Los mercados mexicanos han reaccionado negativamente al resultado de la elección presidencial realizada ayer domingo en México, que reflejó un aplastante triunfo del oficialismo. Los principales indicadores locales tienen su peor día desde marzo de 2020, cuando inició la pandemia.
El peso se deprecia 3,5% colocándose como la divisa más débil de la sesión global, cotizando en 17,64 pesos tras tocar máximos de 17,75 unidades; por su parte el principal índice de la Bolsa Mexicana de Valores se desploma 5,26%.
Asimismo, ante la aversión al riesgo, la tasa de los bonos M a 10 años sube 11 puntos base, ubicándose en 9.89%, un nivel que no se observaba desde mediados del año 2022.
Los mercados temen que la aplastante victoria del oficialismo pueda llevar a cambios en la Constitución contrarios al libre mercado.
Por ejemplo, en términos económicos preocupa la autonomía del Banco de México (con el mandato único de mantener la inflación baja y estable), y la calificación crediticia de la deuda soberana de México debido al fuerte déficit fiscal de 5,8% previsto para este año, con un ajuste necesario para 2025 que reducirá la expectativa de crecimiento económico.
De acuerdo con el conteo rápido (PREP) luego de la elección de ayer en México, y con el 75,6% de las actas capturadas la candidata oficialista Claudia Sheinbaum resultó triunfadora con 58,66% de los votos, muy lejos quedó la opositora Xochitl Gálvez con poco más del 28% del total de la votación.
Asimismo, en la Cámara de Diputados, se espera que el partido oficial, Morena, y partidos aliados, obtengan mayoría calificada (al menos dos terceras partes de las curules), mientras que en el Senado, se proyecta una mayoría simple para Morena y sus aliados (arriba del 50% de las curules, pero por debajo de la mayoría calificada).
Lo anterior abre la puerta para que la nueva presidenta haga cambios en la Constitución, e incluso se aprueben en septiembre próximo cuando entre en funciones la nueva legislatura, los cambios que el actual presidente ha propuesto.
En términos económicos preocupa la autonomía del Banco de México (con el mandato único de mantener la inflación baja y estable) y la calificación crediticia de la deuda soberana de México.
Cabe recordar que casi el 80% de las transacciones del peso son de carácter especulativo, por lo que el cambio en el balance de riesgos sobre México afecta al tiempo de cambio al ser menos atractivo como inversión.
Los retos para Sheinbaum
Luego de su victoria de ayer, analistas económicos han advertido que la nueva presidenta Claudia Sheinbaum tendrá un escenario adverso al menos en el inicio de su mandato, y deberá enfrentar retos de largo plazo que son estructurales en la economía mexicana, entre ellos destacan:
Reducir el déficit fiscal, mejorar la infraestructura de agua y energía eléctrica, modificar el modelo de negocio de la petrolera Pemex, aumentar el PIB por habitante, impulsar la inversión fija de origen privado, aprovechar mejor la oportunidad del nearshoring, disminuir la informalidad laboral y mejorar la calidad de educación y de los servicios de salud.
Pero, ante la proclividad del actual gobierno a gastar en programas sociales sin preocuparse por la generación de inversiones, los economistas se preguntan qué margen de maniobra tendrá la nueva presidenta en la economía para enfrentar estos retos.