El jardín de Banca March, en Madrid, acogerá desde finales de febrero hasta junio de 2024 la instalación de cuatro piezas monumentales de la creadora Lynda Benglis. Se trata de la primera vez que se podrán contemplar en España obras de una de las escultoras estadounidenses más relevantes de los siglos XX y XXI.
En 1970, la revista Life la proclamó heredera de Jackson Pollock y en 2022 fue seleccionada por The New York Times para su edición especial The Greats, en la que la publicación destaca cada año a cuatro “creadores inimitables cuyo talento ha cementado su lugar en la cultura”. A sus 82 años, tras seis décadas de trabajo, sigue en activo.
“Siempre quise hacer fuentes. Haberme criado en un lago, cerca del agua, fue lo que me llevó a querer trabajar con ella y con su movimiento (…) El agua fluye sobre ellas y a su alrededor. Son como erupciones que brotan de la tierra, y el agua articula ese carácter explosivo. Esto es algo que se siente en el cuerpo, la succión de la gravedad. Siempre he sido muy consciente de ello, y se manifiesta en mi trabajo, probablemente en todo mi trabajo, de una forma u otra”, ha declarado la artista. Ahora, este trabajo se puede descubrir en la instalación titulada Lynda Benglis Fuentes Jardín Banca March.
El compromiso histórico de Banca March con la cultura y el arte se pone de manifiesto en esta instalación de cuatro piezas de Lynda Benglis, concebida junto con Vande, firma internacional especializada en la venta privada de obras de arte y en la producción cultural, en torno a la idea de las fuentes y el agua como símbolos evocadores del concepto de sostenibilidad. Desde su fundación en 1926, Banca March se ha mantenido fiel a su compromiso de generar un impacto positivo en su entorno y contribuir al desarrollo de la sociedad. Banca March está comprometida con la creación no sólo valor económico, sino también valor social, de manera respetuosa con el medio ambiente y de forma sostenible en el tiempo, apoyándose en un modelo de negocio singular, basado en el crecimiento conjunto de clientes, profesionales, accionistas y la sociedad en general.
A las puertas de la celebración de su centenario en 2026, Banca March abrirá el jardín de su sede madrileña dos días a la semana hasta el mes de junio. Durante este periodo, los visitantes podrán contemplar estas cuatro fuentes situadas en diferentes emplazamientos del jardín, una isla verde a la sombra de un emblemático edificio de principios del siglo XX, situado en el madrileño Barrio de Salamanca.
José Luis Acea, consejero delegado de Banca March, asegura: “Que las esculturas de Lynda Benglis se exhiban en el jardín de Banca March tiene mucho significado para nosotros y todo el sentido del mundo. Tanto la idea de la exposición como la filosofía de la artista estadounidense se imbrican a la perfección con nuestra filosofía de Banco y de negocio», dice.
«Banca March es el banco más solvente de España, especializado en banca privada y asesoramiento a ahorradores, empresas y familias empresarias, con un modelo de negocio que va más allá de la obtención de un necesario beneficio económico. Desde su origen hace casi 100 años, Banca March se ha mantenido fiel a su compromiso de crecimiento conjunto con clientes, empleados, accionistas y la sociedad en general. Nacimos en Mallorca, una isla del Mediterráneo, por lo que en nuestro ADN están la vinculación al mar, el agua, y la necesidad de su conservación. Muestra de ello es que en 2019 creamos Mediterranean Fund, un fondo de inversión pensado para conjugar sostenibilidad y rentabilidad, que invierte en los océanos como fuente de riqueza y en el agua como bien a conservar, escaso e imprescindible. Como único banco 100% familiar desde sus orígenes en el sistema financiero español, queremos estar a la altura de los cambios que la sociedad demanda y responder de manera responsable, mirando al largo plazo, para tratar de legar a las generaciones futuras un mundo mejor”, asegura.
Sobre la importancia de la obra de Lynda Benglis, Anne Pontégnie, que comisaría la muestra junto con Vande, afirma: “Lynda Benglis es una figura colosal dentro de la escultura contemporánea. Su trabajo puede interpretarse como un esfuerzo constante por capturar el movimiento, un intento de congelar y expresar el flujo, la encarnación de la vida”.
Celebrar el agua
“Una escultura debería ser capaz de hacer algo consigo misma, de tener voz. Una buena obra no debería dejar nunca de plantear preguntas”. Lynda Benglis produjo la primera fuente en 1984 para la Exposición Mundial de Luisiana y la tituló The Wave of the World. Fue también su estreno con el bronce. Durante años esta fuente se dio por perdida, hasta que apareció en una antigua planta de tratamiento de aguas residuales, en la ciudad de Kenner, a poco más de 20 kilómetros de donde estuvo instalada. De su restauración se encargó la propia artista, quien la modificó dando lugar a Crescendo (1983–84/2014–15), una de las piezas que se mostrarán en el jardín de Banca March. Este megalito se convertirá casi en un objeto animado que dará la bienvenida al visitante en su paseo y descubrimiento del jardín del banco.
Otra de las esculturas, Knight Mer (2007-22), es una fuente de menor formato que puede recordar a cualquiera de los crustáceos o formas vivas con los que Lynda Benglis se cruzó en los pantanos de su Luisiana natal.
Bounty, Amber Waves y Fruited Plane (2021) son tres columnas formadas por vasos cónicos apilados por los que discurre el agua. Quizá uno de los conjuntos escultóricos más conocidos y reproducidos de Benglis, estas piezas resaltan por su monumentalidad, al alzarse casi ocho metros desde el suelo.
Completa la muestra Pink Lady (2014), la única fuente realizada en poliuretano y de un sorprendente color rosa fluorescente cuya superficie rugosa recuerda a los montones de arena y barro expulsados por los cangrejos y crustáceos a la orilla del mar. Benglis ha hablado específicamente de esto: “Los agujeros que hacían los cangrejos eran muy importantes para mí (…) Al observar las aguas de las riadas, veía como extraían el barro y dejaban unos grandes agujeros, a veces de treinta centímetros de alto, cubiertos de barro burbujeante. Tenían textura, era algo muy románico”.
Sobre el origen y concepto de la muestra, Vande comenta: “De todos es conocido el compromiso con el arte y la cultura de Banca March en el marco de su filosofía casi centenaria de crecimiento conjunto con la sociedad. La elección de estas cuatro fuentes monumentales de Lynda Benglis no fue difícil. El exotismo de sus formas establecerá un fructífero diálogo con la vegetación de la que estarán rodeadas. La belleza de estas fuentes ha hecho que estas y otras piezas de la escultora ya estén grabadas en la retina de todos. Estamos seguros de que, trayéndolas a Madrid, el público será capaz de apreciarlas en toda su plenitud y matices, en particular los referidos al paisaje, al agua y a la importancia de sostener y preservar el mundo que nos rodea».