Con miras a incluir a los conglomerados financieros al perímetro regulatorio de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). El regulador chileno publicó esta semana sus lineamientos para una ley que los incluya como instituciones bajo la fiscalización prudencial de la entidad.
Además de un análisis de la pertinencia de la medida, las experiencias internacionales y las mejores prácticas globales en esta materia, el documento presenta una propuesta para un marco legal de supervisión.
La CMF considera que una ley es necesaria para “cerrar las brechas existentes entre la regulación y supervisión de Chile y las mejores prácticas globales sobre el tema”. Es más, para el ente regulador este cambio es “relevante y urgente”, considerando la importancia de los conglomerados en el sector financiero local.
“La propuesta es que la LCF (Ley de Conglomerados Financieros) sea una ley concisa, que contenga las principales definiciones, y establezca claros principios al accionar de la CMF, otorgándole atribuciones amplias y relevando a normativa secundaria de la CMF la implementación de la ley”, indicaron en el documento. Esto sería un esquema similar al aplicado a la última reforma a la Ley General de Bancos y la llamada Ley Fintec.
En detalle, la Comisión propone que una ley de conglomerados financieros incluya una definición de conglomerado y su alcance, descrita como un “conjunto de empresas de un grupo económico que contenga una entidad cuya actividad sea regulada prudencialmente” y, además, “una segunda entidad cuyo giro corresponda a cualquier otro negocio financiero”.
Respecto a la estructura y propiedad de los conglomerados, la propuesta del regulador es que estos grupos económicos “debería configurar su malla societaria de modo tal que se separen las actividades financieras de cualquier otra actividad que se ejerza al interior del grupo”. La idea es dejar fuera de la conformación del conglomerado financiero las actividades del sector real.
Los lineamientos también incluyen el requisito de que el conglomerado cuente con un patrimonio consolidado lo suficientemente robusto para enfrentar los riesgos derivados de sus actividades. “Con este requisito se busca mitigar los riesgos que el conglomerado pueda generar para las entidades reguladas que lo componen”, resaltó la CMF en su documento.
Respecto a los gobiernos corporativos, la entidad propone abordar el tema desde cuatro dimensiones: las limitaciones al contagio, con políticas de transacciones y exposiciones entre empresas; requerimientos de gobierno corporativos, con la obligación para el directorio de “hacerse cargo de una visión consolidada en la gestión del conglomerado”; mecanismos de gestión de riesgos; y planes de acción, en caso de “inestabilidad financiera sistémica o idiosincrática”.
Otra arista que tocan los lineamientos de la CMF es la información que estos grupos económicos tendrán que entregar al regulador. “La CMF debiese contar con amplias facultades para determinar el tipo, periodicidad y características específicas de la información que deberá reportar cada conglomerado, tanto para la revisión del cumplimiento de lo establecido en el conjunto de disposiciones que conformen la regulación, como también para cualquier otra materia de relevancia para la estabilidad del Sistema Financiero. Lo anterior consideraría la solicitud de información respecto de cualquier entidad que componga el conglomerado, aun cuando ésta no se encuentre supervisada de manera individual”, indicaron en su documento.
La propuesta también delinea las facultades que debería tener la Comisión, como “supervisor líder” para los conglomerados, los requisitos para estos grupos económicos, la información que deberán entregar al mercado y variables de la transición y el monitoreo de estas compañías.
Además de la experiencia extranjera y las mejores prácticas globales contenidas en los principios del Foro Conjunto de Supervisores Financieros (Joint Forum), los lineamientos de la potencial nueva ley consideran las recomendaciones específicas para el mercado chileno contenidas en las últimas tres evaluaciones del sistema financiero (FSAP) del Fondo Monetario Internacional (FMI) –entidad que también prestó apoyo técnico– y del Banco Mundial.