El papel de la mujer en el mundo de las finanzas no se limita a su rol en las empresas de inversión. También en cómo invierten. Y, de nuevo, la presencia femenina como parte activa de la inversión sigue siendo escasa. E, igual que en otros ámbitos de la vida diaria, ha cambiado mucho en los últimos años, pero también hay mucho trabajo por realizar. Tali Salomon, directora regional de eToro para Iberia y Latinoamérica, es consciente de que la situación de la mujer en el mundo de las finanzas “ha cambiado en los últimos años”, justo en un sector -el financiero- “dominado por los hombres desde el principio”, donde las mujeres “no se han sentido bienvenidas” y, en consecuencia, “la participación ha sido demasiado baja”.
Pero esto está cambiando. La experta apunta que, según los datos de eToro, aunque la balanza sigue inclinándose a favor de los hombres, “la proporción de clientes globales que son mujeres se ha disparado desde la pandemia” y observa que, claramente, “las mujeres quieren mejorar sus finanzas y anhelan más educación en torno a la inversión”.
Precisamente, Salomon ve indispensable la educación como palanca para animar a que aumente la cuota femenina entre las inversoras. “Es fundamental fomentar la educación financiera entre aquellas mujeres que aún no hayan comenzado a invertir o aquellas que acaban de empezar a hacerlo”, señala, al tiempo que subraya que la existencia de ejemplos femeninos que hablen de inversión “ayudaría a que más mujeres comenzaran a invertir”, ya que este tipo de perfiles “aún son una minoría”. De esta forma, contar con la presencia de estos referentes femeninos en finanzas en medios de comunicación y otros canales masivos con mensajes en los que expresen sus opiniones fundamentadas o relaten su experiencia “ayudaría a las mujeres, y a la sociedad en general, a ir dejando atrás los mitos de que el sector financiero pertenece solo a los hombres”.
Una opinión similar tiene Puy Carazo, Deputy Head Investment Manager de Deutsche Bank España, que admite que, en general, en su día a día con los clientes, habla “más con hombres que con mujeres”, pero observa cómo “poco a poco, el número de mujeres va en aumento”.
Esta infrarrepresentación de la mujer a la hora de invertir tendría como causas, según Carazo, es resultado de varios factores, “pero veo que en las generaciones de los baby boomers las tendencias están cambiando, puesto que las mujeres cada vez se implican más en las decisiones financieras, probablemente muy vinculado a una mayor participación en el mercado laboral y con ello en la generación de ingresos”. Como conclusión, la experta afirma que la generación de ingresos “estimula el interés por el ahorro y la inversión”.
Pero, para fomentar aún más el apetito inversor entre las féminas, Carazo estima conveniente una formación temprana, “desde el colegio”. En este punto, explica que algunos estudios sobre conocimientos financieros generales recogen que las mujeres son más propensas a responder «no sé» que los hombres (Tabea Bucher-Koenen, 2021), aunque el mismo informe determina que “no está claro si es por falta de confianza o de conocimientos”. Con todo, Carazo cree que “lo uno depende de lo otro” y que la formación “es clave para todos: hombres y mujeres”.
Por su parte, Aránzazu Griñán, adjunta a la Dirección General y responsable de la Dirección de Negocio de Creand Wealth Management, apunta que no es que haya menos mujeres que hombres que invierten, sino que, a la hora de administrar el patrimonio familiar, “hoy en día suele ser el hombre el que asume ese rol”.
Para cambiar este patrón de comportamiento, Griñán lo tiene claro: las mujeres deberían contar con “referentes femeninos en diferentes ámbitos del sector”. Es decir, que avancen más perfiles femeninos en los puestos de alta dirección, así como entre los profesionales que ofrecen consejos de inversión y visión general macroeconómica y de mercados, en los medios de comunicación, en redes sociales, en eventos y otros foros.
Perfil inversor
Griñán también observa ciertos patrones en la forma de invertir de las mujeres, en tanto que “por regla general, las mujeres somos más previsoras; tenemos una mayor aversión al riesgo y dedicamos algo más de tiempo a meditar las decisiones de inversión”. También, según Griñán, las mujeres piensan más en el largo plazo,” lo que puede repercutir, por ejemplo, en que tengamos un mayor interés por el ahorro para la jubilación”.
Eso sí, también reconoce que probablemente no exista un patrón tan determinante como para que haya unas diferencias tan específicas según el género.” Al final, un hombre y una mujer que hayan vivido realidades sociales, profesionales y académicas similares, pueden tener un perfil de inversión parecido”, apunta la experta.
Asimismo, Salomon explica que las mujeres inversoras españolas se caracterizan por su “estrategia sistemática y planificada”, así como por sus objetivos a largo plazo, “lo que revela su carácter prudente como inversoras”.
Ese foco en el largo plazo es acorde con los objetivos que buscan lograr en este proceso, según la experta, y entre los que destaca la obtención de seguridad financiera a largo plazo, junto con el objetivo de complementar sus ingresos habituales, mejorar el rendimiento de sus cuentas de ahorro o construir un fondo que complemente su pensión futura.
Mientras, Raquel Herrero, líder del equipo de operaciones con metales preciosos de StoneX Bullion, detalla que son las mujeres jóvenes, de entre 25-34 años, las que más invierten. “Probablemente la brecha digital entre hombres y mujeres en edades superiores tiene algo que ver en esto y, cuanto más mayor el grupo de edad, menor porcentaje de mujeres invirtiendo”, señala la experta.
También admite que las mujeres son más conservadoras a la hora de invertir, pero también describe que las féminas suelen invertir más despacio, tomarse más tiempo para decidir sus inversiones y, después, las distribuye en el tiempo. “Cuando una mujer invierte con nosotros, llega muy informada”, apunta.