La deuda corporativa de grado de inversión de la eurozona continúa ofreciendo oportunidades de valor, incluso después de los buenos resultados obtenidos en 2023. La flexibilización de la política monetaria por parte del Banco Central Europeo (BCE) podría ser uno de los factores clave, y podría favorecer rentabilidades de entre el 6% y el 6,5% en 2024, tal y como comenta en un reciente pódcast Victoria Whitehead, directora de crédito de grado de inversión en BNP Paribas AM.
La clase de activo podría verse favorecida este año por las continuas entradas de capital, que reflejan la búsqueda de rentabilidad por parte de los inversores, así como las perspectivas que apuntan a una reducción del volumen de emisión de deuda por parte de las empresas ante la disminución de la actividad de fusiones y adquisiciones.
Las empresas han estado muy activas en los últimos años, emitiendo muchos bonos corporativos. Pero ante la menor actividad de M&A en los últimos años en Europa, probablemente no necesiten seguir emitiendo, lo que hace prever una menor oferta este año. Ese hecho, “combinado con una mayor demanda por parte de los inversores, debería hacer que los diferenciales de crédito se estrecharan”, explica Whitehead.
Y añade que muchas empresas consolidadas de gran capitalización se muestran dispuestas a entrar en un periodo de menor crecimiento y balances sólidos, lo que debería permitirles hacer frente a la desaceleración de la economía.
“El mercado europeo de grado de inversión sigue teniendo valor en términos de diferenciales. Consideramos que los spreads de crédito son relativamente baratos en comparación con su media de los últimos 10 años. Es posible que este año veamos otros 30 puntos básicos potenciales de estrechamiento y, como esperamos que el BCE empiece a recortar los tipos de interés, eso tendría un impacto positivo en la rentabilidad total”, añade.
Por ello, considera que el actual sigue siendo un buen punto de entrada. “En nuestra opinión, deberíamos ver rentabilidades de al menos el 6% o el 6,5% en 2024, sobre la base de un posible recorte de los tipos de interés de 50 puntos básicos”.
Respecto de los riesgos, Whitehead reconode que es evidente que el crecimiento se estancará en Europa en los próximos trimestres debido a los efectos negativos de la subida de los tipos de interés, que aún no se han dejado sentir plenamente en la economía. También hay una ralentización estructural en la industria manufacturera alemana, que es especialmente preocupante en estos momentos.
Sin embargo, añade que es importante subrayar que las empresas europeas con grado de inversión son en su mayor parte compañías sólidas que han hecho un gran esfuerzo en los últimos años para reforzar sus balances. “Así pues, se adentran en un periodo probable de crecimiento más débil con balances sólidos y elevados saldos de tesorería, lo que debería permitirles navegar por aguas más agitadas en los próximos trimestres”, asegura.
“También merece la pena señalar -concluye- que en los últimos doce meses hemos asistido a numerosas mejoras de la calificación crediticia de las empresas. Una vez más, estas grandes empresas europeas de primer orden entran en este periodo en una situación sólida y esperamos que puedan capear el temporal”.