BBVA Asset Management prevé un escenario central en sus perspectivas de mercado para 2024 caracterizado por un crecimiento económico inferior al potencial, tanto en Estados Unidos como en Europa, pero que evita la recesión. El descenso de la inflación permitirá que los IPC europeos y estadounidenses se acerquen progresivamente a los objetivos de los bancos centrales, que empezarán el proceso de bajadas de los tipos de interés.
Joaquín García Huerga, director de Estrategia Global de BBVA Asset Management, explicó que durante el año que viene, el efecto retardado de la política monetaria y una menor contribución de la política fiscal «deberían propiciar un entorno de bajo crecimiento, por debajo del potencial en la mayoría de las economías», aunque, eso sí, no contempla una recesión severa. La razón reside en que se observan «fuertes desequilibrios macroeconómicos”, sobre todo en el sector privado.
El experto apunta a un crecimiento en torno al 1,4% en Estados Unidos; del 0,6% en la zona euro y del 4,5% en China. Este menor crecimiento del gigante asiático es «lógico», según García Huerga, debido a que va dejando de ser la «fábrica del mundo», aunque espera que el paquete de estímulos del gobierno chino se deje notar a lo largo del año que viene. En Latinoamérica el crecimiento agregado de las economías de la zona rondará el 2%: México y Brasil crecerán por encima de sus respectivos potenciales, según el experto, mientras que Chile, Colombia y Perú lo harán por debajo del potencial.
En cuanto a la inflación, y tanto en Estados Unidos como en la zona euro, la gestora de BBVA espera que tanto la tasa general como la subyacente continúen su senda de bajada hasta niveles cercanos, pero ligeramente superiores, al 2% a finales de 2024. El precio de la energía puede continuar contribuyendo negativamente, al mismo tiempo que la inflación de alimentos se moderará gradualmente. “Tal vez el riesgo esté en cierta fortaleza estructural del mercado laboral”, según García Huerga, que recordó que los salarios siguen revisándose al alza.
En este escenario central, “asistimos a un entorno idóneo para las inversiones en renta fija, una vez dejamos atrás el fuerte repunte de los tipos de interés iniciado en 2022”, señaló García Huerga. en este activo, ve atractivo en la renta fija gubernamental y el crédito investment grade de países desarrollados, así como en bonos gubernamentales de países emergentes, tanto en divisa fuerte como local, debido, en este caso, «a las expectativas de bajadas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales que no hayan empezado aun a relajar la política monetaria».
De hecho, el experto ha enfatizado que la renta fija va a ser el activo estrella de 2024, por relación rentabilidad/riesgo. De hecho, cree que será hora de ir añadiendo duración a las carteras de forma progresiva, ante la posibilidad de bajadas de los tipos de interés: para la Reserva Federal augura que la relajación monetaria se produzca a partir del primer semestre de 2024, con una cuantía de, como mucho, 150 puntos básicos. En el caso del BCE, el recorte del precio del dinero será de hasta un punto porcentual, a juicio del experto.
Renta variable
Las bolsas pueden vivir un año con rentabilidades positivas, apoyadas en modestos crecimientos de beneficios y, en algunos casos, unas valoraciones atractivas. García Huerga admite que la valoración agregada de los mercados mundiales de renta variable se mantiene cerca de su media histórica, pero matiza que «existe una divergencia relevante: el S&P 500 estadounidense sí presenta una valoración exigente, mientras que numerosos índices europeos o emergentes están por debajo de sus respectivas medias».
El experto augura que los márgenes empresariales pueden seguir mostrando resistencia a la baja desde los altos niveles actuales, ayudados por cierta capacidad de fijación de precios que apoya las cifras de ventas y unas empresas dotadas de altos niveles de flexibilidad derivada de la experiencia vivida con la pandemia. Como contrapunto, la presión en costes es creciente, especialmente en el frente salarial.
En Estados Unidos, los beneficios empresariales pueden subir en 2024 un 7% aproximadamente; entre el 3% y el 5% en Europa y al menos un 2% en España, aunque García Huerga adelanta que en el caso español existe potencial para que la cifra final sea superior a la prevista en un principio. “Por tanto, y como resultado de una valoración con margen de mejora y unos beneficios empresariales al alza, las bolsas europeas pueden registrar subidas de hasta doble dígito en 2024”, señaló el experto. En el caso de la bolsa estadounidense, el potencial radica más en el crecimiento de beneficios que en la valoración y podría subir en 2024 algo menos que las bolsas europeas.
En definitiva, García Huerga cree que 2024 será un año propicio para dar prioridad a la renta fija pero no dar de lado a la renta variable. «La cartera 60/40 puede tener un buen año, es un buen entorno para las carteras mixtas», aseguró.