Mañana de caídas históricas en la apertura de las principales bolsas del mundo. Tokio se dejaba un 12%, el Ibex un 2,8%, París un 2,7% y Fránfort un 3%. A esto se suma que el S&P 500 estadounidense registró el viernes su primera racha de tres semanas de caídas consecutivas desde mediados de abril. Según los expertos, dos han sido los desencadenantes de este seísmo: las dudas sobre la resistencia de la economía norteamericana y la decisión del BoJ de subir los tipos en su reunión de la semana pasada.
En primer lugar, los temores acerca de la economía de Estados Unidos desataron una ola de ventas en Estados Unidos que contagiaron al resto de mercados cotizados. “Las ventas fueron incluso más pronunciadas en el caso del tecnológico Nasdaq (-3,3%), ya en territorio de corrección al caer un -10% por debajo de su máximo histórico, y en Europa, con retrocesos cercanos al -4,5% en los principales índices”, indican los analistas de Banca March.
Otros “síntomas” que hemos visto en el mercado estos días ha sido un desplome de los activos de riesgo y, en cambio, las divisas refugio disparadas, encabezadas de nuevo por un espectacular comportamiento del yen japonés, que subió un 5% frente al dólar en una sola semana después de que el Banco de Japón subiera los tipos y se siguieran deshaciendo las posiciones de carry. “Las monedas de los mercados emergentes volvieron a registrar una pésima semana, a excepción de las asiáticas, que se están beneficiando de la fortaleza del yen y el yuan conforme se van retirando las apuestas bajistas contra esas divisas”, matizan desde Ebury.
La Fed y el empleo
Manuel Pinto, analista de mercados, apunta que los datos publicados la semana pasada en Estados Unidos, con las peticiones por subsidio por desempleo en máximos de casi un año, la tasa de desempleo subiendo un 0,50% desde sus mínimos y la producción industrial entrando en contradicción, han llevado a los inversores a pensar que la Fed podría haber esperado mucho para recortar los tipos y que ahora la economía se podría enfrentar a un “aterrizaje forzoso”, que supone un proceso de desaceleración o recesión después de un periodo de rápido crecimiento.
“La volatilidad se ha disparado a medida que crecen las preocupaciones sobre la economía estadounidense y algunas de las principales empresas tecnológicas no logran cumplir con las expectativas. Gran parte de la fortaleza que ha mostrado el mercado durante este año se ha apoyado en la confianza de un aterrizaje suave, donde los bancos centrales serían capaces de estabilizar la inflación sin llevar a la economía a una fuerte contracción”, explica Pinto.
Y añade: “En estos momentos el mercado descuenta en un 78% de probabilidad un recorte de 50 puntos básicos en los tipos de interés por parte de la Fed en septiembre. Algo que podría ocurrir dos veces en lo que queda de año. Incluso están aumentando sus apuestas sobre un recorte de los tipos de interés de la Fed entre reuniones, algo extremadamente raro, y que en los últimos años sólo ha ocurrido como emergencia en el COVID, algo que de momento descartamos”.
Desde Banca March añaden otro matiz para comprender lo que está ocurriendo: “Detrás de las caídas, destacamos unos resultados ambivalentes de las grandes tecnológicas y unos datos de creación de empleo y paro en EE.UU., que sube por cuarto mes consecutivo, alimentando la preocupación por el enfriamiento de la economía. Ante esta situación, los mercados de futuros otorgan ahora una probabilidad del 100% a que el precio oficial del dinero sea recortado por la Fed en 50 p.b. y no en 25, en su próxima reunión de septiembre.”
Sin embargo, los expertos de la entidad financiera se muestran cautos y consideran que este giro acelerado de las expectativas del mercado parece prematuro. “Desde nuestro punto de vista, posicionarse para una recesión inmediata sería precipitado. En una semana en la cual comienza la temporada estival y los volúmenes se reducirán, probablemente asistiremos a una mayor volatilidad sobre todo en la primera parte de la semana pero que poco a poco debería ir estabilizándose dado que los datos macroeconómicos en su conjunto no reflejan un deterioro tan acusado del crecimiento. Como ejemplo, el propio modelo en tiempo real de la Fed de Atlanta señaló la semana pasada un crecimiento del PIB para este tercer trimestre del 2,5%”, argumentan los analistas de Banca March.
El efecto del BoJ
En segundo lugar, los expertos explican que la volatilidad ha estado empujada por la decisión del Banco de Japón (BoJ) de subir los tipos. “La evolución a contracorriente del Banco de Japón llevó a caídas semanales de hasta el 6% en el caso del Topix y del 4,7% para el Nikkei. El retroceso hoy lunes se ve al cierre acrecentado con batacazos del -12,7% para el Topix y 12,9% para el Nikkei, no vistos en una sesión desde 1987 y que llegan tras alcanzar máximos históricos recientes. A nivel sectorial, los bancos han cerrado con caídas del 17%, desplome hasta ahora nunca visto en una sola sesión. Las caídas se vinculan a la rápida apreciación del yen, 12% desde los mínimos vistos el pasado mes, tras anunciar la autoridad monetaria nipona nuevas subidas de tipos que no casan bien con una bolsa local eminentemente exportadora”, explican desde Banca March.
Por su parte Pinto añade: “Durante años, los inversores, no sólo de Japón, sino a nivel mundial, han pedido crédito en yenes aprovechando tasas negativas o tasas al 0%, invirtiéndolo en diferentes activos y monedas. El incremento del yen supone un incremento del coste y de la divisa, lo cual perjudica de manera significativa estas estrategias denominadas como carry trade, que obliga a deshacer posiciones. Además, el Banco de Japón es uno de los mayores actores del mercado, y reducir sus compras tiene efectos importantes”.
¿“Lunes negro” a corrección saludable?
Según Pinto, este evento de mercado es una “corrección saludable”, que permitirá entrar en el mercado a precios significativamente inferiores a los que estábamos acostumbrados hace apenas unos días. “Los resultados corporativos siguen mostrando crecimiento y, si bien la expectativa de la inteligencia artificial se ha reducido, confiamos en que el resto de los sectores de la economía consigan equilibrar esas dudas. Las altas valoraciones actuales, aun siendo altas no nos parece un problema tan grande”, matiza el analista.
En opinión de Andrew Jackson, director de Renta Fija de Vontobel, el hecho es que los mercados siguen estando en general en máximos o cerca de ellos, por lo que la gravedad de la corrección sigue sin estar clara. “Los bonos corporativos siguen estando bien aislados de la sacudida del mercado, por lo que es probable que las posibles salidas, que podrían ser un catalizador de nuevos descensos en unos mercados ya de por sí estresados, sean moderadas, e incluso vemos la posibilidad de que se produzcan entradas”, concluye.