La vida cotidiana nos depara sorpresas en cada “esquina del camino”, eventos que no esperábamos. Muchas son buenas. Otras, desafortunadamente, no. Eso sí, una mayoría de esas sorpresas desagradables son simplemente pequeños o medianos imprevistos que condicionan temporalmente nuestro día a día y, en ocasiones, nuestra economía personal.
En la planificación de tus finanzas personales, un fondo de emergencia consiste en un colchón de seguridad de dinero líquido que te puede ayudar a afrontar los imprevistos económicos que puedan aparecer en el día a día, sin tener que recurrir a endeudarte.
Disponer de un fondo de emergencias, que debería ascender a un importe liquido equivalente a entre tres a seis meses de tu salario o ingresos mensuales, te permitirá hacer frente a gastos no planeados que surjan de repente o a una emergencia que se pudiese presentar, aportándote tranquilidad y bienestar.
Estos son algunos ejemplos de imprevistos que podrías encontrarte en tu día a día:
Se rompe la caldera de gas o el termo eléctrico, en el peor momento
Se te estropea la caldera de gas o el termo eléctrico que calientan el agua. Además, los problemas no vienen solos: dejan de funcionar en pleno mes de enero con una ola de frío en tu ciudad. En plena cuesta de enero, con la tarjeta de crédito echando humo por los regalos de Navidad y las rebajas.
El técnico te presupuesta un coste de sustitución de la caldera de 400 euros. Este gasto “viene en el peor momento”. Si has hecho los deberes, te alegrarás de tener un fondo de emergencias.
No funciona el televisor, o bien cualquier electrodoméstico necesario para la vida diaria
Hace tres años te compraste una estupenda televisión de 50 pulgadas de última generación, con la que disfrutas de todas las suscripciones de plataformas de televisión. La anterior, de la misma marca, te había durado 10 años, por lo que preveías una larga vida para esta nueva tv. Pero no ha sido así.
Llamas a la marca y te dicen que ya no está en garantía. Contactas con la compañía de seguros, y el perito te dice que no está cubierto porque la avería no deriva de daños eléctricos. Llamas al servicio técnico de la marca y te presupuesta una reparación de 450 euros, cuando el televisor te costó 750 euros.
Definitivamente has de comprar un televisor nuevo. Podrías considerarlo un lujo, y mirar de ir tirando con alguno de segunda mano que te deje algún familiar o amigo. Pero las series y el cine son parte de tu ocio, de tus hobbies, y un televisor en pantalla grande es una vía para disfrutar de ello.
Lo anterior te podría pasar con otros electrodomésticos que, si bien no son parte de tu ocio, son necesarios para tu vida cotidiana y la de tu familia: lavadora, frigorífico, incluso lavavajillas. Estos electrodomésticos no tienen la duración que tenían los de antes, y no avisan de cuándo van a sufrir alguna avería.
El temido dentista
Hoy acompañas a tu hija de 9 años a una revisión en el dentista para comprobar que no tiene caries. Pero sí aparecen sorpresas. La dentista te dice que los dientes están creciendo algo desalineados, algunos no tienen espacio para ello, y que, a efectos preventivos, es conveniente poner ortodoncias para que los dientes crezcan adecuadamente.
La dentista te prepara un presupuesto por los aparatos dentales: son 1.850 euros en total, pagando 500 euros en la primera visita y después 60 euros mensuales. “¡Vaya faena, con tantos gastos que tenemos! Pero hay que hacerlo, el bienestar de la niña es lo primero”.
Accidente inesperado de un autónomo
Eres trabajador por cuenta propia. Trabajas como pintor. Tu afición es la bicicleta y sales los fines de semana con tus amigos en BTT. Un sábado, al frenar bajando una trialera, patina la rueda trasera de la bici, te vas al suelo y te fracturas el brazo derecho. Te ves obligado a coger la baja. El médico estima que deberás estar de baja tres meses y medio.
Venías cotizando a la Seguridad Social por la base mínima de cotización de tu tramo de rendimientos netos, y la prestación de IT (baja) que te abona tu Mutua como accidente no laboral (que asciende a un 60% de la base reguladora del día 4º al 20º, y un 75% a partir del día 21º) es bastante inferior a lo que venían siento tus rendimientos netos antes de la baja (por ejemplo, un 50% menos). No tienes contratado un seguro privado complementario de baja laboral o, si lo tuvieses, los importes a cobrar son muy modestos.
Te enfrentas a 3,5 meses con los mismos gastos personales y familiares y, en cambio, menos ingresos. En este caso, si lo tienes, un fondo de imprevistos te vendrá como “agua de mayo”.
Estos son algunos casos reales que demuestran lo importante que es tener un fondo de imprevistos, que evita tener que recurrir a deudas (tarjetas de crédito, préstamos, etcétera) y/o a disponer de los ahorros invertidos para otras metas (comprar una casa, hacer una reforma, estudiar un master…).