David Macià, director de Inversiones de Creand Asset Management -sociedad gestora del grupo en Andorra- desde 2014, tiene claro que estamos ante «la década de la renta fija» aunque, por ahora, los mercados ya se van haciendo a la idea de que las bajadas de los tipos de interés agresivas que se preveían a principios de año serán difíciles de ver. Observa nuevos focos de atención ajenos a las políticas monetarias, como las elecciones en Francia o en Estados Unidos. Ve oportunidades en la renta fija de un perfil de mayor riesgo, pero también de Japón, según explica en esta entrevista con Funds Society.
Maciá se incorporó al grupo Creand en 2004 como gestor de renta variable de los mandatos de gestión discrecional y de los fondos de inversión especializados (renta variable americana, europea, japonesa y fondos temáticos), tarea que había desempeñado antes en Bankpyme y Morgan Stanley. Desde su puesto actual, coordina el posicionamiento del grupo a escala global, tanto a nivel de gestión de activos como en lo que a confección de la opinión en mercados financieros se refiere.
¿Los tipos de interés serán el foco más relevante para los mercados o habrá otros puntos de atención?
Los bancos centrales han telegrafiado bastante bien lo que van a hacer a nivel de tipos de interés, y los mercados por fin se están haciendo a la idea que difícilmente habrán bajadas de tipos agresivas, y que las que hayan dependerán de cómo evolucione macro e inflación. Sin duda se abrirán nuevos focos de atención, como lo son ahora las elecciones francesas, o las americanas, que con el desastroso debate de Joe Biden, lo irán siendo cada vez más, por poner dos ejemplos. Los índices bursátiles han subido movidos por unos pocos sectores, que deberán confirmar con resultados las narrativas que los han impulsado. La inteligencia artificial es una de esas narrativas, y habrá que ver cómo evoluciona y si cumple expectativas.
Respecto a la renta fija, ¿va a ser su año?
En realidad, no va a ser el año de la renta fija, va a ser la década de la renta fija. Porque el carry se va a mostrar imprescindible. Sin embargo, vemos riesgos y oportunidades. El riesgo de la renta fija es una ampliación de los spreads, porque se consuma una situación de riesgo superior a lo previsto. Pero esta vez, la renta fija lo debería hacer mucho mejor. Si hay una recesión la duración ayuda, y si se amplían los spreads de crédito, hay un carry -los cupones que vamos cobrando en la cartera- que en 2021/22 era inexistente. El peor escenario es que el crecimiento se mantenga sólido, la inflación se dispare y los tipos no bajen, pero tampoco es muy malo porque se compensa con el carry antes mencionado. No esperamos una reversión al entorno de tipos cero, que fue una aberración histórica y es extremadamente improbable que vuelva a suceder, ya que es difícil que, con una reversión de la globalización, con mercados laborales tensionados, envejecimiento, y exceso de gasto público permanente, volvamos al periodo de tipos cero o negativos.
Ha mencionado los riesgos, pero ¿cuáles son las oportunidades?
Para nosotros, la oportunidad es que el mercado ha puesto en precio los escenarios buenos, pero no los malos. Si algo sale peor de lo previsto, es posible que se exageren los problemas que pueda haber, y nos de oportunidad de comprar a mejores precios. No creemos en el escenario dramático de que todo se vaya a pique. Pero la volatilidad debería incrementarse, lo que debería aflorar oportunidades. Hasta que ese escenario llegue, la renta fija nos paga por esperar. Entre los activos más apetecibles podría estar la renta fija de un perfil de mayor riesgo. Si a tipos altos se le añaden posibles ampliaciones de spread de crédito, dará oportunidad de construir carteras con rentabilidades similares a las de la renta variable a medio plazo. Otra de las oportunidades que vemos es Japón. Hay un cambio generacional, con gente joven que no vivió la implosión de la burbuja previa y que por fin invierte en bolsa; parece que se deja atrás la deflación, y sobre todo la estructura de gobierno de las empresas está cambiando, cada vez más orientadas a maximizar el valor del accionista. Parece buen sitio donde estar, incluso con el yen descubierto debido a que la divisa está barata. En definitiva, hay oportunidades, pero habrá más y mejores.
¿Prefiere deuda de gobiernos o crédito corporativo?
Ahora mismo, deuda de gobiernos. Y en crédito corporativo, nos decantamos por los bonos con calificación investment grade. En high yield, hay oportunidades, pero hay que ser extremadamente selectivo. La liquidez gratuita permitió que muchas empresas se financiaran barato pero ahora podría generar problemas a las que tienen que refinanciarse, como consecuencia de las subidas de los tipos. Básicamente, en crédito corporativo high yield, hay que asegurarse de que no habrá defaults.
¿Parte larga de la curva o corta?
Creemos que el nivel de equilibrio de los tipos y de la curva de tipos, tanto europea como americana, está por encima -sobre todo en el caso europeo- de donde está ahora. Por lo tanto, tarde o temprano, la curva se desplazará hacia arriba, por lo que se debe ser cauteloso con la duración.
¿Cuánto hay que dedicar a renta fija?
Depende del perfil de riesgo, pero ahora una cartera con un perfil medio, debería tener un 70% renta fija y un 30%, renta variable. La bolsa, si quitas los 10 títulos que han tirado del mercado, ha tenido escasos retornos. Nos parece que el perfil de retorno es asimétrico: tiene menos recorrido al alza que a la baja. Eso sí, la renta variable es imprescindible en la cartera con el fin de compensar la inflación, ya que no creemos que los IPCs vayan a volver a tasas del 1%.
¿Está atractiva la renta variable?
No especialmente a día de hoy. Hay que buscar las oportunidades. Las habrá mejores, pero un inversor no puede permitirse construir una cartera sin renta variable. El único activo que logra cubrir la erosión de la inflación sobre el ahorro de una forma sostenida en el tiempo es la renta variable. Y, aquí, también hay que ser selectivo, porque hay que buscar empresas que sean capaces de transmitir al cliente las subidas de costes. Nuestra estrategia es esperar a las oportunidades, con una cartera expuesta a la renta variable, pero en menor medida de la que potencialmente puede tener, porque queremos comprar en correcciones. La cartera se complementaría con renta fija de perfil prudente.
¿Puede ser el año de Europa en bolsa?
Cuando hablamos de oportunidades, solemos referirnos a índices. Pero, en muchos casos, las empresas correspondientes a un área geográfica determinada tienen perfiles de negocio globales. Por lo tanto, en muchos casos no me interesa dónde estén, sino en qué negocios operan. En general, Europa me parece menos atractiva que Estados Unidos porque los índices europeos tienen más exposición a economías locales y a China, que creemos que no está pasando un bache, sino problemas económicos estructurales, autoinfringidos, por las políticas económicas. Además, los inversores ven un perfil de riesgo superior. La exposición de los negocios de las empresas europeas a los ingresos chinos es algo que va a perjudicar a medio y largo plazo. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la economía europea es menos dinámica que la americana, por lo que nos parece que el inversor está más protegido con la renta variable estadounidense.
¿Las small caps presentan atractivo?
Creo que hay small caps sanas y que tienen problemas. Nos da miedo el llamado “small cap deep value”, es decir, compañías de pequeña capitalización que, aparentemente, están muy baratas. La razón es que muchas de estas empresas no van a poder soportar este entorno de tipos altos. Hay oportunidades, sí, pero menos de lo que parece. Hay unas cuantas small caps que sí son atractivas, pero no compraría un índice small caps.
¿Hay que tener liquidez?
Para mí, la liquidez es la renta fija a corto plazo. Y es una parte central de la cartera que, si la podemos endulzar para mejorar las tires, bien. Nos parece un seguro para comprar oportunidades más adelante que, además, se paga.
¿Cómo veis los activos alternativos?
Distinguiría entre alternativos líquidos e ilíquidos. Aquí, insisto en que hay que ser selectivos, porque los alternativos van a experimentar cambios en varios aspectos. Uno de ellos es que el entorno de tipos es distinto. Hay estrategias alternativas que en un entorno de tipos altos lo hacen mejor que en uno de tipos bajos, pero muchos fondos no lo van a tener fácil. Se beneficiaron de la fuerte liquidez generada por muchos inversores conservadores que no tuvieron más remedio que buscar rentabilidades en otros sitios donde no solían, como en alternativos. Ahora, se va a distinguir entre los buenos gestores de alternativos de los que no lo hacen tan bien.
La buena noticia es que, si se complica el entorno, habrá, por fin, oportunidad de comprar a precios interesantes. A la hora de incorporar los activos a las carteras, tenemos un equipo que se dedica a la selección de activos líquidos y otro, a los ilíquidos. Estos buscan super gestores y ofrecemos a nuestros clientes productos adecuados, previa validación de que es lo que necesitan y lo que les conviene. Procuramos aportar valor y diferenciarnos de la competencia a través de activos y soluciones que resultan atractivas. Por ejemplo, hemos apostado desde hace muchos años creando un fondo de fondos de private equity, lo que no deja de ser encapsular las mejores oportunidades dentro del mundo del private equity. También hemos entrado en el mundo de las aceleradoras, vinculadas al entorno andorrano, en forma de pruebas de mercado, etcétera. Ayudamos a dinamizar el país a través de estas opciones.
¿Cómo veis la democratización de la inversión alternativa?
Con la pedagogía adecuada, nos parece sensacional. El hecho de que estos activos sean accesibles, a todo el mundo que los entienda, más allá de su capacidad adquisitiva, está bien. Pero quien no los entienda, no debería tenerlos. La democratización la entiendo como la capacidad de entender la iliquidez y la idiosincrasia de estas inversiones. También es parte de lo que intentamos hacer, porque no sólo proponemos al cliente un producto, sino que intentamos explicárselo.
¿Cómo incluís la ESG en las carteras?
El banco es firmante de los ODS de Naciones Unidas y tiene muy interiorizado que la inversión sin ESG no tiene sentido. Debe de ser algo imprescindible y no algo diferenciador entre las firmas.