Por su papel como principal socio comercial de Estados Unidos y su vecindad con la potencia global, México se ha perfilado actualmente como una economía estelar a la que hay que ponerle mucha atención. En un contexto en que el país tuvo elecciones para renovar la presidencia –en las que resultó ganadora de manera apabullante la candidata del partido oficialista, Claudia Sheinbaum–, desde Financière de l’Echiquier (LFDE) analizaron la volatilidad de los mercados mexicanos después del resultado electoral y ven que hay oportunidades para los inversores.
¿Por qué México está en el foco de los inversores? Para David Ross, CFA, gestor de renta variable internacional en la firma, existen numerosos argumentos que explican la relevancia de México en estos momentos, según delinearon en un reporte.
En primer lugar, el país es uno de los mayores productores mundiales de plata, cobre, oro, plomo, zinc, petróleo y gas natural. En su condición de socio comercial preferente de EE. UU., el país latinoamericano también es uno de los principales beneficiarios de la reorganización de las cadenas de suministro mundiales que están creándose en paralelo a las de China.
México es el décimo país más poblado del mundo, con más de 127 millones de habitantes, equivalentes a la suma de la población de Francia e Italia. Además, su PIB de 1,47 billones de dólares es superior al de España. Y como en el caso de Francia, Reino Unido o EE. UU., las elecciones celebradas recientemente han hecho correr ríos de tinta.
Morena, acrónimo con el que se le conoce al partido en el poder, así como su candidata, Sheinbaum, consiguieron una rotunda victoria en las elecciones presidenciales del 2 de junio. Para los inversionistas, resultó todavía más inquietante que el partido político obtuvo suficientes escaños en la cámara baja del Congreso para realizar cambios constitucionales por iniciativa propia y solo le faltaron dos escaños para obtener la mayoría de dos tercios, necesaria para hacer lo mismo en el Senado.
La posibilidad de emprender cambios de gran calado crea incertidumbre y los mercados detestan la incertidumbre.
Mercados actúan con prejuicios
Como si no hubiera demasiado nerviosismo, el presidente saliente, Andrés Manual López Obrador (AMLO), cuya popularidad se asienta sobre sus acciones de lucha contra la pobreza, no dejará sus funciones hasta el 1 de octubre. Esto es un mes después de la toma de posesión del nuevo Congreso y el nuevo Senado.
Lo anterior le proporciona a AMLO la posibilidad de realizar grandes cambios constitucionales sin preocuparse por las consecuencias, ya que otro gobierno las resentirá.
La suma de estos factores han creado una enorme volatilidad en los mercados tras las elecciones. El peso mexicano ha perdido 10% y la bolsa cayó con fuerza durante dos semanas, aunque el analista señala que los mercados suelen cometer el mismo error cuando se interesan por Latinoamérica.
Para los mercados, cualquier victoria de la izquierda se inscribe en la línea de Hugo Chávez en Venezuela, es decir, nacionalización de activos privados, hiperinflación e inversores desolados, destacan desde Financière de l’Echiquier. Sin embargo, por lo general la realidad es otra. Por ejemplo, aunque en 2002 la probabilidad de que Luiz Inácio «Lula» da Silva fuera elegido en Brasil creó pánico en los mercados, que cayeron 80% entre el máximo de 2000 y los comicios, en la práctica el mandatario gobernó de forma competente. En ese caso, invertir en el momento de su elección resultó ser una verdadera oportunidad.
El mismo pánico se apoderó de los mercados cuando Ollanta Humala ganó en Perú en 2011, pero, aquí también, el gobierno gestionó de forma competente, lo que también creó oportunidades, recalcan desde la firma financiera.
Incluso México es un ejemplo reciente con la victoria de AMLO en 2018: los mercados se replegaron con fuerza cuando salió elegido, obviando el trabajo que había realizado al frente de Ciudad de México, sobre todo en materia de responsabilidad fiscal. Pero ahí surgió también una oportunidad.
La próxima presidente de México, Claudia Sheinbaum, ha sido alcaldesa de la Ciudad de México, la mayor ciudad de América del Norte con más de 9,2 millones de habitantes, donde la opinión general califica su gestión como creíble. Sheinbaum es ingeniera y autora de más de 100 artículos y dos libros sobre la energía y el medio ambiente.
David Ross señala que, si bien la filosofía política de Sheinbaum no es liberal, su trayectoria indica que es una gestora sensata y competente. Además, los miembros de su gabinete designados hasta ahora son personalidades conocidas, lo que debería calmar las inquietudes de los inversores.
Con todo, Ross aconseja que, en lugar de ceder al miedo irracional suscitado por su victoria electoral, los inversores podrían aprovechar la volatilidad de los mercados como una gran oportunidad.