La Fed prepara su nuevo simposio de Jackson Hole con el mercado esperando, y casi que exigiendo, el recorte de tasas. Hace ya 14 meses que los tipos están estacionados a pesar de la bajada de la inflación.
La autoridad monetaria comenzará el próximo jueves 22 de agosto el encuentro anual de política monetaria titulado Reassessing the Effectiveness and Transmission of Monetary Policy (Reevaluar la eficacia y la transmisión de la política monetaria).
Con los datos de inflación tendiendo a la baja, el empleo con buenas cifras y las compras minoristas sin datos alarmantes, los expertos presionan para que el banco central baje las tasas de interés y además comience una baja de tipos de aquí a fin de año.
Por ejemplo, un informe de AIS Financial Group resumió que la semana pasada el S&P 500 subió 3,9% y recuperó los niveles de finales de julio previo a la caída de los primeros días de agosto. A su vez, acumula un alza de 16,45% YTD. En este sentido AIS dice que “el consenso de mercado pone un precio objetivo promedio de 5.460” del S&P 500 para fines de 2024.
Además, el mercado subió explicado por los sectores de Tecnología (7,5%), Consumo Discrecional (5,2%) y Financiero (3,2%). En este contexto, “se espera que la Fed comience con los recortes en septiembre con 4 recortes en el año. Los datos publicados la semana pasada y la reacción del mercado confirman que el mercado tiene ahora como principal driver la recesión en lugar de la inflación”, asegura AIS.
De esta forma, recomiendan “ser prudentes buscando sectores defensivos, de calidad con balances sólidos para enfrentar este contexto” y destacan sectores como bancos, energía, salud, consumo defensivo e industrial.
Por otro lado, el informe de KKR firmado por Henry H. McVey, Head of Global Macro, Dave McNellis, Co-Head of Global Macro & Asset Allocation y Ezra Max, Associate, U.S. Macro asegura que la Reserva Federal “recortará, pero no con abandono”.
Los expertos coinciden con la previsión del mercado de cuatro o cinco recortes en los próximos tres meses, “lo que implica al menos un recorte de 50 puntos básicos, es demasiado pesimista para un mundo en el que el PIB se acerca al 3% y la inflación se mantiene por encima del objetivo”.
Además, aseguran que no han cambiado las previsiones de precios al consumo, ni en las perspectivas de la Fed de tres recortes este año y seis recortes en 2025.
“En cuanto a la política de tipos, esperamos que la Fed recorte una vez en cada reunión de aquí a mediados de 2025, antes de alcanzar un tipo neutral bajo del tres por ciento”, dice el informe de KKR.
McVey, McNellis y Max advirtieron que la vuelta del doble mandato de la Reserva Federal, los datos de crecimiento -incluidos los datos de ventas minoristas y solicitudes de reembolso del jueves- se están convirtiendo en el factor más importante para el ritmo de relajación de la Fed y esto podría cambiar las opiniones.
“Nuestra hipótesis de base es un aterrizaje turbulento y suave, pero un fuerte retroceso del PIB nos llevaría a esperar una senda más agresiva de recortes de la Fed. Así pues, los riesgos siguen siendo a la baja para los tipos y los rendimientos, y nuestro mensaje es que ahora no es el momento de apostar fuerte por que los tipos flotantes se mantengan en los elevados niveles actuales”, explicaron.
David Kelly, Chief Global Strategist de J.P. Morgan Asset Management, por su parte, expresó que el presidente de la Fed, Jerome Powell, podrá mostrarse satisfecho de los avances de su gestión si se comparan las cifras macroeconómicas desde que asumió en plena pandemia del COVID-19 hasta ahora.
Sin embargo, esa “cierta satisfacción”, los inversores se centrarán en que las acciones estarán determinadas, en cierta medida, por la forma en que la Fed evalúe el impacto de la política monetaria en la economía.
La opinión del presidente Powell, expresada en muchas conferencias de prensa, es que la política monetaria es poderosa, pero que actúa sobre la economía con retardos largos y variables. Sin embargo, aunque esto parece coincidir con la observación empírica, no está claro, en un mundo de información instantánea, por qué es o debería ser así, agregó Kelly.
Con respecto al camino más probable de la Fed, el experto separa las previsiones pre y post 4 de agosto.
En junio la Fed preveía un recorte de sólo 25 puntos básicos para finales de 2024 y una nueva reducción del 1% para finales de 2025. Sin embargo, el 4 de agosto, tras un ligero aumento de las solicitudes de subsidio de desempleo y un débil informe de empleo de julio, el mercado preveía con creces un recorte del 1% para finales de 2024 y recortes superiores al 2% para finales de 2025.
“Una de las razones de este brusco giro en las expectativas es probablemente el reconocimiento de que si la Fed empezara a recortar agresivamente, probablemente seguiría haciéndolo. Si, por ejemplo, la Fed recortara 50 puntos básicos en su reunión de septiembre, la economía sería probablemente más débil, no más fuerte, en el momento de la reunión de noviembre, lo que presionaría a la Reserva Federal a instituir nuevos recortes de 50 puntos básicos. Este es un camino que la Fed claramente querría evitar, prefiriendo normalizar los tipos lentamente en una economía que estaba manteniendo un crecimiento estable, incluso mientras la inflación se alejaba de su objetivo del 2%”, comentó.
La Reserva Federal tendrá en cuenta los datos y acontecimientos de esta semana. Sin embargo, parece probable que, en su discurso del viernes, Powell intente reforzar la idea de que la relajación monetaria debe ser, y será, gradual, sentando las bases para un recorte de tipos de 25 puntos básicos en septiembre, con el potencial de sólo entre 25 y 50 puntos básicos en recortes adicionales antes de fin de año, estima Kelly.
Según el experto, esto debería considerarse una buena noticia para los inversores. Aunque la política monetaria activa puede ser bastante eficaz en momentos de tensión financiera, como para estabilizar los mercados financieros en la Gran Crisis Financiera, ha demostrado ser muy ineficaz para estimular una economía lenta o enfriar una economía caliente. Afortunadamente, fuera de tiempos de crisis, la economía parece conservar la capacidad de curarse a sí misma -como ha hecho en gran medida en los últimos años- y esto debería apoyar una nueva subida de las cotizaciones bursátiles y una lenta deriva a la baja de los tipos de interés a largo plazo, concluye Kelly.