Cada vez son más las empresas españolas que demuestran tener un firme compromiso con la responsabilidad social corporativa (RSC) y empresarial (RSE). De hecho, según un estudio presentado por Fundación Seres, en colaboración con Deloitte, las compañías invirtieron más de 1.015 millones de euros en proyectos sociales en 2022. Este apoyo financiero ha permitido la implementación de numerosas iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida de las personas y promover el desarrollo sostenible en diversas áreas.
Asimismo, el 65% de las empresas han implementado programas de voluntariado corporativo, enfocados especialmente en promover prácticas medioambientales y sostenibles, y fomentar la inclusión social y laboral. Así lo desprende un informe del Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco.
Pero no solo las empresas están concienciadas con la importancia de contribuir en la mejora de la sociedad, sino que también las personas que forman parte de ellas. En este contexto, según el mismo estudio de la Fundación Seres y Deloitte, una de cada cuatro empresas cuenta con más del 30% de sus empleados involucrados en actividades de responsabilidad social empresarial (RSE).
“La inversión en proyectos sociales y la implicación de los empleados en actividades de RSC y RSE son indicadores claros de una empresa comprometida con el bienestar social”, señala Lucía Medina de la Fundación Nantik Lum. “Este tipo de iniciativas no solo tienen un impacto directo en la mejora de la calidad de vida de las personas, sino que también fortalecen el tejido empresarial y contribuyen a la creación de una comunidad más justa y equitativa”, sigue.
La importancia de reforzar el compromiso social de las empresas
En un mundo cada vez más globalizado e interconectado, las empresas se están convirtiendo en agentes de cambio positivo. Por ello, desde la Fundación Nantik Lum, dedicada a apoyar a las personas más vulnerables, destacan la importancia de fortalecer el compromiso social por parte de las empresas y otras organizaciones.
- Bienestar social y económico: las empresas pueden mejorar el bienestar socioeconómico mediante la creación de empleos dignos, la implementación de salarios justos, y el fomento de la igualdad de género y la inclusión. Además, pueden contribuir al desarrollo de proyectos como la construcción de escuelas, centros de salud, etc.
- Retención del talento: es fundamental contar con un equipo comprometido para fortalecer y consolidar una empresa. Los empleados valoran trabajar en entornos donde se sienten respetados y valorados, lo que mejora la retención de talento y atrae a profesionales potenciales.
- Compromiso medioambiental: las empresas deben comprometerse con prácticas responsables que fomenten la sostenibilidad ambiental como conservar los recursos naturales, reducir la contaminación y mitigar el impacto ambiental de sus operaciones. De esta manera, además de ser sostenibles, también inspiran a otras compañías a hacerlo.
- Fomento del voluntariado: al concienciar y fomentar el voluntariado entre la plantilla de trabajadores, las empresas pueden multiplicar el impacto positivo en la comunidad, fortaleciendo el tejido social y fomentando la solidaridad.
- Reputación de la marca: el compromiso social de una empresa no solo tiene un impacto positivo en la sociedad, sino también en la reputación y la confianza de la marca. Esto puede atraer y retener a clientes leales y destacar a la firma entre la competencia.
“Nosotros ofrecemos diferentes formas de participar en nuestros proyectos o incluso la posibilidad de cocrear el proyecto juntos. Cada empresa puede elegir la modalidad que mejor se adapte a su identidad, desde colaboraciones puntuales hasta alianzas estratégicas», indica Lucía Medina.
La Fundación Nantik Lum, con la colaboración de Iberdrola, cuenta con el Programa CREA Emplea, que promueve oportunidades de inserción sociolaboral, especialmente para mujeres en riesgo de exclusión social.
“La colaboración entre empresas privadas y entidades sociales, como nuestra alianza con la Fundación Nantik Lum, permite canalizar el dinero hacia proyectos de impacto social de manera eficaz, asegurando que la ayuda llegue a quienes la necesitan. Sin el apoyo financiero de las empresas y el esfuerzo de los profesionales sociales, la desigualdad y vulnerabilidad en nuestra sociedad serían mucho más acuciantes”, asegura Teresa Rodríguez Tembleque, responsable Acción Social y Formación e Investigación de Fundación Iberdrola.
Otras empresas como ING, AFI o Clifford Chance también colaboran con otros programas de la Fundación Nantik Lum.