La Reserva Federal estadounidense no dio sorpresas en su reunión de noviembre. Es más, con esta segunda pausa consecutiva, los expertos ya dan por hecho el fin del endurecimiento de la política monetaria del organismo con los tipos en el rango del 5,25%-5,5%. Pero no dan por zanjada la vigilancia del equipo del presidente Jerome Powell, que no dudará en actuar si los datos son incómodos, a juicio de los expertos.
James McCann, economista jefe adjunto de abrdn, reconoce que la actitud de la Reserva Federal de quedarse “de brazos cruzados durante una segunda reunión consecutiva” aumentará las especulaciones sobre el fin del ciclo de endurecimiento monetario en Estados Unidos. Sin embargo, McCann no descarta que la autoridad monetaria estadounidense actúe con cautela a partir de ahora y que, en caso de que la actividad y la inflación se mantengan en niveles incómodos en los próximos meses, “aumente de nuevo la perspectiva de endurecimiento, aunque los mercados sigan atravesando dificultades”.
Una opinión similar mantiene Christian Scherrmann, U.S. Economist para DWS, que considera que la Fed ya ha alcanzado su nivel de tipos terminal de este ciclo con el mantenimiento del precio del dinero en su última reunión. El experto pone el foco en uno de los temas que Powell trató en la comparecencia posterior al encuentro: si las condiciones financieras son suficientemente restrictivas. El tono de cautela del presidente de la Fed en este ámbito es interpretado por Scherrmann como que la reciente subida de los rendimientos del Tesoro no ha durado lo suficiente como para hacer una evaluación realista. “Así pues, queda por ver si son necesarias o no nuevas subidas: no se ha tomado ninguna decisión y la Fed va decidiendo de reunión en reunión”, concluyó.
Por su parte, Eric Winograd, economista jefe de AllianceBernstein en Estados Unidos, opina que la totalidad de la reunión “fue dovish o bajista: el presidente no expresó ninguna urgencia por acelerar el proceso de desinflación, ignorando, de esta forma, la aceleración económica del verano”. Este tono, a juicio del experto, estuvo refrendado por las expresiones de cautela y prudencia mencionadas por Powell a la hora de fijar la política monetaria, y por los apuntes de que el riesgo de un endurecimiento excesivo frente al endurecimiento insuficiente está más equilibrado.
“Me parece que la Fed no cree que sea necesario volver a subir los tipos, y estoy de acuerdo con ellos, creo que el ciclo de endurecimiento ha terminado”, sentencia Winograd, que añade que con las expectativas de inflación bien ancladas, “el FOMC puede permitirse mantener los tipos estables en un nivel elevado durante un periodo prolongado, en lugar de tener que subirlos más a corto plazo”. Así, augura que los tipos de interés en Estados Unidos se mantendrán “altos durante un tiempo”, pero también matiza que, ahora, importa más cuánto tiempo estén esos tipos altos que el nivel alcanzado.
“Creo que lo probable es que los tipos se mantengan en estos niveles, al menos hasta la segunda mitad del año que viene, casi un año después de la última subida”, augura Winograd. En este punto, el experto explica que si bien la Fed sigue teniendo un sesgo restrictivo -es mucho más probable que suba los tipos en los próximos meses a que los recorte-, él no espera que ese movimiento se produzca. “Y me pareció que Powell tampoco”, asegura. Sin embargo, Winograd enumera los factores que pueden llevar a que la Fed retome las alzas de tipos. Primero, la evidencia de que la desinflación se ha estancado o revertido sería “una prueba muy poderosa a favor de un endurecimiento adicional”. A este factor se sumaría una aceleración del mercado laboral y que las condiciones financieras se relajan significativamente en las próximas semanas.
También François Rimeu, estratega jefe de La Française AM, ve factores que podrían llevar a la Fed a continuar con el endurecimiento monetario. El experto prefiere mirar a más largo plazo, al sentenciar que el equilibrio entre la política fiscal y la política monetaria determinará, en última instancia, el futuro de la inflación, ya que “mientras el gobierno estadounidense siga aplicando una política fiscal expansiva, la Reserva Federal no tendrá más remedio que continuar con su política monetaria restrictiva para evitar que la economía se recaliente y alimente la inflación”.
Salman Ahmed, responsable global de macro y asignación estratégica de activos en Fidelity International, interpretó los comentarios de Powell como que el FOMC “se siente cómodo con el estado de las condiciones financieras, que se han endurecido desde la última reunión”. Esto significa, según Ahmed, que el listón para nuevas subidas sigue alto. “Sin embargo, la Reserva Federal no tardará mucho en cambiar su postura y volver al punto de partida si los flujos de datos siguen mostrando fortaleza en las próximas semanas. Puede que estemos a punto de terminar con las subidas en este ciclo, pero la Fed aún no está preparada para señalarlo”.
Para Carlos de Campo, analista de Inversiones de Diaphanum, valoró positivamente la reacción de las bolsas y los bonos «después de que la Fed reforzara el mensaje sobre el previsible impacto del tensionamiento de las condiciones financieras sobre la actividad económica, especialmente tras el repunte de los activos libres de riesgo que, podría eliminar la necesidad de subidas adicionales de tipos».
Tiffany Wilding y Alison Boxer, economistas de PIMCO, apuntan que el banco central estadounidense parece estar sopesando la resistencia de los datos económicos observados en los últimos meses frente al endurecimiento de las condiciones financieras (incluidos unos tipos de interés más altos para una serie de activos, un dólar estadounidense más fuerte, los precios de los activos, etc.). «A juzgar por el tono de la reunión de noviembre, el endurecimiento de las condiciones financieras parece estar ganando la partida a los responsables de la Reserva Federal por el momento”, aseguran.
Raphael Olszyna-Marzys, economista internacional en J. Safra Sarasin Sustainable AM, tiene claro que la Reserva Federal necesita que las condiciones financieras sigan siendo restrictivas en los próximos trimestres «para que se restablezca plenamente la estabilidad de precios». Por lo tanto, la Fed debe mantener y señalar la posibilidad de nuevas subidas de tipos «para evitar que el mercado valore los recortes de tipos demasiado rápido y demasiado pronto, y relaje las condiciones financieras».
Banco de Inglaterra
El Banco de Inglaterra (BoE) se une a las filas de los bancos centrales que, tras una fuerte racha de subidas de tipos de interés, están adoptando una postura de espera para evaluar cómo repercute en la economía real el elevado nivel de los tipos de interés. En su reunión de noviembre ha mantenido su tipo de interés oficial en el 5,25%.
Sin embargo, Katrin Löhken, economista en el Reino Unido y Japón de DWS, puso el foco en la votación del Comité de Política Monetaria, en la que seis votaron a favor de tipos de interés constantes, pero tres seguían a favor de otra subida de tipos. «Esto muestra el alto nivel de incertidumbre sobre las perspectivas de la economía. Además, hay problemas de calidad con los datos del mercado laboral en el punto de mira, por lo que el banco central puede confiar en los datos menos de lo habitual».
No obstante, las actas del banco central muestran que el BoE sigue creyendo que la inflación y la dinámica salarial se debilitarán en los próximos meses. El riesgo, sin embargo, es que esta desaceleración no sea permanente, y que los aumentos salariales excesivos, en particular, puedan provocar efectos de segunda vuelta, según observa Löhken. De suceder así, «pondría en peligro la reducción permanente de la tasa de inflación hasta el nivel objetivo del 2%. Por lo tanto, el Banco de Inglaterra ha mantenido su tono hawkish en esta reunión y ha señalado su intención de mantener los tipos de interés en un nivel alto durante más tiempo», concluye la experta.