La reforma de pensiones de Colombia sigue avanzando, consiguiendo la aprobación exprés del texto en el Congreso, y la industria de administradoras de fondos previsionales no tiene una buena visión de esto. Según señalan desde el gremio, esta reforma es una oportunidad perdida para resolver “el problema de fondo” del sistema en el país latinoamericano.
Desde la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantía (Asofondos) –que agrupa a las AFP Colfondos, Porvenir, Protección y Skandia– publicaron una declaración criticando el proyecto y señalando que el “texto aprobado debe incorporar mejoras en varios en varios puntos”. Sin ajustes, acusaron desde el gremio, “algunos capítulos resultan más lesivos y dejan una deuda mayor para los jóvenes”.
“Desde hace años Asofondos había insistido en la necesidad de una reforma que resolviera problemas de fondo, como la baja cobertura de todo el sistema y la inequidad e insostenibilidad en el régimen público. Sin embargo, la reforma aprobada no aumenta la cobertura pensional, aunque lo que sí amplía es la cobertura de los subsidios. Tampoco elimina los subsidios a las pensiones altas, si bien los reduce considerablemente, sigue otorgando subsidios a personas de altos ingresos. Y obliga a todos a estar en un sistema subsidiado”, indicó la organización en su misiva.
En esta línea, agregaron que “con esta reforma no se asegura la sostenibilidad de largo plazo del sistema”, considerando factores como el envejecimiento de la población y la caída de los nacimientos.
Si bien la reforma incluyó un fondo de ahorro, desde Asofondos señalan que es muy bajo –ahorrando 22 pesos colombianos de cada 100 aportados– y destacan que las estimaciones oficiales apuntan a que se va a agotar en 2062.
“Los fondos de ahorro no deben acabarse. Nos preocupan enormemente los costos fiscales de componentes presentes en el texto aprobado en el Senado que no quedaron explicitados en el estudio del Gobierno como lo son: las pensiones de mujeres con 850 semanas, los costos que deberá asumir Colpensiones cuando las pensiones de invalidez se transformen en pensiones de vejez y los regímenes especiales para campesinos, indígenas, afros, etc. Esos costos seguramente acortarán la vida de ese fondo de ahorro”, señalan desde la entidad gremial.
En esa línea, su presidente, Santiago Montenegro Trujillo, indica en la misiva que “ante todo, es una reforma que deja desprotegidos y con una deuda enorme a las generaciones más jóvenes, deuda que, aumenta en un 40% frente a lo que tenemos hoy, como lo reconoce el documento de aval fiscal del Ministerio de Hacienda”.
Oportunidad perdida
Desde la perspectiva de los fondos de ahorro, Asofondos acusa que Colombia perdió la oportunidad de hacer una buena reforma. “Los jóvenes, nuestros hijos y nietos pierden la oportunidad de contar con un ahorro para su vejez y la certidumbre sobre el financiamiento de sus pensiones”, dice Montenegro en la declaración.
Además, a juicio de la organización, esta reforma desperdicia la oportunidad de que los trabajadores de bajos ingresos se pensionen con tres años menos de cotización (1.150 semanas actualmente) o solo por capital (sin requisito de semanas ni edad).
A esto se suma que quienes no cumplan los requisitos para pensionarse tendrán que esperar tres años más para recibir un beneficio para su vejez, según la entidad, y de forma indirecta, “todos los colombianos tendrán mayor dificultad para conseguir un crédito porque la reforma debilitará el mercado de capitales”.
“Solo en los fondos de pensiones existe la posibilidad de heredabilidad de los recursos, la propiedad del ahorro para cada trabajador, así como su libertad de elegir, eso se pierde infortunadamente”, agrega Montenegro.
El líder gremial indica que una de las características de esta reforma implica pensiones más bajas para las personas de clase media y alta, que esperaban pensionarse en Colpensiones. En esa línea, señala que la organización apoyará a las personas a complementar su pensión a través de aportes voluntarios y rentabilidades en pos de sus ingresos en la vejez.
Ahora, los desafíos de implementación son grandes. “Un año es muy poco tiempo, considerando, además, que una gran cantidad de artículos deben ser reglamentados por el Gobierno”, indica el economista.
Además, desde Asofondos indican que el país latinoamericano seguirá necesitando una nueva reforma estructural, una que “corrija los problemas que esta deja vivos”.