Dentro de poco menos de un mes México tendrá un nuevo presidente, o mejor dicho una presidenta, ya que Claudia Sheinbaum se convertirá en la primera mujer en dirigir los destinos de este país; ante el cambio inminente la calificadora Fitch Ratings señala los aspectos que vigilará y evaluará los meses siguientes para determinar el rumbo que siga la calificación crediticia de México.
Como sucede cada 6 años en México, y como sucede en casi todos los países del mundo cuando hay una transición de gobierno, existen muchas expectativas sobre lo que pasará con la naciente administración, aunque debido a que la presidenta proviene del partido en el poder, no se espera un cambio brusco de timón.
Sin embargo, Fitch Rating señala que las estrategias fiscales y los cambios propuestos al marco de políticas y gobernanza del país, serán cruciales para los impulsores clave de la calificación soberana de México (BBB-/Estable) bajo la administración entrante de Claudia Sheinbaum.
«El déficit fiscal de México aumentará sustancialmente este año, lo que hará de la consolidación un desafío clave», advierte Fitch,
La presidenta electa ha indicado que dará prioridad a la reducción del déficit de manera consistente con la estabilización de la trayectoria deuda/PIB en los próximos años, pero el apetito político por reformas que aumenten los ingresos no está claro.
Fitch Ratings advierte que los ahorros fiscales provenientes de partidas de gasto transitorio serán insuficientes para volver a alinear el déficit con los promedios históricos. El presupuesto para 2025 que se publicará a mediados de noviembre debería ayudar a aclarar los objetivos fiscales de la nueva administración.
En este sentido, la calificadora de valores hace una advertencia sobre Pemex, la atribulada empresa petrolera del país, cuya abultada carga fiscal hace creer a Fitch que la administración de Sheinbaum seguirá comprometida a apoyar financieramente a la compañía, sin garantizar su deuda.
El riesgo consiste en que algunos de los indicadores clave de México sigan deteriorándose, poniendo en riesgo el grado de inversión del país.
«Nuestras proyecciones de referencia prevén un aumento gradual de la deuda/PIB por encima del 51% (6 pp-7 pp por debajo de la mediana ‘BBB’ prevista) debido a mayores déficits primarios, altos costos de endeudamiento y un crecimiento moderado del PIB que promediará el 2% en 2024-2026. Las elecciones estadounidenses son una fuente de incertidumbre económica, mientras que la deslocalización cercana podría mejorar significativamente las perspectivas de crecimiento a mediano plazo», dice Fitch Ratings.
Riesgo con reformas
Para la calificadora de valores, México también enfrentaría serios riesgos con las reformas constitucionales propuestas por el actual presidente, quien todavía tendrá 30 días para impulsar dichos cambios, ya con un Congreso mayoritario toda vez que la nueva legislatura tomó posesión de sus cargos este 1 de septiembre, como lo prevé la ley.
«AMLO, de acuerdo con Sheinbaum, priorizará seis propuestas constitucionales antes de dejar el cargo, incluida la reforma judicial. Creemos que las reformas propuestas afectarían negativamente el perfil institucional general de México, pero la gravedad de su impacto podría volverse más clara una vez que se aprueben e implementen. Los débiles indicadores de gobernanza ya limitan la calificación soberana y sólo se compensan parcialmente con un historial de política macroeconómica prudente, creíble y consistente», dice Fitch.
Así, el tiempo sigue su curso y el cambio de poder en México sigue generando muchas expectaivas, a pesar de que se espera en el fondo una continuidad de la actual política económica.