Lo dicen prácticamente todos los expertos en mercados: la divergencia en los ciclos económicos y la política monetaria serán los temas predominantes a los que los inversores tendrán que hacer frente el próximo año. Eso mismo piensa también el equipo de Global Market Insights de J.P. Morgan Asset Management.
En su informe «WorldView: Los bancos centrales, el dólar y la inversión en 2015», señala que que las actuaciones de los bancos centrales serán los principales factores que definirán los resultados de los mercados. Pese a que los inversores deberán hacer frente a volatilidad, es recomendable que sobreponderen moderadamente acciones sobre bonos mientras los reguladores continúen estimulando el crecimiento económico y haya una mayor inflación que los que registra actualmente la economía mundial.
En general, en 2015 las previsiones actualmente favorecen más a la renta variable global que a la renta fija: las valoraciones siguen pareciendo razonables en términos absolutos y atractivas considerando la inflación y los tipos de interés.
«La norma fundamental en la inversión, que se ha cumplido en los últimos cinco años y todavía se cumple en el entorno de inversión que se encamina hacia 2015, es la siguiente: cuando el efectivo no te está dando nada ha llegado el momento de invertir en algo”.
Políticas monetarias de apoyo
«Tanto la Reserva Federal de Estados Unidos, como el Banco de Inglaterra endurecerán su política subiendo los tipos de interés en 2015 si la recuperación de sus economías se afianza, mientras que el crecimiento débil y el riesgo de deflación seguirán amenazando a Japón y Europa. Hay riesgos y ventajas de esta divergencia, pero para los inversores, tendrá tres consecuencias: un dólar estadounidense más fuerte, el mantenimiento de los precios bajos de las materias primas en todo el mundo y unas políticas monetarias más flexibles a nivel global», asegura Stephanie Flanders, estratega jefe de mercado para Reino Unido y Europa de J.P. Morgan Asset Management.
A pesar de que un dólar más fuerte podría tener un impacto negativo en algunos mercados, los inversores no tienen necesariamente que temer esta situación, continúa Flanders, siempre y cuando se mantenga en unos límites razonables. Un dólar más fuerte es una situación buena para la economía global si ayuda a sostener la recuperación de Estados Unidos y fortalece la demanda en el resto del mundo. Se convierte en peligroso si refleja una mayor divergencia entre las economías más importantes del mundo.
«Si un dólar más fuerte atrae capital internacional a los activos en divisa norteamericana, los inversores se preocuparán por el impacto que puede tener en los mercados emergentes. Sin embargo, unas posiciones más fuertes en reservas de divisas de los mercados emergentes y una mayor flexibilidad en los tipos de cambio les sitúa en mejores condiciones que en ciclos anteriores, lo que sugiere que pueden evitar nuevas crisis monetarias», afirma Tai Hui, estratega jefe de mercado asiático de J.P. Morgan Asset Management.
«Mientras que la política monetaria seguirá siendo extraordinariamente relajada a nivel mundial, el camino hacia la normalización en 2015 comenzará con una subida de los tipos de interés en los EE.UU., probablemente a mediados del próximo año, si la tasa de desempleo en Estados Unidos sigue cayendo más rápido de lo esperado y el crecimiento salarial se acelera», afirma David Kelly, jefe de estrategia global de J.P. Morgan Asset Management.
«Cuando la Reserva Federal de Estados Unidos finalmente se decida a actuar, aumentará los tipos no más de un cuarto de punto en una reunión para mantener el camino a la neutralidad monetaria sin sobresaltos. Su objetivo último será asegurar que los tipos a largo plazo se mantienen por encima de los de corto plazo, lo que implica rentabilidades totales negativas en toda la curva de dos o más años en el transcurso de 2015. En consecuencia, 2015 sería un año para infraponderar los valores del Tesoro y la duración corta de los Estados Unidos, a pesar de que los mercados de bonos en otras zonas ofrecerán mejores resultados”, añade Kelly. Los EE.UU. seguirán liderando el camino, con ganancias de alrededor del cinco por ciento en 2015, dice.
Dudas en emergentes
El cuadro macroeconómico es menos claro para los mercados bursátiles emergentes que permanecen penalizados por la desaceleración gradual del crecimiento de China, la debilidad de los mercados de materias primas, las políticas contrarias a la libre empresa y el posible impacto de los mayores tipos de interés en Estados Unidos. Sin embargo, Kelly explica que si se acelera el ritmo de crecimiento económico, las ganancias en los mercados emergentes tendrían un fuerte potencial de crecimiento a largo plazo y las valoraciones no parecerán excesivas.