En mi opinión, no hay que subestimar el potencial transformador de la IA generativa para la sociedad. Ya está impulsando el incremento de la productividad y cambios radicales en numerosos sectores industriales. Los grandes modelos lingüísticos pueden predecir nuestra próxima palabra y los ordenadores pueden alcanzar niveles cada vez más altos de precisión en muchas tareas escritas. Las implicaciones para los trabajadores son de gran alcance, ya que esta tecnología empieza a ser capaz de superar a los humanos en determinadas tareas.
Las oportunidades que esta evolución ofrece a los inversores son igual de impactantes. Esperamos que en los próximos cinco años la inteligencia artificial (IA) provoque grandes transformaciones dentro de distintos sectores, sobre todo en el de los medios de comunicación y software, pero también en el de la salud, el comercio minorista, la construcción, el sector inmobiliario, la automoción y el transporte, entre otros.
Un marco para encontrar a los posibles «ganadores» de la IA
Invertir en el futuro de la IA requiere un proceso. Nuestro modelo de inversión centrado en la IA se focaliza en tres áreas fundamentales. La primero son los facilitadores, es decir, empresas de la fase elemental, como los fabricantes de infraestructuras básicas y hardware, que hacen posible la IA mediante la creación de chips semiconductores y modelos fundacionales. Creemos que algunos de los ganadores más visibles se encuentran en esta franja inferior, especialmente si son capaces de suplir la escasez de hardware para impulsar el poder de fijación de precios y el crecimiento de los ingresos.
Por otro lado estarían los servicios en la nube. Se refiere a empresas proveedoras de servicios en la nube que ejecutan el código y desarrollan las herramientas que las empresas necesitan para implantar la IA. Vemos algunas oportunidades de inversión interesantes en este segmento a medida que las empresas comienzan a sentar las bases para mantener su ventaja competitiva debido a su escala, y también se benefician de su acceso al hardware y los modelos sobre los que se está construyendo la IA.
Y, en tercer lugar, las aplicaciones: asistentes digitales y software que impulsan la productividad y facilitan el entretenimiento. Están surgiendo oportunidades en estos negocios a medida que aprovechan la IA generativa para ofrecer nuevas soluciones a los clientes y hacer crecer sus mercados individuales, junto con el gasto de los consumidores.
Una visión a largo plazo de la IA
Adoptar este tipo de enfoque puede ayudar a los inversores a mirar más allá del revuelo que inevitablemente ha surgido en torno a la inteligencia artificial (IA). ¿Cómo intentamos evitar este furor? Evaluando si el impacto económico total de la tecnología en la que invertimos se corresponde con la capitalización bursátil de la oportunidad que prevemos desarrollar.
Los inversores también deben prestar mucha atención a las preocupaciones en materia de gobernanza y regulación derivadas del uso cada vez más extendido de la IA. Éstas podrían estar relacionadas con el daño que la IA puede causar en forma de malware, campañas de influencia y desinformación, o con los efectos sociales derivados de la sustitución de la interacción humana por la IA o la absorción de grandes segmentos de la mano de obra. Además, cada vez hay más posibilidades de que la IA afecte a la geopolítica. La disrupción tecnológica podría verse a través de un aumento de la piratería informática, el uso de la IA en aplicaciones militares y el acceso al hardware.
Una de las repercusiones de la IA que me parece equivocada tiene que ver con el empleo. En lugar de que la tecnología sea responsable de la pérdida de puestos de trabajo en el futuro, creo que, aunque se sustituirán algunas formas de trabajo, las empresas también aumentarán su inversión en investigación y desarrollo. Como resultado, surgirán productos y servicios que de otro modo no habrían existido, lo que a su vez dará lugar a un crecimiento del empleo en nuevas áreas.
Mientras tanto, la paciencia es importante. Creo que las oportunidades sostenibles en los mercados públicos y privados pueden tardar un poco más en revelarse. Sin embargo, cuando lo hagan, se revalorizarán rápidamente y durante más tiempo. Prueba de ello son las «7 Magníficas» empresas tecnológicas, algunas de las cuales cotizaban a valoraciones baratas hace varios años en función de su trayectoria de crecimiento. Las empresas tecnológicas representan el sector con más probabilidades de beneficiarse del continuo desarrollo de la IA. Pero, en última instancia, las empresas capaces de implantar la tecnología en la mayor oportunidad de mercado serán las que más se beneficien.
¿Nuestra conclusión clave para los inversores? Para aprovechar el importante potencial transformador de la IA, una mentalidad a largo plazo, basada en un análisis exhaustivo para encontrar las oportunidades en evolución más prometedoras, puede ayudar a sortear los riesgos a corto plazo en medio de la euforia.
Tribuna de Brian Barbetta, analista sectorial global en Wellington Management.