Aunque solo representan el 10% de la industria de los fondos de inversión, los ETFs se han convertido en un vehículo imparable y un ingrediente básico en las carteras de los inversores. El patrimonio de los ETFs a nivel global alcanza los 10,6 billones de dólares y, según la consultora PwC, ese nivel podría acercarse a los 20 billones en 2026. ¿Qué hay detrás de este crecimiento?
En opinión de César Muro, Head of Sales, Spain & Portugal Xtrackers de DWS, la respuesta es, sin duda, el interés que este producto ha ofrecido. “Lo que hemos observado es que cada cinco años, la industria de ETFs duplica los activos bajo gestión. Los ETFs han dado el resultado que querían los inversores y a esto se suma la existencia de una regulación clara y sus características de costes, transparencia y diversificación”, explicaba durante el panel sobre ETFs celebrado durante el MIND 23 y en la que participaron diversas gestoras.
Este crecimiento no solo viene apoyado por el mayor interés de los inversores institucionales, sino también por la popularidad que tienen entre los inversores finales. Según una encuesta de BlackRock, 6,6 millones de personas en Europa pasarán a usar estos vehículos de inversión, siendo España el mercado con mayor crecimiento. “Entre España y Portugal, el informe recogía que un 60% pretendía aumentar su uso. Eso supone 1,1 millones de usuarios nuevos. Europa, poco a poco, se va pareciendo más a Estados Unidos en su uso, donde el 50% de la cartera son ETFs, y parte del empuje en ese crecimiento vendrá del inversor minorista”, destacaba Silvia Senra, miembro del equipo de Distribución de BlackRock en España, Portugal y Andorra.
En su opinión, el inversor ha experimentado un cambio de mentalidad y ahora son los jóvenes los que están empujando el uso de ETFs, que no se paran a pensar en si son productos que se pueden traspasar o en su fiscalidad, sino que miran el coste.
A estos argumentos a favor del crecimiento del mercado de los ETFs se suma una reflexión más que lanza Lorena Martínez-Olivares, responsable de ventas y distribución de ETFs para JPMorgan AM España: “Además de las ventajas y bondades ya señaladas, creo que han respondido muy bien a momentos complejos como el 2020 y también durante este año. Su crecimiento es una realidad y sus cualidades -transparencia, liquidez, eficiencia de costes y accesibilidad- están respaldadas por la industria”.
Principales tendencias
Según estos expertos, analizar los flujos dentro de la industria de los ETFs sirve para ver hacia dónde va el mundo de la inversión. En opinión de Senra, se observa una clara tendencia hacia los ETFs de renta fija, que aunque son una parte aún pequeña, han supuesto el 40% de los flujos de este año. “A principios de año vimos un mayor apetito por ETFs de renta fija largos y en verano, los inversores saltaron a duraciones cortas; ahora está más equilibrado. En este sentido, el activo más atractivo ha sido el bono del gobierno americano. En cuanto a los ETFs de renta variable, en flujos ha ganado la americana y como tendencia la japonesa. También hemos visto importantes salidas en la renta variable de mercados emergentes y en la europea, que empieza a recuperar entradas después de haber sufrido seis meses de salidas”, resume.
Para Muro, lo de los ETFs de renta fija ha sido un auténtico boom. “Creo que el acceso al mercado de bonos y a estrategias buy & hold o de vencimiento definido a través de ETFs seguirá atrayendo a los inversores”, afirma el Head of Sales, Spain & Portugal Xtrackers de DWS. Muestra de su convicción es que la gestora ha ampliado su gama de ETFs sobre todo en duraciones cortas y en el activo estrella de este año, las cripto. “Se trata de no quedarse fuera de las oportunidades que hay tanto en renta fija como en el mundo cripto. También observamos mucha demanda en inversión ESG, donde los ETFs han sido los grandes ganadores, ya que han captado todo ese interés del inversor gracias a su constante evolución”, añade.
Desde JP Morgan AM y BlackRock coinciden con las tendencias que destaca Muro. Sobre la inversión en criptoactivos, Senra reconoce que el inversor mira cada vez más esta clase de activo, pero hay que estar atento a la regulación. Las tres gestoras reconocen que abordan esta temática a través de vehículos que invierten en el metaverso, en tecnología blockchain, tokens, pero sobre todo buscar dar seguridad en el acceso a estos activos.
En cambio, la industria de ETFs está mucho más avanzada en todo lo que tiene que ver con la inversión sostenible, donde existe una gran oferta y enfoques de ETFs. “La transición energética y el camino de la sostenibilidad va a llevar mucho tiempo, por lo que se proponen productos con una visión amplia”, sostiene Senra.
A la renta fija, el universo cripto y a la ESG, se une una tendencia más: ETFs de gestión activa. Según explica Martínez-Olivares, éstos son una realidad asentada en Estados Unidos y en Europa se van desarrollando a un ritmo más lento. “Los ETFs de gestión activa suponen entre el 6%-7% del patrimonio total de los ETFs en Estados Unidos y representan el 25% de los flujos. En el caso de Europa, el ritmo es menor: suponen el 3% de los activos bajo gestión y acaparan el entre el 6%-7% de los flujos de entrada”, explica.
Para la responsable de JP Morgan AM, esta clase de estrategias encajan en todas las clases de activos y ofrecen las mismas bondades que los ETFs que siguen a un índice. “A nivel operativo no hay diferencia, la diferencia está en lo que metes dentro. Los índices son los mismos, lo que haces es tener un objetivo de alfa con diferentes índices”, matiza.