El reciente dato de empleo en Estados Unidos podría influir en las próximas decisiones de la Reserva Federal en mayor medida de lo inicialmente esperado por el mercado. Los expertos daban por hecha una pausa en el proceso de subidas de tipos amparada en un enfriamiento de la inflación y del mercado laboral. Ahora, este escenario podría verse alterado.
El informe de empleo de septiembre incluyó una enorme sorpresa positiva de las nóminas, con detalles contradictorios bajo un análisis más detallado del dato. La creación de empleo duplicó las previsiones y estuvieron acompañadas de importantes revisiones positivas del mes anterior. Por el contrario, la inflación salarial se moderó durante el mes, probablemente debido al efecto de la fuerte contratación en el sector del ocio y la Administración, que tiende a pagar menos que otros sectores.
A primera vista, esto llevó a los mercados a empezar a considerar seriamente la posibilidad de que la Reserva Federal cumpliera su promesa de una nueva subida de tipos este año, según expresan los expertos de Monex Europe. Pero dado el reciente endurecimiento de las condiciones financieras, “creemos que es probable que la Reserva Federal se mantenga a la espera en noviembre, aun cuando sigue habiendo riesgo de reaparición de las presiones inflacionistas”. No obstante, en la firma prefieren esperar al informe del IPC para confiar en esta opinión, ya que “en caso de que persista la reciente tendencia a la desinflación en las medidas básicas, es probable que se disipen las perspectivas de un alza en el cuarto trimestre”.
Por ahora, los mercados dan una probabilidad del 30% a que haya un alza de tipos en la próxima reunión.
Tiffany Wilding, economista de PIMCO, explica que la sorpresa positiva de las nóminas es tanto un reflejo de las temporadas estivales de empleo en ocio y educación, como un indicio de la resistencia de la economía estadounidense. Pero la experta matiza que las implicaciones para la Reserva Federal de Estados Unidos son complicadas porque aunque este informe “claramente” hace más reñida la decisión de la Fed sobre si volverá o no a subir los tipos este otoño, “el endurecimiento de las condiciones financieras está haciendo gran parte del trabajo por ellos”.
La experta admite haber sido escéptica “en cuanto a la posibilidad de que la Reserva Federal lleve a cabo la subida que actualmente tiene prevista para la segunda mitad de 2023, pero en este momento las probabilidades son más parecidas a lanzar una moneda al aire”. Por lo tanto, señala a los datos de IPC y de ventas al por menor, así como a los movimientos en las condiciones financieras, como determinantes a que la Fed se incline por una u otra decisión.
David Kohl, economista jefe en Julius Baer, afirma que el informe de septiembre desempleo “oculta el reequilibrio subyacente del mercado laboral”, ya que la población activa crece lentamente, la encuesta alternativa de hogares muestra menos aumento del empleo y el crecimiento de los ingresos medios por hora se modera.
En este sentido, “el actual reequilibrio del mercado laboral, a pesar del sólido crecimiento económico, sugiere que la presión sobre la Fed para que siga subiendo los tipos en el futuro sigue siendo moderada, mientras que la probabilidad de recortes anticipados de los tipos en 2024 sigue disminuyendo”, según Kohl.