Para muchas gestoras internacionales, Japón fue la gran sorpresa de 2023. En opinión de Joel Le Saux, gestor del fondo Eurizon Fund Sustainable Japan Equity en Eurizon Asset Management, el mercado japonés se caracterizó por una inflación sostenida, tipos comparativamente bajos, el yen alcanzando mínimos de 30 años frente al dólar estadounidense y un impulso activista de la Bolsa de Tokio para mejorar la eficiencia del capital de las empresas.
“Hace apenas un año, pocos habrían pronosticado con confianza que Japón registraría el resurgimiento que está viviendo ahora. Las perspectivas de crecimiento alentadoras y la incipiente presión inflacionista contrastan fuertemente con el estancamiento económico por el que se ha caracterizado Japón durante gran parte de los últimos 30 años”, añade Aadish Kumar, economista internacional de T. Rowe Price.
Sin duda, la inflación fue una de las claves, ya que se mantuvo moderada en comparación con el resto del mundo, en torno al 3%-4%, excluidos los alimentos frescos y la energía. “Las continuas subidas salariales han aumentado las expectativas de una inflación sostenida y de un posible fin de la relajación monetaria por parte del nuevo gobernador del Banco de Japón, el Sr. Ueda. Aunque el banco central sigue firmemente decidido a mantener los tipos bajos hasta que la inflación se sitúe en torno al 2%, el rendimiento del bono a 10 años ha subido hasta el 0,96%, su máximo reciente en octubre, después de que se modificara el control de la curva de rendimientos en junio y octubre”, explica Le Saux.
Además, el yen siguió depreciándose frente a la mayoría de las principales divisas a lo largo del año, impulsado en gran medida por las diferencias de rendimiento con el dólar estadounidense y el euro, que habían entrado en el ciclo de tipos positivos ya en la primavera de 2022.
“El Banco de Japón (BoJ) cambió su marco de control de la curva de rendimiento al convertir el límite superior de 1% en una tasa de referencia, ampliando efectivamente el rango de la curva de rendimiento. En nuestra opinión, este movimiento del BoJ señala que el fin del control de la curva de rendimiento es cuestión de cuándo y no de si se llevará a cabo. Seguimos esperando una sólida recuperación en la demanda interna de Japón, pero mantenemos cautela en torno a la demanda externa como un lastre para la economía”, añaden los expertos de Loomis Sayles, firma afiliada de Natixis IM.
Por último, Le Saux destaca que el impulso de la Bolsa de Tokio (TSE) para mejorar la eficiencia del capital entre las empresas cotizadas y las empresas que cotizan con bajos PBR parece haber acelerado la revisión por parte de las empresas de sus carteras de negocios y, en el caso de algunas empresas ricas en efectivo, ha dado lugar a un aumento de la rentabilidad para los accionistas.
Según explica Kelly Chia, Equity Research Analyst Asia de Julius Baer, el mercado bursátil japonés ha sido positivo para los inversores en dólares que no han cubierto sus posiciones en diciembre de 2023, ya que el índice local subió un 4,4% en dólares, pero se mantuvo plano en divisa local). Esta subida superó a la del S&P 500, que subió un 3,8% en el mismo periodo
“El yen se ha fortalecido recientemente, pero las acciones japonesas no reaccionaron tan negativamente como se esperaba. Reconocemos que el mercado japonés tiene una fuerte correlación con los mercados occidentales. Una preferencia por los valores de calidad, junto con empresas centradas en el mercado nacional, debería resultar una buena estrategia para los inversores a largo plazo”, añade
Perspectivas para 2024
Para el economista de T. Rowe Price, desde el punto de vista económico, Japón ha tardado mucho más que otras grandes economías en recuperarse del cierre por el COVID-19. “El crecimiento económico real es sólido y las perspectivas son alentadoras, con expectativas de consenso de que el crecimiento cobre impulso en 2024, hacia el extremo superior de los últimos diez años. Se espera que el crecimiento del PIB nominal siga una tendencia al alza, debido a un aumento de la inflación, tras décadas de crecimiento plano”, señala Kumar.
Por el contrario, Kumar prevé que el crecimiento en la mayoría de las demás grandes economías en 2024 se sitúe en torno al extremo inferior del intervalo de la última década. “Una diferencia clave entre Japón y otros mercados importantes es que Japón no se enfrenta a un entorno de endurecimiento de las condiciones financieras, debido a su recuperación tras la pandemia más lenta y a unas presiones inflacionistas más débiles. Mientras que otras grandes economías siguen luchando contra una inflación elevada, que ha llevado los tipos de interés a máximos de varias décadas, la política monetaria japonesa se ha mantenido laxa, con los tipos de interés en suspenso. Además, la política fiscal también es favorable: el Gobierno anunció recientemente estímulos en forma de rebajas y reducciones fiscales para las familias, lo que supone un impulso para los consumidores japoneses”, argumenta.
Es decir, consideran que su resurgimiento se ha visto alentado por la política económica atípica de Japón, que mantiene un sesgo flexible en un momento en que otros grandes mercados luchan contra la subida de los tipos de interés y el temor a la recesión. “Al mismo tiempo, la debilidad de la moneda está impulsando al alza los mercados de renta variable, mientras las autoridades siguen dando prioridad a la reforma del mercado, con el objetivo de hacer de Japón un destino más competitivo y atractivo para la inversión de capital extranjero. Este contexto apunta a unas perspectivas muy positivas para Japón en 2024, con un posible giro hacia una política más restrictiva como principal riesgo para estas perspectivas”, afirma el experto de T. Rowe Price.
Con este contexto de fondo, Eurizon AM se muestra constructivo respecto a las empresas nacionales, seguidas de los actores globales idiosincrásicos. “Las empresas nacionales de servicios se beneficiarán de la resiliencia de las actividades comerciales, respaldadas por una inflación sostenida, y estarán a salvo de las fluctuaciones de las divisas. Las empresas nacionales con poder de fijación de precios también se beneficiarán de la estabilización de la inflación de los costes y de la apreciación del yen, que favorece a los fabricantes nacionales. Aunque las cifras principales de las empresas mundiales se ven afectadas por las fluctuaciones del yen, los fundamentos de los titulares mundiales de PI y las empresas relacionadas con los semiconductores parecen sólidos, independientemente de la posible ralentización económica mundial. Por otra parte, los beneficios de los exportadores se han visto inflados por la debilidad del yen, lo que supone un gran obstáculo para el próximo ejercicio fiscal”, argumenta Le Saux.
Por último, desde Fidelity destacan que Japón tendrá una fuerte influencia en los mercados asiáticos este año. “La renta variable japonesa debería seguir destacando a medida que la economía realice la transición hacia un estado de inflación moderada después de décadas de crecimiento estancado y precios a la baja. Los aumentos salariales tendrán un efecto dominó en el consumo y sostendrán nuevas alzas de los precios. Los hogares japoneses están empezando a mostrar un cambio de mentalidad, desde el ahorro hacia el gasto, y eso tendrá efectos amplios y duraderos”, explican.
Según el documento de perspectivas de la gestora, las reformas del gobierno corporativo de Japón siguen liberando valor bursátil. “Las empresas están centrándose más en los dividendos y las recompras. El perfil de retribución al accionista del mercado japonés podría mejorar más rápido que el de la mayoría de los mercados desarrollados”, añaden.
También recuerdan como conclusión que, a medida que las autoridades vayan adquiriendo la certeza de que la inflación moderada de Japón ha alcanzado un nivel perdurable, será cuestión de tiempo que el Banco de Japón avance en el desmantelamiento de su política monetaria ultraexpansiva y deje completamente atrás su control de la curva de rendimientos. “Esta normalización de la política monetaria ayudará a atraer inversores hacia su mercado nacional de renta fija”, concluyen desde Fidelity.