La emisión de bonos corporativos ESG europeos se disparó hasta los 93.000 millones de euros en el primer semestre de 2024, según Scope Ratings, siguiendo el ritmo de actividad general del mercado y estabilizándose en torno al 25% del volumen total de bonos. Eugenio Piliego y Anne Grammatico, de ratings corporativos de Scope Ratings, esperan que la emisión de bonos ESG para todo el año crezca un 40% en términos interanuales.
“Nuestras mayores expectativas de emisión tienen en cuenta el aumento interanual del 30% en el primer semestre de 2024 y los volúmenes más débiles del segundo semestre de 2023. Nuestras previsiones se ven respaldadas por el mayor nivel de inversión necesario en el contexto de la transición energética y la recuperación de las emisiones del sector inmobiliario”, añaden desde Scope.
Gráfico 2: Bonos ESG (miles de millones de euros) por sector empresarial: 1S 2024 vs 1S 2023
En las conversaciones mantenidas por parte de Scope Ratings con varios emisores de su universo de cobertura sobre la preferencia por los bonos ESG frente a los bonos estándar, el mensaje común es que el factor clave es la reputación. Es decir, ganar credibilidad con sus esfuerzos ESG en lugar de buscar mejores rendimientos (greeniums), ya que estos últimos no son la variable más importante.
Cuando se les preguntó por su preferencia por los bonos verdes en comparación con otros tipos de bonos ESG, los emisores desvelaron, según Scope Ratings, que respondía a que los inversores consideran a los bonos verdes más creíbles. La eléctrica francesa EDF afirmó que su marco de bonos verdes “se considera una herramienta de trabajo sólida que ofrece transparencia al mercado”.
Iberdrola, por su parte, asegura a Scope Ratings que el enfoque del uso de los ingresos les funciona muy bien porque tienen activos elegibles para ser financiados directamente; la asignación directa y la verificación externa ofrecen total garantía y transparencia; y el impacto directo sobre la sostenibilidad se mide, se verifica externamente y se informa.
La eléctrica española añade, según Scope, que los bonos verdes ofrecen a los inversores un impacto de rentabilidad más preciso sobre sus inversiones. Pero en caso de que los indicadores clave de rendimiento (KPI, por sus siglas en inglés) relacionados con la sostenibilidad no rindan como se espera, el «mecanismo de aumento» que subyace en los bonos ligados a la sostenibilidad (SLB, por sus siglas en inglés) constituye un incentivo muy controvertido, según Scope Ratings, que permite a los inversores obtener un rendimiento adicional.
La mayoría de los emisores de bonos ESG son empresas con grandes carteras de activos tangibles. Como tales, sus perspectivas sobre los bonos verdes pueden no aplicarse necesariamente a las empresas en transición o que operan en otros sectores, que tienen modelos de negocio con pocos activos.
Los bonos verdes de empresas europeas aumentaron un 60% en el primer semestre de 2024, según el análisis de Scope Ratings. Este incremento se deriva del despegue de las emisiones de las empresas de servicios públicos -40.000 millones de euros en bonos ESG; un total de 13.000 millones de euros más que en el mismo periodo del año anterior- y las inmobiliarias -11.000 millones de euros, es decir, 7.000 millones más-, que han recurrido en gran medida a los bonos verdes. En total, estos sectores representaron alrededor del 55% de la actividad total de bonos corporativos ESG en el primer semestre de 2024.
“Los bonos verdes también son el instrumento preferido en Norteamérica y Asia, aunque con sólo un 5% de la emisión total de bonos; ambas regiones siguen estando muy por detrás de Europa. Los volúmenes de SLB descendieron un 45% en el primer semestre. Este descenso no estuvo relacionado con el sector, sino con la percepción de un mayor riesgo de “greenwashing”, concluyen en Scope Ratings.