Los mercados seguirán ofreciendo oportunidades de inversión a los gestores en la segunda mitad del año. Entre ellas, estaría la renta fija y el crédito de países emergentes en divisa local. Las razones para confiar en este activo son múltiples, aunque se resumen en un contexto favorable de menor inflación, debilidad del dólar y fin de las alzas de los tipos de interés.
Mali Chivakul, economista de mercados emergentes en J. Safra Sarasin Sustainable AM, afirma que, en general, “más allá de la caída de la inflación y los posibles recortes de tipos en algunos mercados emergentes, el final del ciclo de subidas de tipos de la Reserva Federal en la segunda mitad del año debería proporcionar un entorno favorable para los bonos en moneda local de los mercados emergentes” y menciona que, debido a que la exposición de los no residentes a los bonos en moneda local sigue siendo bastante limitada, “hay margen para seguir aumentando la exposición de las carteras” a estos activos.
El experto reconoce que, “excluyendo China”, los activos de los mercados emergentes se encuentran en un momento óptimo: el crecimiento ha sido más resistente de lo previsto en muchos países y la inflación está bajando, lo que favorece a los bonos en divisa local. Primero, por la parte económica, ya que, aunque la actividad se ha ralentizado en todos los emergentes en comparación con 2022, “muchos de ellos se han mostrado más resistentes de lo previsto”. Chivakul resalta a Latinoamérica, donde el consenso de crecimiento ha mejorado en todos los principales mercados emergentes, excepto en Perú, y, aunque reconoce que que China lastra las perspectivas de crecimiento en Asia debido a la debilidad del mercado inmobiliario, el experto espera “un modesto paquete de medidas de apoyo en el segundo semestre para garantizar que la tasa de crecimiento de todo el año se sitúe en torno al 5%”.
A pesar de la resistencia del crecimiento, la desinflación se ha acelerado por los efectos de base de los precios de los alimentos y la energía. Un efecto que Chivakul prevé que se desvanezca en el segundo semestre, aunque en algunos casos, como Brasil, India o Indonesia, las tasas de inflación general se sitúan en la banda de tolerancia de los bancos centrales”.
En abrd, la renta fija en moneda local es uno de los cuatro activos que sobrepondera de cara a la segunda mitad del año. “Existe valor en la deuda de los mercados emergentes en moneda local, dados los rendimientos reales positivos, el descenso de la inflación y el margen de maniobra de los bancos centrales de los mercados emergentes para recortar los tipos de interés”, aseguran desde la firma.
Guillaume Tresca, estratega senior de Mercados Emergentes, Generali Investments, es más claro aún sobre las oportunidades en este activo: “los planetas se alinean por la deuda local de los mercados emergentes”, puesto que cree que “su rendimiento debería seguir siendo superior en la segunda parte de este año” ya que “la relajación monetaria en los mercados emergentes, combinada con una mayor desinflación, será una fuerza cíclica importante en el segundo semestre, lo que beneficiará a la deuda local”.
Como factor a favor adicional, el experto señala que la inflación subyacente de los emergentes es menos rígida, por lo que no descarta ver los primeros recortes de tipos en Latinoamérica a finales del tercer trimestre. Eso sí, matiza que existe cierto riesgo de que se retrase el ciclo de relajación, pero recuerda que los picos de rentabilidad de los bonos locales de los mercados emergentes suelen preceder a los picos de los tipos de interés oficiales, por lo que aconseja “posicionarse antes de las primeras bajadas de tipos de los bancos centrales de los mercados emergentes”.
Las preferencias de Tresca se dirigen hacia “el vientre de la curva y en países de alta rentabilidad como Brasil, México y Hungría”. Además, resalta que las valoraciones de los mercados emergentes locales “siguen siendo menos ajustadas que las de la deuda externa de estos mismos países”, puesto que la deuda local sigue ofreciendo un carry significativo, “incluso después de los costes de cobertura del tipo de cambio”.
Cornel Bruhin y Andranik Safaryan, gestores de carteras de MainFirst en el equipo de mercados emergentes, optan por el crédito corporativo de mercados emergentes en moneda local. La justificación reside en el alza de los precios de las materias primas, que provoca una cascada de efectos favorables a este activo.
“La subida de los precios de las materias primas también implica mayores beneficios para las empresas y salarios para los trabajadores, así como un aumento de los ingresos fiscales. Con el tiempo, esto tiene un efecto dominó en toda la economía en forma de aumento del consumo y la inversión. En consecuencia, es probable que los bonos corporativos de los mercados emergentes se recuperen en los próximos meses de las pérdidas históricamente elevadas del año pasado”, explican los expertos que señalan que esto se aplica no sólo a Chile, el mayor productor mundial de cobre con una cuota de mercado del 35%, o Indonesia, que controla más de un tercio de la producción mundial de níquel, “sino también a los productores de petróleo”.
Como apoyo a este escenario estará la debilidad del dólar como consecuencia del fin de la subida de tipos por parte de la Reserva Federal. Esta debilidad del dólar “impulsará a los inversores a buscar activos infravalorados con potencial de recuperación, por lo que se acerca el punto de inflexión para los bonos de los mercados emergentes”. De este modo, aconsejan “aprovechar hoy la recuperación de los mercados emergentes invirtiendo en una clase de activos con un potencial a la baja limitado y unos fundamentales sólidos”.
Hay muchas empresas de mercados emergentes a las que merece la pena prestar atención. Los expertos de MainFirst citan a Shelfdrilling, de Dubai; al productor nigeriano de petróleo y gas Seplat; y en Latinoamérica, “la petrolera argentina Ypf está en alza” y también consideran que “merece la pena echar un vistazo” a la empresa peruana Auna.