La gestión activa es un negocio difícil: no sólo es difícil generar sistemáticamente rendimientos superiores y persistentes a gran escala, sino que también es difícil separar la habilidad de la suerte. Habitualmente la tendencia es centrarse en los resultados: ¿quién no ha extrapolado el track record de un gestor alguna vez?
Pero en una búsqueda en la que hay tanto ruido y tantos estilos centrarse en los resultados está plagado de peligros. En The Success Equation, Michael Mauboussin explica que «El reto básico es que nos encantan las historias y anhelamos comprender la relación entre causa y efecto. Como resultado, el razonamiento estadístico es difícil, y empezamos a ver el pasado como algo inevitable.»
Consideremos los espectaculares ejemplos de captación de activos de algunas empresas orientadas al crecimiento en los últimos dos años: los tipos se desplomaron, la renta variable se disparó y las empresas con una visión de la casa que adoptaron este estilo fueron alabadas como genios. Pero como estas condiciones eran intrínsecamente imprevisibles, es difícil concluir que los resultados reflejen verdadera habilidad.
En Man GLG, tenemos dos principios fundamentales a la hora de contratar y supervisar a nuestros gestores: 1) no tenemos una visión de la casa; y 2) intentamos juzgar la habilidad a partir de los procesos, en lugar de fijarnos en los resultados. Hacemos lo primero porque somos conscientes de que los estilos van y vienen, de que los mejores gestores diseñan procesos coherentes con sus tipos de personalidad y de que lo que funciona para uno no funciona para otro. Hacemos lo segundo, porque nos da una ventaja a la hora de contratar, producir rendimientos y satisfacer las ganas de aquellos que tienen más ganas de mejorar.
¿Por qué medir la habilidad?
Uno de los principales objetivos de la medición de las capacidades es proporcionar información cuantitativa y precisa a los gestores para ayudarles a comprender lo que les funciona y a desarrollar y perfeccionar su proceso de inversión.
Hagamos una comparación y tomemos como ejemplo el tiro con arco. Una vez que un arquero dispara su flecha al blanco, la «respuesta» que obtiene es casi instantánea: sabe si está cerca del blanco o no. Esto puede permitir al arquero cambiar su posición, inclinar el arco, apuntar más alto, etc., para llegar al resultado deseado.
Desgraciadamente, las reacciones de los mercados financieros suelen ser muy distorsionadas e inoportunas. Una vez que un gestor inicia una posición, no sabe instantáneamente si ha sido una buena o mala decisión: factores como los movimientos del mercado, el «ruido» de los competidores y los sesgos de comportamiento enturbian la información.
Esto puede reforzar comportamientos subóptimos a largo plazo. Creemos que es importante que los gestores de carteras reciban información eficaz basada en datos para contrarrestar las pruebas anecdóticas a las que se puede dar demasiada credibilidad.
Capacidad de medición
Los buenos gestores adoptan filosofías que son coherentes con sus procesos cognitivos y conductuales, y éstos pueden diferir de un equipo a otro.
Hay cuatro formas principales de personalizar estas métricas de habilidades:
- Elegir una referencia adecuada
Normalmente, entre el 30 y el 50% de la rentabilidad de una posición en bolsa se explica por los movimientos del mercado. Por lo tanto, es fundamental poder aislar el rendimiento de una posición debido a la habilidad y no a los movimientos del mercado. Por ello, es importante elegir un índice de referencia adecuado para poder examinar las posiciones largas y cortas. De lo contrario, en un mercado alcista, todos los largos parecerían excelentes, mientras que todos los cortos parecerían terribles.
- Comprender el proceso de inversión
A continuación, para comprender el proceso básico de inversión, debe considerarse el periodo medio de tenencia y lo que constituye una posición de tamaño significativo para cada gestor. También puede merecer la pena priorizar las medidas que estén en mayor consonancia con las intenciones del gestor; por ejemplo, si los anuncios de beneficios son una parte fundamental del proceso de inversión, entonces esta medida debe ponerse en primer plano.
- Evaluar la actividad inversora
Aunque pueda parecer obvio, creemos que deben medirse las dos actividades principales de un gestor: iniciar o aumentar posiciones, así como cerrar o reducir posiciones.
Aunque estas actividades parecen dos caras de la misma moneda, suele haber comportamientos y niveles de destreza distintos entre ambas, motivados principalmente por el propósito detrás del posicionamiento.
También es conveniente medir la degradación del alfa: a veces los gestores pueden permanecer en una posición durante demasiado tiempo.
- Comparar con simulaciones
Para que las ideas sean más sólidas y concretas, y para poder hacer recomendaciones a los gestores, consideramos importante presentar simulaciones, en las que se apliquen mecánicamente transformaciones sencillas a una cartera, como una regla de stop loss o posiciones equiponderadas.
La comparación de las carteras simulada y real ayuda al gestor a comprender, por ejemplo, cuánto valor ha aportado su asignación de peso y cómo de consistente ha sido en del tiempo.
Compartir los resultados, las recomendaciones y los comentarios
Una vez reunidas las métricas, el siguiente paso es presentar los datos a los gestores.
Cuando un gestor se enfrenta a datos cuantitativos, una buena parte de estos no deberían sorprenderle. Estos datos ayudan a reforzar la confianza en su proceso, y quizá otras revelaciones puedan convertirse en animados temas de debate a investigar.
En las competiciones de élite, en las que el éxito o el fracaso a menudo se reducen a los márgenes más estrechos, centrarse en las mejoras incrementales tiene mucho sentido: cada parte de un proceso y hacer las cosas un poco mejor puede suponer una diferencia sustancial en los resultados.
Para aprender más, visite la página web.
Tribuna de opinión escrita por Ed Cole y Teun Johnston de Man CLG
Esta información es comunicada y/o distribuida por la correspondiente entidad de Man identificada a continuación (colectivamente la «Empresa») sujeta a las siguientes condiciones y restricciones en sus respectivas jurisdicciones.
Las opiniones expresadas son las del autor y pueden no ser compartidas por todo el personal de Man Group plc («Man»). Estas opiniones están sujetas a cambios sin previo aviso, tienen carácter meramente informativo y no constituyen una oferta o invitación para realizar una inversión en cualquier instrumento financiero o en cualquier producto al que la Sociedad y/o sus filiales presten servicios de asesoramiento de inversión o cualquier otro servicio financiero. Las organizaciones, instrumentos financieros o productos descritos en este material se mencionan únicamente a efectos de referencia, por lo que no deben considerarse una recomendación para su compra o venta. Ni la empresa ni los autores serán responsables ante persona alguna por cualquier acción emprendida sobre la base de la información facilitada. Algunas afirmaciones contenidas en este material relativas a objetivos, estrategias, perspectivas u otros asuntos no históricos pueden ser declaraciones prospectivas y se basan en indicadores y expectativas actuales. Estas afirmaciones de carácter prospectivo se refieren únicamente a la fecha en que se realizan, y la empresa no asume ninguna obligación de actualizar o revisar ninguna de ellas. Estas declaraciones prospectivas están sujetas a riesgos e incertidumbres que pueden hacer que los resultados reales difieran materialmente de los contenidos en las declaraciones. La Sociedad y/o sus filiales pueden o no tener una posición en cualquiera de los instrumentos financieros mencionados y pueden o no estar negociando activamente con cualquiera de dichos valores. Salvo que se indique lo contrario, toda la información es facilitada por la Empresa. Las rentabilidades pasadas no son indicativas de resultados futuros.
Salvo que se indique lo contrario, esta información es comunicada por la entidad pertinente que se indica a continuación.
Espacio Económico Europeo: A menos que se indique lo contrario, este material es comunicado en el Espacio Económico Europeo por Man Asset Management (Ireland) Limited («MAMIL»), que está registrada en Irlanda con el número de sociedad 250493 y tiene su domicilio social en 70 Sir John Rogerson’s Quay, Grand Canal Dock, Dublín 2, Irlanda. MAMIL está autorizada y regulada por el Banco Central de Irlanda con el número C22513.
Este material es información sujeta a derechos de propiedad y no puede ser reproducida o difundida en su totalidad o en parte sin el consentimiento previo por escrito. Todos los servicios de datos e información disponibles en fuentes públicas utilizados en la creación de este material se consideran fiables. No obstante, no se garantiza su exactitud. © Man 2023. MKT008202/NS/ES/T/071023