El QE lanzado por el BCE hace unas semanas beneficiará, en principio, a numerosos activos: a la deuda, porque impulsará a la baja las rentabilidades ante la mayor demanda, y a las bolsas, por su impacto positivo en el consumo y en los beneficios de las compañías, además del beneficio que supone un euro más bajo para las exportadoras. Pero, más allá de los activos financieros, la medida podría también dejarse sentir en los activos no financieros, como el sector inmobiliario.
Así lo cree Alberto Spagnolo, director de inversiones de Julius Baer para Iberia, convencido de que habrá un efecto positivo principalmente para los activos de riesgo: “No sabemos si el QE podrá elevar la inflación pero sí dará impulso a los activos financieros y también a los no financieros, como el sector inmobiliario en Europa, y en general a los activos de riesgo”, aseguraba en una reciente presentación en Madrid.
También la consultora Cushman & Wakefieldn aseguraba en un reciente informe que si el programa tiene éxito generará un crecimiento de la demanda en el sector inmobiliario del continente; una caída de las rentabilidades mayor de la esperada y provocará niveles récord en inversión durante este año. De acuerdo a la previsión de C&W, sin la implementación del programa de compra de deuda, los mercados europeos hubieran podido esperar un aumento de entre un 5% y un 10% en los volúmenes de inversión, junto a una caída de entre 20 y 30 puntos básicos (pb) en los rendimientos. Ahora con la intervención de Draghi, el “éxito” del programa bajará los costes del endeudamiento, y llevará a un mayor crecimiento que se concretiza en un pronóstico de un aumento del 20% en el volumen de inversión de bienes inmuebles, según sus estimaciones.
La consultora también estima que bajo este supuesto los inversores podrán encontrar stock inmobiliario derivado de ventas de activos por parte de los bancos fruto del desapalancamiento, de la venta de stock orientada a generar ganancias y de la optimización de espacios. Y espera además que se produzca una recuperación de la actividad de promoción inmobiliaria, “gracias a las mayores perspectivas de contratación de superficie, a la baja calidad del stock disponible en muchos casos y a la bajada de costes de construcción, entre otros factores”, según recoge Idealista.
Efectos limitados en España
Pero no todos están de acuerdo sobre su beneficioso efecto… al menos en todos los mercados ni sectores. En un recidente informe de S&P, la agencia descarta fuertes repuntes en el precio de la vivienda en España ante las medidas del BCE. Según S&P, en general la medida tendrá un efecto limitado para la vivienda en Europa dado que los tipos de interés en muchos de los países se encuentran en mínimos. No obstante, sí cree que esos bajos diferenciales junto con un euro débil y un descenso de los precios del petróleo podrían impulsar los precios en algunos mercados aunque no en España donde mantiene que el precio de la vivienda repuntará un 2% en 2016, sin cambios con respecto a estimaciones anteriores.
Además, defiende que las medidas beneficiarán menos que el plan del Banco de Inglaterra en Reino Unido: allí existe una escasez de oferta de viviendas, al tiempo que las hipotecas tienen un tipo de interés variable que se ajusta en función de las variaciones del tipo base. Todo ello ha atraído, en su opinión, a más compradores interesados mientras que en la eurozona tipos de interés se encuentra en sus mínimos históricos.