Tras nueve meses sin tocar los tipos de interés, el BCE cumple expectativas y la institución monetaria ha anunciado un primer recorte de 25 puntos básicos. En consecuencia, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito se reducirán hasta el 4,25 %, el 4,50 % y el 3,75 %, respectivamente, con efectos a partir del 12 de junio de 2024.
“Sobre la base de una evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, es apropiado moderar ahora el grado de restricción de la política monetaria tras nueve meses en los que los tipos de interés se han mantenido sin variación”, explica en su comunicado.
Con este anuncio, el BCE se ha convertido en el primero de los grandes bancos centrales en flexibilizar su política monetaria, por delante de la Fed. “Pese a que la inflación repuntó levemente en mayo en la eurozona, la rebaja se da prácticamente se daba por hecha, tras los mensajes coordinados que han lanzado los miembros del Consejo de Gobierno en las últimas semanas. Los observadores del mercado examinarán la declaración y los comentarios de la presidenta Lagarde en busca de pistas sobre la velocidad y el alcance del próximo ciclo de bajadas”, señala Jan Felix Gloeckner, especialista en inversiones senior de Insight, parte de BNY Mellon IM.
Según añade Dave Chappel, Senior Fund Manager, Fixed Income de Columbia Threadneedle Investments, «si el BCE no hubiera anticipado el recorte de tipos de esta semana con tanta insistencia, creemos que se habría producido un acalorado debate sobre si se debía esperar a conocer más datos, tras los poco favorables datos salariales y de inflación de las dos últimas semanas. Es muy probable que Lagarde guíe a los mercados hacia una contención en julio, con el próximo ajuste en septiembre u octubre”.
Para Ignacio Dolz de Espejo, director de soluciones de inversión y producto de Mutuactivos, una bajada de tipos de interés mucho más rápida en la zona euro que en EE.UU. podría provocar una caída del euro. «Hoy no hay presiones inflacionistas que justifiquen tipos de interés muy altos. Pero si las bajadas de tipos o su expectativa provocan una caída del euro, importaríamos inflación al importar bienes más caros en otras divisas. El crecimiento en la zona euro ha estado estancado los últimos años. Tipos más bajos deberían fomentar la inversión y el consumo. Pero una bajada demasiado brusca podría llevar al mercado a temer que se actúa por miedo a una recesión y ser contraproducente», añade Dolz de Espejo.
Visión sobre la inflación
En este sentido, el BCE señala que desde la reunión del Consejo de Gobierno celebrada en septiembre de 2023, la inflación ha descendido en más de un 2,5% y las perspectivas de inflación han mejorado notablemente. La inflación subyacente también se ha moderado, lo que refuerza las señales que indican que las presiones inflacionistas se han debilitado, y las expectativas de inflación se han reducido en todos los horizontes. “La política monetaria ha mantenido unas condiciones de financiación restrictivas, lo que, al frenar la demanda y mantener las expectativas de inflación firmemente ancladas, ha contribuido de forma importante al retroceso de la inflación”, añade.
Al mismo tiempo, pese a los progresos realizados en los últimos trimestres, reconoce que “las presiones inflacionistas internas siguen siendo intensas debido al elevado crecimiento de los salarios”, y ve probable que “la inflación continúe por encima del objetivo hasta bien avanzado el próximo año”.
Así, las últimas proyecciones de los expertos del Eurosistema para la inflación tanto general como subyacente se han revisado al alza para 2024 y 2025 en comparación con las proyecciones de marzo. Los expertos consideran ahora que la inflación general se situará, en promedio, en el 2,5 % en 2024, el 2,2 % en 2025 y el 1,9 % en 2026.
También prevén que la inflación, excluidos la energía y los alimentos, se situará, en promedio, en el 2,8 % en 2024, el 2,2 % en 2025 y el 2,0 % en 2026. Se espera que el crecimiento económico avance hasta el 0,9 % en 2024, el 1,4 % en 2025 y el 1,6 % en 2026.
Ante estos datos, el BCE señala que “el Consejo de Gobierno tiene la determinación de asegurar que la inflación vuelva a situarse pronto en su objetivo del 2 % a medio plazo, y mantendrá los tipos de interés oficiales en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para lograr ese objetivo”.
En opinión de Tomasz Wieladek, economista jefe en T. Rowe Price, las encuestas sugieren que la inflación de los servicios acabará disminuyendo, pero esto aún no se ha visto en los datos reales de inflación. «Los costes de transporte desde China vuelven a subir con rapidez, lo que probablemente empuje también al alza la inflación subyacente de los bienes. Además, el precio de la gasolina ha vuelto a subir. Tras un prolongado periodo de desinflación, las presiones inflacionistas en todos los componentes están empezando a aumentar de nuevo. Esta evolución de la inflación pone en duda futuros recortes. Basándome en los indicadores prospectivos de salarios e inflación, creo que experimentaremos una desinflación adicional en el segundo semestre de 2024. Esto permitirá al BCE recortar un total de tres veces este año. Sin embargo, aumentan los riesgos de que el BCE sólo recorte dos veces este año», argumenta Wieladek.
Otras decisiones
El Consejo de Gobierno también ha confirmado que reducirá las tenencias del Eurosistema de valores adquiridos en el marco del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) en 7,5 millones de euros mensuales en promedio en el segundo semestre del año. Las modalidades para reducir las tenencias del PEPP serán, en líneas generales, similares a las aplicadas para el programa de compras de activos (APP).
“El tamaño de la cartera del APP está disminuyendo a un ritmo mesurado y predecible, dado que el Eurosistema ha dejado de reinvertir el principal de los valores que van venciendo.
El Consejo de Gobierno continuará reinvirtiendo íntegramente el principal de los valores adquiridos en el marco del PEPP que vayan venciendo hasta el final de junio de 2024. En el segundo semestre del año, reducirá la cartera del PEPP en 7,5 mm de euros mensuales en promedio. El Consejo de Gobierno prevé poner fin a las reinversiones en el marco del PEPP a final de 2024”, indica en el comunicado oficial.
Además, señala que el Consejo de Gobierno continuará actuando con flexibilidad en la reinversión del principal de los valores de esa cartera que vayan venciendo, con el objetivo de contrarrestar los riesgos para el mecanismo de transmisión de la política monetaria relacionados con la pandemia.
Por último, comunica que a medida que las entidades de crédito reembolsen los importes obtenidos en el marco de las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico, el Consejo de Gobierno evaluará periódicamente la forma en que esas operaciones y sus actuales reembolsos están contribuyendo a la orientación de su política monetaria.
¿Y ahora qué?
Sobre qué podemos esperar a corto plazo, el comunicado del BCE se ha expresado en los mismos términos que habitualmente: “El Consejo de Gobierno continuará aplicando un enfoque dependiente de los datos, en el que las decisiones se adoptan en cada reunión, para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados. En particular, sus decisiones sobre los tipos de interés se basarán en su valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos”.
Para Filippo Alloatti, Head of Financials Credit de Federated Hermes Limited, desde la perspectiva de los bancos, un único movimiento de 25 puntos básicos no liberará los “espíritus animales” de las empresas y los hogares. “El crecimiento de los préstamos en la zona euro sigue siendo débil en el mejor de los casos, tras meses de actividad crediticia plana o negativa. Sólo un ciclo de relajación prolongado (100-125 puntos básicos) durante los próximos 18 meses puede contribuir a una recuperación de la actividad crediticia, apoyando los ingresos por préstamos de los bancos”, argumenta Alloatti.
Además considera importante señalar que esta vez el impacto es menor que en el ciclo anterior: “Se prevé que el tipo de interés de los depósitos en el YE24 sea más alto que a principios de año y más alto de lo que la mayoría de los bancos cotizados tenían en cuenta en sus previsiones. La bajada de los tipos (de los préstamos) reduce los márgenes de intermediación de los bancos, pero también disminuye sus costes de financiación (sobre todo los de los depósitos a plazo, cuya subida escalonada de la remuneración ha hecho mella en los márgenes de intermediación) y mejora las perspectivas de la calidad de los activos”.
Según explica Guillermo Santos Aramburo, socio de iCapital, dentro del G7, el Banco de Canadá se ha adelantado en implementar el primer recorte de tipos de interés, del 5% al 4,75%, desde que comenzara el ciclo de alzas de tipos en todos los países desarrollados debido a la desbocada inflación que hemos padecido durante los últimos dos años. Se convierte así en la primera autoridad monetaria del grupo de países más ricos del mundo en reducir tipos. “¿Será el siguiente el Banco de Inglaterra? Probablemente. A la Fed se le espera para septiembre próximo, no antes. Estamos pues ante un ciclo bajista de los tipos de interés de los principales bancos centrales que para finales de 2025 debería llevar las tasas entre 150 y 200 puntos básicos por debajo de sus máximos alcanzados en 2023”, señala Santos.
Desde Mutuactivos destacan que el BCE tiene que medir el tono y los pasos a dar por varios motivos. «Hoy no hay presiones inflacionistas que justifiquen tipos de interés muy altos. Pero si las bajadas de tipos o su expectativa provocan una caída del euro,
importaríamos inflación al importar bienes más caros en otras divisas. Además, el crecimiento en la zona euro ha estado estancado los últimos años. Tipos más
bajos deberían fomentar la inversión y el consumo. Pero una bajada demasiado
brusca podría llevar al mercado a temer que se actúa por miedo a una recesión
y ser contraproducente», concluye Dolz de Espejo.