La reciente aparición de titulares sobre la repentina quiebra de algunos bancos emblemáticos ha inquietado a inversores, bancos, clientes y reguladores. Además, esto ha puesto de manifiesto la fragilidad de las instituciones financieras y la rapidez con la que el pánico se puede llegar a extender por todo el sistema. Las afirmaciones de que cualquier banco es “demasiado pequeño para la regulación” o “demasiado grande para quebrar” han demostrado ser erróneas, ya que los recientes acontecimientos nos recuerdan lo vulnerable que puede llegar a ser el sector bancario, cuando la agitación y los acontecimientos económicos impulsan cambios rápidos en las condiciones del mercado.
A medida que los expertos descubren el momento «post-mortem» en el que todo salió mal para el banco estadounidense Silicon Valley Bank (SVB) y Credit Suisse, debemos reflexionar sobre cómo las ramificaciones de sus quiebras afectarán al resto de la industria de servicios financieros, así como los posibles efectos dominó en otros sectores y en la economía. Frente a las expectativas renovadas de una gestión de riesgos más estricta, una reducción de los préstamos y una mayor regulación, los líderes de la industria deberán cambiar la forma en que abordan el crecimiento y la innovación. Es decir, en medio de marcos regulatorios cada vez más estrictos y presiones para hacer más con menos, tendrán que ser cada vez más ágiles en el futuro.
Además, los líderes empresariales son los encargados de equilibrarlo todo en un contexto de creciente regulación debido a factores como el cambio climático y el impulso hacia nuevas medidas de cumplimiento. Los objetivos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) representan una prioridad creciente para el sector de los servicios financieros. Estas normativas adicionales, están impulsando el cambio en los servicios financieros y requieren más inversiones en personal y tecnología.
Como era de esperar, todo esto conduce a decisiones de inversión diferidas o canceladas, iniciativas para reducir costes y reducción de las ambiciones de crecimiento.
¿Cómo se puede crecer en una recesión económica?
Sin duda, la tecnología puede tener un impacto significativo. La automatización puede disminuir el tiempo de incorporación de clientes, crear mejores formas de atender a los clientes y mejorar la comunicación entre una empresa de servicios financieros y su base de clientes, todo ello mientras se eliminan los procesos manuales y se reducen los errores. Los procesos se vuelven cada vez más eficientes y efectivos. Las tecnologías de automatización de procesos como la inteligencia artificial (IA), la automatización robótica de procesos (RPA) y la minería de procesos, pueden ayudar a las organizaciones de todo el sector financiero a innovar dentro de marcos normativos complejos.
La automatización permite a las empresas integrar controles de riesgo directamente en sus procesos para la elaboración de informes y auditorías en tiempo real que actúan como prueba de la efectividad continua de los controles. Desde una perspectiva de cumplimiento, esta es una buena noticia para un sector que se enfrenta a marcos regulatorios cada vez más estrictos.
Y estas tecnologías continúan evolucionando a buen ritmo. Según Market Watch, se prevé que una tendencia clave, la implementación de un tejido de datos en toda la empresa, crezca de 1.710 millones de dólares en 2022 a 6.970 millones de dólares para 2029. Tradicionalmente, reunir datos de sistemas dispares dentro y fuera de una organización ha sido muy difícil de lograr, además de caro, pero data fabric permite llegar allí de manera rápida y eficaz sin la necesidad de migrar los datos, uno de los requisitos clave para el éxito de la automatización de procesos.
Esencialmente, data fabric proporciona una «capa de datos virtual» para conectar y unificar las bases de datos existentes. En el sector de servicios financieros, esto permite a los usuarios acceder fácilmente a las políticas de gestión de riesgos, los datos de conocimiento del cliente (KYC) y acceder a otra información comercial. Las organizaciones también pueden incorporar la estructura de datos en los flujos de trabajo, eliminando los silos y unificándolo todo bajo un marco que cumpla la normativa.
A pesar de que los recientes acontecimientos han puesto de manifiesto riesgos y desafíos, los bancos no tienen que ver el aumento de la regulación como una carga o un inhibidor del crecimiento. Al adoptar la tecnología, especialmente la automatización de procesos, las organizaciones de servicios financieros podrán evitar dejar de lado los planes de crecimiento y expansión. De hecho, la tecnología será el camino para el crecimiento y la innovación en estos tiempos tan complejos.
Tribuna de Miguel Ángel González, Area VP para Iberia, Latam e Italia en Appian.