La inversión es un campo complejo que refleja todo tipo de realidades, tanto económicas como culturales. En este sentido, si se quiere analizar al inversor español, se debe ahondar en un panorama muy amplio en cuanto a matices, donde convergen factores históricos, culturales y económicos que moldean sus decisiones financieras.
Por esta razón, EFPA España ha llevado a cabo una encuesta entre los profesionales del asesoramiento financiero para conocer su opinión respecto a las principales diferencias entre el perfil del inversor español y el europeo, obteniendo así una visión más completa del panorama de la inversión.
Inversor conservador con aversión al riesgo
Más de cuatro de cada cinco profesionales (83%) señalan que un aspecto característico del inversor español es su aversión al riesgo y la búsqueda de estabilidad financiera. A lo largo de la historia, los españoles han mostrado una preferencia por inversiones seguras y estables, como cuentas y depósitos bancarios, según el 43% de los profesionales, y bienes inmuebles, según el 37%. De lejos le siguen los bonos de renta fija y los fondos de inversión, con un 9% cada uno.
Esta actitud cautelosa puede atribuirse en parte a la incertidumbre económica que ha marcado la historia de España, especialmente tras la crisis financiera de 2008, que para un 54% de los profesionales hizo que los ahorradores españoles se volvieran mucho más cautelosos con sus inversiones que los europeos. Los españoles prefieren la seguridad a largo plazo en lugar de optar por mayores rendimientos a corto plazo. Esta mentalidad no solo se refleja en la baja participación en el mercado de valores y en otros tipos de activos con mayor riesgo, sino también en el uso de plataformas de inversión online que, por lo general, son menos atractivas para los ahorradores españoles que para los europeos, aunque sí parecen crecer entre las generaciones jóvenes, según siete de cada 10 encuestados.
País con gran cultura de la propiedad de vivienda
En el contexto socioeconómico de España, la propiedad de una o más viviendas ocupa un lugar destacado entre las preferencias de los inversores. Esta cultura profundamente arraigada de la propiedad de vivienda se manifiesta en las decisiones de inversión, haciendo que muchos españoles consideren la compra de una vivienda como una inversión segura y preferible a otras opciones.
La preferencia por la propiedad inmobiliaria tiene importantes repercusiones en el comportamiento inversor de los españoles, ya que tienden a destinar una parte considerable de sus recursos financieros a la adquisición y mantenimiento de bienes inmuebles, ya sea para vivir en ellos o para alquilarlos. Esta inclinación cultural hacia la inversión en bienes raíces es vista por el 76% de los asesores financieros como una diferencia notable respecto a los inversores europeos en general, cuyas estrategias de inversión tienden a ser más diversificadas y menos enfocadas en el real estate.
Cultura e influencia familiar en las decisiones financieras
Además de esta cultura del inversor conservador, la influencia de la familia juega un rol importante en las decisiones financieras de los españoles. Así lo señala el 64% de los profesionales encuestados que consideran que, a menudo, las estrategias de inversión se determinan en consulta con la familia o el entorno personal. Esto puede explicar la relativa uniformidad en las carteras de inversión de los españoles, así como su preferencia por activos tradicionales y conservadores.
Aunque algunos inversores europeos también pueden experimentar esta influencia cultural, su impacto parece ser más notable entre españoles según los asesores financieros. De hecho, el 58% de ellos afirma que siguen prefiriendo activos conservadores desde la crisis de 2008, a pesar de las recomendaciones.
Confianza en el asesoramiento financiero
El último informe de cultura financiera de la Comisión Europea resaltaba el escepticismo sobre el asesoramiento financiero que se recibe tanto por parte de inversores españoles como europeos. A pesar de que según el 65% de los encuestados el ahorrador español es, por lo general, más desconfiado respecto a las recomendaciones que le ofrece un profesional que los europeos, sí se detecta un progresivo crecimiento de la confianza de los clientes españoles por este tipo de asesoramiento.
Como ya destacó la radiografía del asesoramiento financiero presentada por EFPA España este 2024, el inversor cada vez se deja aconsejar más, especialmente ante una situación económica como la que hemos vivido los últimos meses.
Entender al inversor español implica reconocer la interacción compleja entre el contexto cultural y económico que moldea sus decisiones financieras, así como estar atento a las tendencias emergentes que están dando forma al futuro del mercado en España. Aunque existen diferencias significativas entre el inversor español y sus contrapartes europeos en términos de preferencias y tolerancia al riesgo, para el 30% de los asesores es evidente un cambio gradual hacia el perfil europeo gracias a una mayor diversificación. Además, un 47% de ellos señala la necesidad de fomentar que el inversor español se acerque al perfil del europeo en pro de lograr una mejora de la distribución del ahorro.