El gobierno de Brasil ha enviado al Congreso una reforma tributaria que aumentará los impuestos a los fondos exclusivos, que son estructuras cerradas a pocos accionistas, en general de alto patrimonio. El proyecto también prevé una subida de la tributación del capital de los residentes brasileños en el exterior, algo que afecta a la industria offshore y a los fondos internacionales.
Fondos cerrados quedarán igual que los abiertos
Según el ministerio de Hacienda de Brasil, con la reforma los fondos exclusivos pasarán a tributar periódicamente a un tipo de 15%, como ocurre con los demás fondos de inversión, que pagan dos veces al año. Actualmente, los fondos cerrados sólo pagan el impuesto a la renta en los reembolsos.
Los fondos exclusivos brasileños tienen un único titular y exigen una inversión mínima de 10 millones de reales (2 millones de dólares o 1,90 millones de euros) y tienen un costo anual de manutención de hasta 150.000 reales (31.000 dólares). Por esta razón, se los conoce también como “fondos para los súper ricos”.
El gobierno brasileño espera recaudar con este nuevo impuesto alrededor de 24.000 millones de reales (4.920 millones de dólares al cambio de hoy – o unos 4.548 millones de euros) entre 2023 y 2026.
Por otro lado, se incluyó una rebaja, con una tributación del 10 % frente al 15 % mínimo previsto en la legislación propuesta, para aquellos que opten por empezar a pagar este año.
Según cálculos oficiales, hay 2.500 brasileños con recursos en este tipo de fondos, con un valor total de recursos estimado de 756.800 millones de reales (155.200 millones de dólares o unos 143.470 millones de euros).
Una tributación anual para el capital offshore
La segunda parte de la reforma propuesta al Congreso prevé la tributación anual de los rendimientos de capital brasileño ubicados en el exterior. Según la publicación española Cinco Días, la medida afectaría a los fondos internacionales u offshore, que hasta ahora no tributaban.
El texto establece un impuesto anual progresivo de hasta el 22,5 %, frente a la normativa actual, que solo tributa el capital en el extranjero cuando se rescata y vuelve a Brasil.
Las rentas entre 6.000 y 50.000 reales (unos 10.000 dólares) tributarán un 15% y los valores superiores a los 50.000 reales un 22,5%.
El gobierno brasileño espera que las medidas entren en vigencia el 1 de enero de 2024.