México lleva diez años consecutivos inaugurando el mercado de emisiones soberanas internacionales con la operación que realizó el primer día hábil de este 2024; sin embargo, en esta ocasión el detalle llamó la atención más de lo acostumbrado en el medio financiero del país debido a las necesidades de financiamiento que México requerirá en este año como consecuencia del déficit fiscal en el que incurrirá por el proceso electoral.
Cumpliendo con lo ya es casi es una tradición, junto con el cambio de año, México inauguró las emisiones en los mercados internacionales con una colocación de deuda soberana por 7.500 millones de dólares, un récord histórico para el país.
Dicha emisión, compuesta por bonos a 5, 12 y 30 años, se produce en un momento en que el gobierno mexicano aprobó un fuerte aumento del presupuesto y del techo de endeudamiento, coincidiendo con el último año de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La estrategia, anunciada a finales del año pasado en el proceso de autorización del presupuesto federal para este año, rompió con la austera política fiscal seguida por el gobierno hasta ahora, misma que había sorprendido a propios y extraños ya que se esperaba que la disciplina fiscal no fuera una política asumida por el gobierno que inició en 2018.
El aumento del gasto programado para este año, incluye un incremento de 25% en la ayuda en efectivo que otorga cada dos meses a 6.000 ancianos (pensión para adultos mayores), e impactó negativamente en el humor del mercado, que se manifestó con una caída de dos centavos por dólar de las notas con vencimiento en 2053 tras el anuncio.
También habrá incrementos en los recursos asignados a otros programas sociales como los dirigidos a jóvenes desempleados (jóvenes construyendo el futuro); además de que en unos días el primer mandatario del país presentará una reforma al sistema de pensiones en la que se teme que el gobierno absorba gastos adicionales para llevar estos pagos al 100 por ciento del salario que tenía el trabajador al momento de solicitar su pensión.
Lo anterior ya empieza a generar incertidumbre en el mercado, por la posibilidad de que las finanzas del país registren presiones adicionales en los próximos años y tengan que tomarse medidas en los primeros meses del gobierno que iniciará el 1 de octubre de este mismo año por el cambio constitucional ya que hasta ahora el cambio de gobierno era el 1 de diciembre de cada 6 años.
La deuda pública mexicana es relativamente baja, equivalente alrededor del 47% del PIB, pero eso no quiere decir que el país pueda darse el lujo de incrementarla notablemente, a pesar de que vive un momento estelar con llegada de capitales por factores como el nearshoring.
En todo este contexto, el apetito por el papel mexicano se mantiene, la reciente emisión de bonos tuvo una demanda de más de 21.000 millones de dólares, según la Secretaría (ministerio) de Hacienda.
Dicha emisión logró reducir el costo de financiamiento y asegura el 100% de los vencimientos de deuda externa del 2024, lo que sin duda es una buena noticia en medio de todos los factores de incertidumbre que se avisoran en los meses siguientes.
México renovará el poder ejecutivo (presidencia) el próximo domingo 2 de junio, así como las dos cámaras (diputados y senadores), varias gubernaturas y miles de alcaldías en todo el país. Los analistas consideran que mucho dependerá del rumbo que vayan tomando las campañas electorales para que los principales indicadores económicos y financieros del país también marquen una trayectoria. Mientras, el país logró una exitosa colocación de bonos soberanos.