El pago de dividendos del índice MSCI Europe vuelve a alcanzar niveles récord. Según los cálculos de Allianz Global Investors, la retribución de las empresas incluidas en este índice de renta variable europea se sitúa en unos 407.000 millones de euros durante 2023. Para 2024, se espera que el volumen de dividendos alcance unos 433.000 millones de euros con un crecimiento de alrededor del 6,5% en comparación con 2023. Para 2025, la previsión asciende a 460.000 millones de euros, un 13% más frente a 2023.
Según explica Jörg de Vries-Hippen, director de Inversiones de Renta Variable Europea en Allianz Global Investors, el reciente aumento del reparto de dividendos se enmarca dentro de una tendencia al alza, que solo se vio interrumpida en 2020 debido a la pandemia del COVID-19. “Las perspectivas también siguen siendo positivas: se espera que el pago de dividendos aumente tanto este año como el siguiente”, añade.
Sin embargo, para Grant Cheng, gestor de Renta Variable de Dividendos, existen grandes diferencias por sectores, lo que aboga a favor de la diversificación y la gestión activa a la hora de tomar decisiones de inversión. “El pago de dividendos está aumentando sobre todo en los sectores financiero y de consumo discrecional”, matiza.
La rentabilidad por dividendo, que representa el porcentaje de pago en relación con el precio actual de la acción, también sigue una tendencia positiva. Para las empresas del índice MSCI Europe, la rentabilidad por dividendo se situó en el 3,47% a finales de 2023 y podría aumentar hasta el 3,67% durante este año.
La gestora defiende que la importancia que el reparto de dividendos ha tenido históricamente para la rentabilidad total de las inversiones en renta variable queda demostrada en su informe. Durante los últimos 40 años, casi el 36% de la rentabilidad total anual de las inversiones en renta variable para el índice MSCI Europe fue impulsada por los dividendos. En el caso de Norteamérica (MSCI North America), la contribución de los dividendos representa el 22% de la rentabilidad total, un dato que se eleva hasta el 40% en Asia-Pacífico (MSCI Pacific).
“Históricamente, los dividendos han contribuido de forma significativa a la rentabilidad total de la renta variable. También han evolucionado de forma más estable que los beneficios empresariales, lo que lleva a la conclusión de que las empresas suelen mantener su política de dividendos una vez establecida y tienden a aumentarlos en lugar de reducirlos, aunque los beneficios empresariales muestren una evolución más débil. Por lo tanto, los dividendos proporcionan estabilidad a la cartera, especialmente en tiempos de dificultades”, comenta Hans-Jörg Naumer, director de Global Capital Markets & Thematic Research y autor del informe Allianz GI Dividend Study 2024.
Según el informe, en Europa, el pago de dividendos ha contribuido en gran medida a la rentabilidad total de la renta variable. De 2019 a 2023, los pagos de dividendos, del 2,51%, representaron casi la mitad de la rentabilidad global, del 5,13%. De 2014 a 2018, su peso fue mayor, con un 2,75% del 2,96% total.
Por último, los precios de las acciones de las empresas que pagan dividendos también han demostrado ser menos volátiles en el pasado que los títulos de las compañías que no abonan dividendos. “La regla general es: los beneficios de las empresas fluctúan menos que los precios de las acciones, y los dividendos fluctúan menos que los beneficios de las empresas”, concluye Hans-Jörg Naumer.