En noviembre de 2022, ChatGPT, un chatbot basado en grandes modelos de programación del lenguaje, fue lanzado, y rápidamente consiguió 100 millones de usuarios, en menos de dos meses. Desde entonces, parecidas aplicaciones de software han sido introducidas en el mercado por compañías como Google, Meta y otras, en el presente 2023. Es el inicio del boom de la inteligencia artificial (IA).
Antes de ello, la inteligencia artificial había sido sobre todo un instrumento utilizado por los principales gigantes de la tecnología, los conocidos como «los 7 Magníficos” (las siete compañías norteamericanas más grandes). Hacia 2023, la tecnología de la IA se hizo accesible tanto al gran público como a empresas más pequeñas.
Pero a pesar de estos avances, los inversores se han mantenido relativamente cautelosos, ya que la mayor parte han comparado la subida de la IA a otras exageraciones recientes, como las SPACs, (Special Purpose Acquistion Companies) o las criptodivisas. Sin embargo, la IA es mucho más que solamente una tendencia de moda. Tiene el potencial de revolucionar el modo en el que trabajamos, y puede impulsar el crecimiento económico de forma considerable. Desde un punto de vista económico, podemos estar ante el amanecer de una nueva era.
Impacto en la economía
El potencial de la IA para impulsar el crecimiento económico es significativo, evocando en la memoria la ola de productividad que la revolución ICT (semiconductores) produjo hace casi tres décadas. Capital Economics señala que desde 1995 hasta 2005, tecnologías como internet aumentaron la productividad estadounidense un 1,5% anual. Por lo que, tanto Capital Economics como Goldman Sachs piensan que la influencia de la IA podría provocar niveles similares de incremento de la productividad en los próximos años.
Sin embargo, la magnitud de este impacto será diferente entre los diversos países e industrias. Mientras que algunos conseguirán ser ganadores, otros serán perdedores. Los países que cuentan con innovación robusta, y con compañías que invierten activamente en la investigación y desarrollo (I+D), tendrán más opciones de ser los ganadores de esta carrera. Actualmente, EE.UU. parece ser el que encabeza claramente esta carrera.
Además, se han instalado algunos temores entre la gente corriente sobre esta tecnología emergente. Una reciente encuesta realizada en EE.UU. muestra que una cuarta parte de los norteamericanos teme que la IA podría dejarles sin empleo, sustituyéndolos como mano de obra. Aunque estas preocupaciones no sean infundadas, la IA también está preparando el terreno para ejercer roles más eficientes en el futuro. Un informe del MIT destaca que el 60% de las profesiones que existen en América a día de hoy no existían en 1940, algo que certifica Capital Economics.
Un caso de inversión
Naturalmente, la IA representa oportunidades para la inversión. Pero los inversores deberían distinguir entre las exageraciones que se vierten sobre la IA, y las ideas genuinas y atractivas para invertir. Mientras que muchas firmas enfocadas en la IA han aumentado su valor, simultáneamente la perspectiva de crecimiento de las compañías tecnológicas se ha revisado al alza. Por ejemplo, Goldman Sachs predice que las ganancias potenciales para empresas de software podrían aumentar un 46% desde los niveles de referencia actuales, impulsadas por la IA.
En la actualidad, las oportunidades de inversión en IA más prometedoras se encuentran en las compañías de crecimiento en Estados Unidos, mayoritariamente en el sector tecnología. Puesto que la IA irá evolucionando, las oportunidades de inversión se irán diversificando en diferentes sectores y países.
Los primeros beneficiarios de la moda tecnológica son las compañías con negocios basados en los semiconductores o en la nube (Cloud). Como es de sobra conocido, el sector del software está llamado a liderar el desarrollo de nuevos productos y soluciones en IA, tanto para los negocios como para los consumidores.
Es previsible que la IA prepare el terreno para nuevos líderes de la industria, tal como la llegada de Internet supuso para firmas como Google y Meta.
Sin embargo persiste el riesgo de que pueda generarse una burbuja de la inversión en el largo plazo. Pero un reciente informe de Goldman Sachs afirma que las valoraciones del sector de la tecnología están actualmente lejos del territorio de la burbuja. Mientras que algunas compañías en concreto podrían presentar valoraciones muy elevadas, las valoraciones del conjunto del mercado están sólo un poco por encima de su promedio de 10 años, a lo que se añade una mayor previsión de crecimiento
Tendencias en inteligencia artificial
La narrativa actual de la IA es predominantemente norteamericana. La mayor parte de la innovación relacionada con la IA, la investigación y desarrollo (I+D), y las inversiones, se concentran en los Estados Unidos. En el largo plazo, muchas compañías globales se beneficiarán de la IA, con diferentes grados de impacto.
El crecimiento económico parece más fuerte en los Estados Unidos, comparado con otras regiones, mientras que otro impulso adicional podría venir de las inversiones en IA, tanto en el 2023 como en 2024. Creemos que la sobreponderación en acciones de compañías norteamericanas es lo más lógico en este escenario. Mientras persistan los desafíos de la inflación duradera y los crecientes tipos de interés en la economía actual, el crecimiento de las ganancias empresariales, complementado por el momentum favorable en IA, favorecen a los Estados Unidos sobre otras regiones.
Las acciones de crecimiento norteamericanas han superado las expectativas en 2023, incluso en un entorno de rendimientos de los bonos al alza, que por lo general no favorece a la renta variable. Sin embargo, un pequeño grupo de acciones de crecimiento, aquellas que no son rentables, ha sido perjudicado por los tipos de interés elevados. En contraste, muchas firmas de crecimiento rentables están capitalizándose gracias a la tendencia favorable en IA.
La IA probablemente influirá en los mercados durante un largo tiempo, sostenida por una mejora de la economía y por la expectativa del aumento de los beneficios empresariales. Además, al menos por el momento, la IA emerge como una temática de inversión que parece estar aislada de los efectos de los tipos de interés en alza, así como de una potencial desaceleración de la economía.
Perspectivas de mercado
Desde 2022, los tipos de interés y la inflación han causado problemas a los mercados de renta variable, generando preocupaciones por la subida de tipos. A pesar de que la inflación ha sido fuente de malas noticias en 2022, el crecimiento económico en 2023 ha superado las expectativas. Contrariamente a las esperadas recesiones en EE.UU. y Europa, el crecimiento global en 2023 está siendo robusto, la inflación está en declive, y el crecimiento de los beneficios empresariales parece resiliente.
La temporada actual de ganancias empresariales tiene buena pinta, frente a las modestas expectativas previas. El reto que supone la subida de los rendimientos en los bonos desde julio es evidente, pero el crecimiento del PIB en el tercer trimestre en Estados Unidos podría superar el 3%. Mientras tanto, Europa y China podrían desacelerarse, pero la economía mundial permanece fuerte.
Las estimaciones de ingresos en las compañías sugieren un panorama de estabilidad en Estados Unidos, y una caída en Europa, debido a la mala evolución del sector energético el año anterior. Pero todavía, las posibles sorpresas positivas podrían surgir en el horizonte, especialmente en el sector tecnológico estadounidense, que podría aprovecharse de la ola IA en 2023.
En conclusión, las perspectivas a corto plazo de la renta variable son más positivas de lo que indican las tendencias recientes en el mercado. El pesimismo dominante podría desencadenar un retorno de los inversores hacia los mercados de renta variable, especialmente si los rendimientos de los bonos caen, provocando un potencial rally hasta finales de 2023 y principios de 2024.
Tribuna de Peter Lindahl, jefe de Allocation y Systematic Funds de Evli.