La circularidad se presenta como una pieza clave en la reducción de emisiones, uno de los principales retos de las empresas en materia de sostenibilidad. Según el informe “Desmaterialización y circularidad”, elaborado por la consultora de impacto positivo de The Cocktail, Neture Impact, a pesar de que alrededor del 44% de las empresas cotizadas han publicado objetivos de descarbonización, solamente un 19% ha integrado medidas alineadas con el fin de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C.
Por ello y con el fin de continuar avanzando en este aspecto, estas compañías han incorporado en su estrategia de descarbonización nuevas líneas de acción con un rol protagonista tales como la desmaterialización y la circularidad. Tanto que se estima que la transición hacia una economía circular traerá oportunidades de inversión de 4,5 billones de dólares hasta 2030 a nivel global.
Ante este escenario, las empresas de servicios aparecen como una pieza clave en la construcción de una economía circular, a pesar de que siempre se asocia este concepto con la industria manufacturera y la gestión de residuos. Por ese motivo, Neture Impact, la consultora de impacto positivo de The Cocktail, desgrana en su informe “Desmaterialización y circularidad” las principales compañías de servicios que influyen en la construcción de una economía circular.
Banca: los bancos tienen un papel clave en la transición hacia un modelo circular a gran escala. Financian proyectos y empresas que adoptan prácticas circulares, crean un tejido productivo más sostenible gracias a su presencia en diversos sectores económicos y asesoran financieramente a las empresas durante sus procesos de transición.
Seguros: la industria aseguradora es capaz de prolongar los ciclos de vida de los productos, creando seguros adaptados a los nuevos patrones de uso. Además, tienen un rol clave en los procesos de prevención, mantenimiento y reparación de los equipos, que tienen una mayor importancia en una economía circularizada.
Tecnología y telecomunicaciones: las empresas de este sector, además de avanzar en la circularización de sus propios productos, aceleran la transición en otros sectores. Esto se consigue gracias a la conectividad, que permite crear nuevos negocios circulares, así como el Internet de las cosas (IoT), que monitoriza los activos en tiempo real y mejora la eficiencia de las cadenas de suministro. Además, los avances en digitalización facilitan el desarrollo de nuevos esquemas de relación entre consumidores y marcas.
Energía: hay un gran impacto de la economía circular en este sector en términos de descarbonización. Por un lado, para garantizar la viabilidad de un modelo energético eléctrico y renovable a largo plazo, se debe integrar la circularidad en todas sus fases. Además, la producción de biocombustibles es fundamental para el cierre de muchos ciclos materiales, permitiendo avanzar así en la descarbonización. Por último, la circularidad permite a las compañías eléctricas construir nuevas líneas de negocio sostenible en ámbitos como la movilidad y habitabilidad.
Distribución y logística: estas empresas permiten llegar a ciclos de producción más cerrados y menos intensivos materialmente. Pero para ello, deberán modificar sus modelos operativos y dar cabida a nuevos tipos de envases y embalajes, nuevos modelos de entrega de producto, así como nuevos procesos de recuperación material y logística inversa.
«El concepto de circularidad aspira a resolver un problema material, pero integra estrategias que van mucho más allá de las transformaciones materiales. No todos los esfuerzos circulares pasan por transformar los productos. Las empresas de servicio favorecen herramientas para que se produzca el cambio en los actuales sistemas económicos lineales”, explica Xavier Vallés Aznar, Managing Director de Neture Impact.