Según el informe de Perspectivas Económicas y de Mercado 2024 elaborado por Mercer, las tensiones geopolíticas y los elevados tipos de interés serán los principales riesgos a afrontar en 2024. Entre los primeros, se encuentran la tensa relación entre Estados Unidos y China, la guerra entre Rusia y Ucrania y las tensiones en Oriente Próximo. En cuanto a los segundos, se podrían producir incidentes financieros provocados por los elevados tipos de interés que se registran en los mercados mundiales.
Ante este escenario, el informe de Mercer prevé un entorno positivo para la renta variable, prefiriendo los mercados emergentes, Japón y los REITs mundiales por sus mejores valoraciones y fundamentales. Aunque todo ello sin olvidar la renta fija, especialmente la deuda pública también de mercados emergentes, los gilts británicos, la deuda de mercados frontera y los bonos del Estado japonés con unas TIRes muy atractivas en términos históricos.
Por otro lado, se espera que, en 2024, los factores inflacionistas impulsados por la demanda disminuyan a medida que se ralentice el crecimiento económico. “El enfriamiento del mercado laboral debería continuar en 2024 y traducirse en un descenso de la oferta de empleo, un aumento del desempleo y una disminución del crecimiento salarial. De esta forma, las tasas de inflación mundial se acercarán a los objetivos de los bancos centrales. Si estas condiciones se cumplen, los bancos centrales de las principales economías podrían comenzar a bajar los tipos de interés”, apunta el documento.
Sin embargo, el informe pone en duda que se pueda desencadenar un ciclo de bajada de tipos completo. En los mercados emergentes, consideran que la situación es distinta, ya que algunos bancos centrales de estos países ya están empezando a recortar los tipos. En China, en concreto, con su economía muy por debajo de su capacidad, están reduciendo los tipos de interés y desplegando otras medidas de estímulo para fomentar el consumo y la inversión. Temas y oportunidades
Ante estas perspectivas económicas mundiales, Mercer proporciona posibles líneas de actuación y tendencias de cara a 2024. En primer lugar explica que los riesgos señalan a una mayor inestabilidad, dispersión y dislocación de los mercados, condiciones propicias para incorporar hedge funds en las carteras. Frente a este panorama de inestabilidad, el informe apunta a la diversificación de carteras como clave para mejorar la rentabilidad, tanto en la apuesta mixta por renta fija y variable, como entre mercados emergentes y desarrollados.
Otro de los elementos en los que pone el foco el estudio es en el potencial de la inteligencia artificial (IA) como fuerza deflacionista. Según indican, Goldman Sachs calcula que la aplicación de la IA genera un crecimiento de la productividad del 1,5% anual en un periodo de 10 años (en el mejor de los casos se estima que podría llegar al 2,9%). Sin embargo, sea cual sea el efecto de la IA en los niveles generales de inflación, el informe indica que persiste un riesgo significativo de volatilidad debido a los precios de las materias primas.
Por otro lado, el estudio también aborda varias tendencias que marcarán 2024, como la modernización energética, que está fomentando una mayor demanda de minerales y metales críticos para impulsar la electrificación y sostenibilidad de nuestro entorno. En este sentido, destaca que los inversores deben estar preparados para más normativas en este ámbito y considerar los riesgos relacionados con la sostenibilidad dentro de la gestión de carteras. Ante este contexto, el informe también señala que la necesidad de una agricultura más sostenible (es responsable de una cuarta parte de las emisiones mundiales) supone una oportunidad para los inversores en estrategias como la agricultura regenerativa y la agrotecnología.