Si tuvieran que definir su visión de los mercados con una imagen, en Andbank utilizarían la media sonrisa de La Gioconda. “El entorno es suficientemente sólido y los mercados caminan en la dirección adecuada como para sobreponderar ligeramente activos de riesgo –como el crédito o la renta variable-, pero sin esperar retornos tan importantes como los de los últimos años”, resume el director de Análisis, Mercados y Producto de Andbank España, Juan Luis García Alejo, en una presentación con periodistas esta mañana en Madrid. Y, todo, en un escenario de mayor volatilidad y en el que se dará, según el economista jefe de Andbank, Álex Fusté, un “boom deflacionista”.
Mayor volatilidad, entre otras razones -como las derivadas del entorno regulatorio y político-, por la previsible ausencia de un QE de bonos soberanos a lo largo de 2015 en la eurozona, que en su opinión puede llegar a decepcionar al mercado, lo que podría desembocar en una corrección de los activos denominados en euros, como los bonos periféricos pero también las bolsas, y propiciar asimismo la recuperación del euro frente al dólar. De ahí la ruptura de un cliché que domina el mercado, posicionado para un ciclo alcista del dólar: “Gran parte de la corrección en el euro viene motivada por la convicción de un despliegue en toda regla de un QE (por valor de 1 billón de euros). Creemos que será difícil ver tal despliegue, por lo que el euro podría recuperar posiciones cercanas al 1,30 (incluso superiores)”, defiende Fusté.
Y añade que los estímulos de Draghi “no puden ver la luz tal y como se han planteado”, ante la resistencia en los órganos de gobierno del BCE, los límites legales al hecho de que el BCE financie a los estados y las dudas sobre su efectividad. “Europa no está preparada para una mutualización de la deuda”, explica y defiende que el QE solo funcionaría si las empresas exportadoras se benefician a través de una depreciación de la divisa pero recuerda que la mayoría del tejido empresarial de la eurozona son compañías medianas y pequeñas, a las que no llegarían los beneficios. «Draghi va perdiendo credibilidad y el BCE la va ganando, si se abandona el terreno de la creatividad y se vuelve a lo conocido y creíble», dice Fusté. En general, defiende que el QE no ha funcionado ni en Japón ni en EE.UU., sino que la razón de una mayor recuperación al otro lado del Atlántico se debe a que la intensidad de la burbuja inmobiliaria y su estallido fue menor que en Europa y además la participación de la banca también fue menor. “Sin QE, EE.UU. estaría en una situación similar a la actual, aunque sí ha servido para evitar un colapso en sus inicios y ha apoyado los beneficios de los bancos”, señala.
Su visión sobre los tipos en EE.UU. es que la Fed podría no subirlos el próximo año (o hacerlo pero de forma muy leve y sin que eso suponga el inicio de un ciclo alcista) puesto que ven el fin del QE como un movimiento quid pro quo, dirigido a calmar a los disidentes -la línea dura- dentro del FOMC. En su opinión, ese tapering no viene seguido necesariamente de alzas en los tipos: “Desde luego, en la era post-tapering es muy importante contener a los que disienten y piden subidas inmediatas”, explica.
Valor en renta fija
Por todas estas razones, el banco rompe otro cliché de los mercados y actualmente ve valor en renta fija, “donde aún hay mucho que rascar” según García Alejo, lo que explica su apuesta por una cartera diversificada que incluya tanto bonos como acciones (pero en la que se infrapondera la liquidez y las materias primas). En deuda, ese interés se centra sobre todo en crédito con grado de inversión, tras la corrección de octubre y con la recomendación de aumentar la exposición a crédito de EE.UU. en los niveles actuales, aprovechando el aumento de diferenciales –con el nivel máximo en ocho meses-, y de mantener la exposición a renta fija corporativa europea. En general, los activos están caros, pero en Andbank consideran que continuarán estándolo en un entorno con una muy baja inflación en el que las tires seguirán bajas. La apuesta en deuda se completa con activos de alta rentabilidad (aunque en este caso, vigilando la liquidez) y de mercados emergentes.
Con respecto a la deuda pública, la visión es más neutral y recomiendan mantener Treasuries estadounidenses a 10 años en niveles del 2%-2,5% (y comprar por encima de ese nivel), así como deuda pública alemana (en niveles del 0,7%-0,8% y comprar con el Bund por encima del 1%) o la europea periférica. Pero en este último caso, y ante la perspectiva de un 2015 menos plácido que 2014 –porque las amortizaciones de deuda en España e Italia serán mucho mayores y por la decepción ante la ausencia de un QE, que ha alimentado el último rally-, recomienda mantener posiciones solo a corto plazo (pues la promesa de Draghi de trasladar los estímulos a marzo deja espacio para la complacencia) pero poniendo mucha atención a la volatilidad de los mercados para realizar potenciales compras (del bono español a 10 años a niveles por encima del 2,5% o 2,75%) o ventas (por debajo del 1,8%). En general, en este activo la consigna es estar atento a la volatilidad, que permitirá aprovechar posibles repuntes de tires para aumentar posiciones; es la estrategia en un entorno en el que las rentabilidades de la renta fija, y los tipos, seguirán en niveles muy bajos.
Y es que en la entidad defienden que el proceso deflacionista persistirá durante 2015 a nivel global -y lo hará durante un mínimo de cinco años-, según Fusté, debido a cuatro fuerzas: la existencia de mega proyectos mineros que alcanzan su máxima capacidad en 2015, que provocarán un aumento del 100% de la producción (exceso de stock) de muchos minerales en 2015; la incorporación de la robótica, que alcanzará a nuevos países industrializados de Asia; el hecho de que los multiplicadores bancarios en Occidente seguirán deprimidos; y la progresiva internacionalización del renminbi, que permitirá la industrialización de centros regionales de producción low-cost. Pero en el banco descartan un escenario de quiebra deflacionista (pues los márgenes hoy son superiores al coste del capital y el endeudamiento real no es masivo, aunque hay deflación en algunos lugares) y apuestan por un “boom deflacionista”, en el que la vertiente deflacionista da soporte a la renta fija pero el “boom en volúmenes” apoya a las bolsas.
Positivos en renta variable
De ahí su visión también sobreponderada en bolsas, y con subidas estimadas para 2015 del 3%-5% en EE.UU., del 4%-6% en Europa (con un crecimiento de beneficios de en torno al 13%) y cercanas a los dos dígitos en España (del 8%-9%). En bolsa española, apuestan por valores con flujos de caja, estructuras de balance estables, que puedan beneficiarse por la deflación -sector de medios, ocio, tecnología o banca- y generosos con el accionista: Técnicas Reunidas, Liberbank, Abertis, Almiral, Mediaset, Endesa, Acerinox o la socimi Merlin Properties son algunas de sus apuestas en cartera.
En emergentes, también son positivos, aunque con una visión muy selectiva: prevén una revalorización de las bolsas de Asia-Pacífico (sin Japón) de entre el 13% y el 15% el próximo año, y del 11% en el caso de México («a pesar de lo acontecido recientemente (graves problemas de seguridad), mantenemos nuestro escenario central de entrega en tiempo y forma de las reformas»). Sin embargo, abogan por evitar la bolsa brasileña, que podría caer en torno al 4% en 2015 («sin cambio de gobierno en Brasil, mucho nos tememos que quizá sea necesario ver una crisis de moneda e híper inflación para observar las muy necesarias reformas»). En renta fija, sí apuestan por mercados como Brasil (aunque cubriendo riesgo de divisa), México o mercados asiáticos como Tailandia, Indonesia, Singapur, India, China o Turquía, también ante el atractivo que ven en las divisas de estos últimos países.
En materias primas, la consigna es evitar las minero-metalúrgicas y los metales preciosos, pero comprar gradualmente crudo por encima de los 70 dólares, pues ven el barril entre 80 y 100 dólares a medio y largo plazo, en un mundo que cambia por la transferencia de riqueza que suponen esos precios.