Una razón fundamental del entusiasmo de los inversores por la IA radica en la realidad económica y demográfica. Los dos principales motores del crecimiento del producto interior bruto (PIB) son el aumento de la población y el incremento de la productividad. El mundo envejece y necesita nuevas palancas de crecimiento. Esto es especialmente así para los países avanzados con economías orientadas a los servicios. En EE. UU., por ejemplo, se espera que el crecimiento de la población se ralentice del 0,6% anual al 0,2% en las próximas tres décadas, y la productividad ha permanecido estancada por debajo de su media a largo plazo desde la crisis financiera mundial. El resultado es que tanto la economía estadounidense como la mundial necesitan un catalizador para mantener el crecimiento del PIB ―y la riqueza nacional― a un nivel suficiente para hacer frente a las obligaciones de la sociedad.
La IA entra en escena. De forma similar a lo que ha hecho la automatización por la industria manufacturera en las últimas décadas, la IA está llamada a impulsar la productividad en el sector servicios. En lugar de considerar la disrupción provocada por la IA como una asesina de empleos ―un relato que acompaña a muchas innovaciones tecnológicas―, es más práctico verla como el tipo de potenciador de la productividad que crea más puestos de valor añadido. Los salarios más altos que exigen estos puestos contribuyen de forma fundamental al crecimiento de una economía.
A diferencia de otros avances tecnológicos recientes, la IA tiene el potencial de repercutir en todas las facetas de una empresa, desde las tareas principales (front office) hasta las administrativas (back office), e incluso el desarrollo de productos. Su alcance se dejará sentir en todos los sectores y se extenderá a la administración pública. La IA ya se está desplegando para mejorar la interfaz de funciones de atención al cliente históricamente difíciles. En el futuro, se espera que la IA aproveche grandes conjuntos de datos e información específica de los clientes para evaluar rápidamente cualquier problema y presentar soluciones viables. Estos avances podrían suponer un beneficio tanto para el cliente como para la empresa, lo que podría convertir un punto de contacto de los peores en una ventaja competitiva al anticipar y resolver rápidamente los problemas.
Además de abordar la retención de clientes, los modelos de IA pueden tener como objetivo aumentar los ingresos tratando de identificar nuevos clientes y expandiéndose a nuevos mercados. Un elemento central del actual modelo de negocio de búsqueda en Internet es la publicidad basada en algoritmos. En nuestra opinión, la IA tiene el potencial de impulsarlo. La capacidad de los modelos de IA para segmentar y perfilar más eficazmente a los clientes debería producir mejoras en la publicidad dirigida y personalizada. Esto a su vez debería aumentar las tasas de conversión y reducir los costes de adquisición.
Creemos que las funciones de middle y back-office presentan una gran oportunidad para que la IA aproveche al máximo la eficiencia en las organizaciones. Muchas de estas funciones son muy complejas y los errores pueden tener importantes repercusiones financieras o normativas. Otras tareas son rutinarias y podrían ser ejecutadas de forma más rápida y eficaz por un robot. Entre las funciones preparadas para ser mejoradas por la IA se incluyen la contabilidad, el cumplimiento legal y normativo y la codificación, un proceso especialmente importante para las empresas que dependen en gran medida del software.
Aunque oculta a la mayoría de los empleados y clientes, la ubicuidad del software diseñado para llevar a cabo una serie de funciones puede beneficiar enormemente a las organizaciones, pero también exponerlas a riesgos, un fenómeno que a menudo se pone de manifiesto en percances de gran repercusión. La IA no solo puede encargarse de los aspectos más mundanos de la escritura de código, sino también de probar, evaluar y depurar los problemas considerablemente más rápido que los humanos, lo que limita los riesgos que plantean los errores y reduce los costes asociados.
En todos los sectores, la IA se está utilizando para probar y perfeccionar los productos existentes, así como para identificar otros nuevos. Sin embargo, quizá ningún otro sector sienta más el impacto de la IA en lo que respecta al descubrimiento de productos que el sector salud.
Identificar nuevos compuestos farmacológicos y terapias para tratar enfermedades específicas es enormemente complejo. Y el descubrimiento es solo el primer paso de un proceso de ensayo muy regimentado que también implica pruebas de eficacia y seguridad. La IA tiene el potencial de establecer conexiones entre las enfermedades, las causas subyacentes y los tratamientos potenciales mucho más allá de lo que pueden hacer los seres humanos altamente cualificados.
Además del desarrollo y las pruebas de fármacos, la IA puede utilizarse para personalizar y supervisar los planes de tratamiento. Estas eficiencias deberían tener un impacto económico y social material al aumentar las tasas de éxito de los ensayos clínicos, reducir los costes y el tiempo de comercialización y, lo que es más importante, mejorar los resultados de los pacientes.
Pero no solo las empresas y las funciones empresariales se beneficiarán de las eficiencias de la IA; también se agilizarán muchas tareas cotidianas de los consumidores.
Las funciones de búsqueda en Internet habilitadas por la IA que están aumentando las tasas de conversión para los anunciantes también mejorarán la experiencia de los consumidores al realizar búsquedas, limitando las situaciones complicadas que suelen acompañar al proceso. Tras una serie de altibajos, los consumidores están integrando cada vez más los dispositivos y funciones asistidos por voz en sus rutinas diarias, lo que les permite realizar varias tareas a la vez y responder a consultas rápidas. Los dispositivos de voz son solo un aspecto de la adopción más generalizada de la asistencia a la productividad, que puede combinar la agenda de una persona con conjuntos de datos más amplios y optimizar su lista de «cosas por hacer». Creemos que esta funcionalidad no hará sino aumentar a medida que siga creciendo la huella de datos de nuestras vidas.
Aunque las eficiencias logradas por la IA repercutirán en toda la economía mundial, conseguir una exposición óptima de las inversiones a este poderoso tema no es sencillo. Dadas las múltiples formas en que las empresas pueden aprovechar la IA, la gama de resultados operativos ―y, en última instancia, de inversión― para una organización individual se ha ampliado. Algunas empresas tendrán estrategias de IA muy eficaces, mientras que otras las ejecutarán mal o desviarán sus prioridades, disminuyendo los posibles beneficios de lo que podría ser una fuerte inversión.
Aunque el tiempo dirá qué empresas acertaron, mientras tanto, los inversores afrontan un entorno en el que las valoraciones pueden parecer altas para las empresas, con precisión o no, asociadas con el tema de la IA. Aunque creemos que el potencial de un atractivo crecimiento compuesto de los beneficios justifica muchas de estas valoraciones, otras empresas se equivocarán y acabarán en el lado equivocado de la división de la IA.
Tribuna del gestor de carteras Denny Fish y el estratega de inversiones Michael McNurney, de Janus Henderson Investors.
Información importante
Los sectores de salud están sujetos a legislación estatal y a tasas de reembolso, así como a la aprobación de productos y servicios por el Estado, lo cual podría incidir sensiblemente en sus precios y disponibilidad; además, pueden verse notablemente afectados por una obsolescencia acelerada y vencimientos de patentes.
Los sectores tecnológicos pueden verse muy afectados por la obsolescencia de la tecnología existente, los ciclos cortos de productos, la caída de los precios y beneficios, la competencia de nuevos participantes del mercado y las condiciones económicas en general. Una inversión concentrada en un único sector podría ser más volátil que la rentabilidad de inversiones menos concentradas y del conjunto del mercado.
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