A lo largo de noviembre los mercados financieros experimentaron un repunte que llevó a la renta variable hasta nuevos máximos históricos. Los tipos de los bonos siguieron cayendo hasta niveles que pocos participantes esperaban a principios de año. El tipo del bono a 10 años de EE.UU. ha mantenido una tendencia bajista durante todo el año, desde su nivel inicial de 3,03 hasta 2,17 al cierre de noviembre. En Europa, la tendencia de los tipos de interés ha sido aún más marcada. El tipo alemán a 10 años ha caído casi sin pausa desde 1,96 hasta su nivel actual de 0,70. La subida simultánea de los precios de la renta variable y los bonos es inequívocamente una consecuencia de la actuación de los principales bancos centrales del mundo. Es casi como si la fuerte corrección ‘en forma de V’ de octubre nunca hubiera tenido lugar.
“Entre los bancos centrales, el más destacado es el Banco de Japón; las medidas que anunció a finales de octubre son mucho más ambiciosas que cualquier otra cosa que hayan intentado otros bancos centrales. Europa también avanza por fin hacia la acción positiva, si bien siguen existiendo obstáculos legales a negociar en los próximos meses. La liquidez global va a mantenerse durante bastante tiempo a pesar del fin de la expansión cuantitativa en EE.UU. y a la posibilidad de subidas de tipos por la Fed y el Banco de Inglaterra a mediados del próximo año”, escriben los analistas de Man Group en su informe de noviembre.
Hasta hace muy poco, explican en el documento, uno de los elementos para la cautela en el incesante suministro de liquidez ha sido el riesgo de que los bancos centrales perdieran el control de la inflación. Pero, de repente, ya no parece preocupante. “El descenso precipitado y acelerado del precio del petróleo en los últimos dos meses ha dejado en suspenso el peligro de inflación durante el futuro previsible. La caída del precio se aceleró vertiginosamente en Acción de Gracias, ya que la OPEP decidió inesperadamente mantener su actual objetivo de producción de 30 millones de barriles/día. Es probable que las razones de la decisión sean múltiples, pero entre las consideraciones políticas podría estar, sin lugar a dudas, el deseo de la OPEP de mitigar la presión competitiva de la producción de shale oil estadounidense. El precio más bajo presionará a los productores de coste más alto, y no es la primera vez que la OPEP trata de expulsar a la competencia atacando a los productores marginales”, dicen.
La combinación de precio más bajo del petróleo, caída de los precios de los metales básicos y datos iniciales de EE.UU. que apuntan a una mayor debilidad de las ventas minoristas durante el importante fin de semana del Black Friday, claramente ha vuelto a inclinar el riesgo hacia la deflación. En este contexto, puede decirse que existen pocas razones para que los bancos centrales contengan la liquidez, aunque el contraargumento de los opositores sin duda será que una caída del precio del petróleo implica una inyección de liquidez para los consumidores y disminuye la necesidad de más estímulo de los bancos centrales, apuntan los expertos de la firma. “En nuestra opinión, el contexto de inversión se mantendrá sin cambios y nos atenemos a nuestro mantra: Siga al dinero”, concluyen.
Las fluctuaciones de los precios de noviembre sugieren que el mercado opina lo mismo. La renta fija, salvo en unos pocos casos atípicos idiosincrásicos, ha experimentado un repunte sustancial, y los índices de renta variable en general cerraron el mes en máximos históricos. Los contratos de eurodólares, cortos en libras esterlinas y del Euribor repuntaron, señal de que el mercado prevé unas subidas de tipos más tardías y/o menos agresivas, opinan. Y en cuanto a las divisas, el dólar sigue apreciándose frente al euro, el yen y la libra esterlina.
Lo que más nos preocupa, aclara Man Group en su informe de noviembre, es que los gestores discrecionales no hayan generado alfa en los últimos meses. En cambio, las estrategias cuantitativas se han comportado mucho mejor. Los gestores de renta variable han tenido dificultades últimamente pese a los nuevos máximos del mercado. Todo este año hemos observado que los gestores de renta variable se han concentrado en temas similares, sobre todo en Europa. Cuando la liquidez ha disminuido, los grandes flujos de salidas de inversores, especialmente en Europa, han hecho que las posiciones largas fueran difíciles de mantener, y los posiciones cortas presentes en las carteras de muchos managers han sufrido durante los repuntes.
Para la firma inglesa, la situación se resume así: “el crecimiento será estable y potencialmente mayor el próximo año, la liquidez de los bancos centrales seguirá abundando y los mercados de renta fija y renta variable están técnicamente más limpios tras el barrido de octubre. El comodín es el precio del petróleo. ¿Es un precio más bajo un arma de doble filo? No podemos predecir la respuesta. En combinación con un dólar más fuerte ciertamente no es positivo para ciertos países — en concreto, pensamos en Rusia, que se ha visto doblemente golpeada por el precio del petróleo y las sanciones derivadas de su actuación en Ucrania, aunque todas las economías exportadoras de petróleo se verán afectadas. A escala global, el impacto está menos claro, dado que los consumidores serán beneficiarios importantes del maná del precio más bajo, que es claramente positivo para el crecimiento al actuar como un recorte de impuestos. Pero, a medida que el precio del petróleo se acerca al coste marginal de producción, podríamos encontrarnos con una caída del crédito vulnerable relacionado con el petróleo; por ejemplo, las compañías energéticas estadounidenses han representado el 30% de la nueva emisión de bonos high yield a lo largo del último año. Desde luego, la perspectiva de que el petróleo arrastre en su caída al conjunto más amplio de los activos de riesgo es real. Históricamente, las fluctuaciones de esta magnitud en el petróleo y otras materias primas han desencadenado la actuación de los bancos centrales con el fin de mantener estable la velocidad del dinero. Actualmente, como los tipos de EE.UU., Europa y Japón están en el límite inferior de cero, no está claro que sea una opción”.
«En nuestra opinión, la historia de la beta se mantendrá hasta el final del año, sobre todo porque el «maquillaje» técnico de los gestores de activos (¿quién quiere estar infraponderado en renta variable y bonos del Tesoro dada su evolución en lo que va de año?) probablemente sea un factor más importante para los mercados. A medio plazo, las nuevas inyecciones de liquidez del Banco de Japón y el BCE sustituirán con creces la disminución del apoyo de EE.UU. Sin embargo, consideramos la evolución del petróleo como una advertencia, tal vez una señal de que estamos más cerca del fin del contexto positivo. Por tanto, como hemos dicho antes, siga al dinero, pero mientras tanto esté atento a un posible cambio de tono», concluyen los analistas de Man Group.