frente al dólar “suponen el mayor respaldo para la economía del Viejo Continente desde la crisis financiera”, aseguró, en el marco de la celebración por parte de la gestora escocesa del tradicional Burns Supper en Madrid.
A todo esto el gestor añade que, por motivos históricos o culturales, las compañías europeas tienen una mayor sensibilidad a las demandas en el mundo emergente, como Asia o Latinoamérica, y que debido a la diversificación geográfica de sus ingresos (un tercio en Europa, otro tercio en Norteamérica y otro tercio en el resto del mundo, en Asia o LatAm) pueden ganar dinero en cualquier escenario económico.
Y eso, sin contar la fortaleza de sus balances, que hace a las firmas más resistentes pero también les permite utilizar sus liquidez para gastar (y realizar inversiones o adquisiciones), para pagar dividendos o realizar recompras de acciones.
Más factores positivos
“La rentabilidad por dividendo es del 4%, mayor que la de los bonos”, dice, y además en términos reales y con diversificación. Las valoraciones también acompañan: la bolsa europea está mejor valorada que su homóloga japonesa o estadounidense, dice el gestor.
Y los beneficios repuntarán, aupados por el bajo euro, pues el 70% de los ingresos de las multinacionales europeas vienen de fuera. Así, prevé beneficios de doble dígito, de entre el 10% y el 11%, y que podrían sorprender positivamente.
“Es el mejor momento para invertir en Europa de los últimos seis años”, apostilla el gestor.