Hay tres tipos de osos en los volátiles mercados bursátiles y, al menos para un grupo de inversores, el nerviosismo ha traído algún beneficio. En lo que va de año, los participantes del mercado han estado valorando un escenario de “Ricitos de oro” (Goldilocks, en inglés) con una inflación contenida y un crecimiento económico positivo. Sin embargo, la reciente volatilidad ha puesto en duda la probabilidad de un aterrizaje suave. En nuestra opinión, el comportamiento de los mercados está siendo impulsado por tres grandes grupos de inversores, a los que llamaremos “los tres osos”. ¿Quiénes se han beneficiado de las correcciones?
El primer grupo es el de los fondos de cobertura macro (hedge funds), que se están viendo afectados por la liquidación de las operaciones de carry trade con yenes. El reciente cambio en la política del Banco de Japón y las expectativas de recortes de tipos de la Reserva Federal han socavado las expectativas del diferencial de tipos entre EE.UU. y Japón, lo que ha llevado a recortar posiciones en una serie de carry trades. El impacto de estas operaciones debería desaparecer muy pronto.
El segundo grupo de “osos” representa a los seguidores de tendencias y a los traders sistemáticos. Este grupo ha ejecutado su primera oleada de operaciones, que es esencialmente una reacción al aumento de la volatilidad. Esta primera oleada suele ser muy rápida y está muy correlacionada entre las estrategias sistemáticas. En estos momentos, es probable que nos encontremos en la segunda fase, en la que las señales empiezan a variar, apuntando a un cambio de tendencia y a una menor correlación entre estrategias. Nuestro análisis sugiere que este grupo de inversores aún no está fuera de peligro.
El tercer “oso” es el inversor fundamental. Los inversores de este grupo (y nos incluimos aquí) tienden a adoptar un enfoque más a medio plazo. Su atención se centra en evaluar si el riesgo de recesión está adecuadamente descontado en los mercados.
Ahora que los mercados prevén entre cinco y seis recortes de tipos de 25 puntos básicos por parte de la Reserva Federal de aquí a finales de año, creemos que la valoración de los mercados ya empieza a parecer un poco exagerada. Mientras los mercados de renta fija privada (en particular la emisión de créditos) y los mercados laborales se mantengan, concluiríamos que, aunque las valoraciones no son lo suficientemente baratas como para justificar la compra de activos con independencia del resultado cíclico económico, esta reciente corrección elimina parte de la euforia de los mercados y mejora las perspectivas de rentabilidad de cara al otoño.