Justo cuando el mundo laboral estaba empezando a volver a la normalidad tras el impacto del COVID-19, la inteligencia artificial generativa ha aparecido en nuestras vidas como una gran ola con el potencial de alterar aún más los mercados de trabajo a nivel global y a las empresas Cotizadas. Los trabajos administrativos y de oficina son los que están más expuestos al posible efecto de sustitución derivado de estas tecnologías. Recientemente hemos visto como grandes compañías han reemplazado personal por tecnología, pero al mismo tiempo también están surgiendo nuevas especialidades profesionales. Por ejemplo, la demanda de desarrolladores de software y especialistas en ciberseguridad por parte de una amplia gama de industrias y sectores está aumentando significativamente.
La historia nos ha dado varios ejemplos del impacto de los avances tecnológicos, como es el caso de la cadena de montaje de Henry Ford o la introducción de los ordenadores personales. Las empresas se han adaptado a estas tecnologías, lo que les ha permitido mejorar su productividad y sus ingresos y les ha habilitado para crear nuevos puestos de trabajo. De hecho, a pesar de los avances tecnológicos del siglo pasado, muchas economías avanzadas registran actualmente una tasa de empleo cercana al pleno empleo. Lo que es distinto en esta ocasión es la magnitud del impacto de los avances tecnológicos en una amplia gama de puestos y en numerosos sectores, como la sanidad, los servicios jurídicos, el consumo, los medios de comunicación, la fabricación y la educación. Las nuevas tecnologías tienen el potencial de automatizar tareas repetitivas y rutinarias y liberar tiempo de los empleados para que puedan centrarse en tareas más complejas y creativas.
Para aprovechar al máximo las oportunidades que pueden ofrecer la IA y la automatización, las empresas no sólo tendrán que invertir en tecnología, sino también gestionar eficazmente su capital humano. Además, deben atraer a nuevos empleados con habilidades distintas. Por sectores, el de la salud es uno de los que está a la vanguardia de esta nueva tendencia. La IA ya está incorporada a productos y servicios sanitarios como el diagnóstico por imagen o el apoyo a la eficiencia operativa en los hospitales. Esto es beneficioso para un sistema sanitario mundial presionado por el envejecimiento de la población y las limitaciones del gasto público.
Una adopción más generalizada de la IA tiene el potencial de remodelar el sector. En este sentido, se calcula que podría suponer un ahorro de entre el 5% y el 10% del gasto sanitario estadounidense (entre 200.000 y 360.000 millones de dólares anuales). Sin embargo, sigue habiendo escasez de talento en toda la oferta de profesionales sanitarios. Según LabioTech, sólo en el sector biofarmacéutico hay más de 800.000 empleados, pero más de 60.000 vacantes, una escasez de mano de obra del 8%. Aunque la IA puede mitigar algunas de estas carencias, el papel de la mano de obra en los hospitales y en I+D seguirá siendo importante. Para que las empresas puedan cumplir sus estrategias de crecimiento, será necesario hacer frente a la escasez de mano de obra.
Otro segmento en el que debemos fijarnos es el de las compañías de suministro, puesto que la transformación que deberán llevar a cabo a medida que el mundo evolucione hacia un sistema energético más sostenible será considerable. Para apoyar esta transición, estas empresas pueden aplicar tecnología para mejorar su eficiencia, reducir costes y mejorar la prestación de servicios. Los drones pueden ayudar a en el mantenimiento predictivo de tuberías, cableado o maquinaria; la IA puede también mejorar la experiencia del consumidor al beneficiarse éste de precios más bajos cuando hay exceso de capacidad al tiempo que puede ayudar a afrontar el reto de integrar activos renovables variables e impredecibles en el mix energético mediante el análisis de los patrones Meteorológicos. Sin embargo, la creación de estas capacidades implicará una importante adquisición de talento y la recualificación de la mano de obra. Uno de los temas críticos recurrentes para estas empresas es precisamente la mano de obra, especialmente en relación con la modernización de la red.
Las empresas de catering son otro campo de referencia, ya que requieren mucha mano de obra. Por ejemplo, Compass informó de que había contratado el pasado año a 110.000 personas sólo en Norteamérica. La mano de obra como porcentaje de los ingresos de las dos mayores empresas de catering de Europa, Sodexo y Compass Group, ronda el 47% y el 49% respectivamente, mientras que la rotación voluntaria de personal es elevada, del 29% y el 35%.
Aunque persistirá la necesidad de empleados in situ, ambas se centran en mejorar la eficiencia e investigar oportunidades de automatización para mitigar la presión de la mano de obra. Algunos ejemplos de Compass son el quiosco sin contacto North Bar Tap + Go del Leicester City Football Club, sin necesidad de cajeros, y cocinas con sistema totalmente robotizado en un centro sanitario.
En definitiva, la inteligencia artificial está teniendo ya un impacto claro en el mercado laboral, cambiando por completo las reglas del juego. Es importante que entendamos en profundidad las oportunidades que pueden ofrecer la IA generativa, la automatización y otras tecnologías, además de continuar analizando la gestión de talento y planificación de las empresas a partir de esto, a medida que aumente la demanda de mano de obra cualificada.