Desde que el Banco Central Europeo (BCE) ejecutase su octava subida de tipos consecutiva en el mes de junio, la entidad ha endurecido su política monetaria en 400 puntos básicos, llevando los tipos cerca de máximos históricos desde la creación del euro, en un movimiento que destaca por su velocidad y que, probablemente, muy pocos esperaban hace tan solo un año.
Este movimiento ha hecho que, en los últimos meses, y por primera vez en mucho tiempo, el mercado vea una oportunidad en la renta fija, que ha recuperado las características que la convertían en el activo refugio por antonomasia. Y hay motivos para creer que este activo sea la estrella en lo que resta de 2023.
En los últimos trimestres hemos visto que el crecimiento económico ha sido más favorable de lo estimado por el consenso por la fortaleza del mercado laboral, una tendencia que podría debilitarse en los próximos trimestres.
Por su parte, los tipos de interés han alcanzado a uno y otro lado del Atlántico un nivel restrictivo en el que no deberían permanecer demasiado tiempo, con una inflación que va a la baja en ambas regiones. Fin de la subida de tipos de interés, inflaciones cayendo aceleradamente y debilitamiento económico son un coctel perfecto para la renta fija.
En Loreto Inversiones apreciamos que varios de los factores que habían permitido apuntalar el crecimiento económico durante los últimos trimestres empiezan a dar muestras de debilitamiento.
El estallido de la pandemia hace ya más de tres años provocó un exceso de ahorro, tanto en Europa como en Estados Unidos, por la fuerte caída del consumo. Sin embargo, este colchón está desapareciendo, lo que impedirá que siga siendo un factor para impulsar el consumo. A esto se le une la progresiva desaparición de ayudas fiscales que los gobiernos habían implementado desde en los últimos años y que ahora comienzan a retirar.
Todo ello llega a la vez que se difumina otro de los grandes apoyos que han tenido las empresas y familias: el crédito barato. La inflación y las consiguientes subidas de tipos han hecho desaparecer el sueño del dinero gratis o casi gratis, con un endurecimiento de las condiciones que ya se empieza a dejar notar. Según los datos de Moody’s, en mayo se produjeron 16 defaults a nivel global, el dato más alto desde diciembre de 2020 y estiman que la tasa de impagos en los bonos sin grado de inversión repunte en los próximos 12 meses a ambos lados del Atlántico.
Desde Loreto Inversiones creemos que hemos visto ya el pico de inflación y que está próximo el fin de las subidas de los bancos centrales, por lo que somos positivos en la renta fija. Con esta visión constructiva a largo plazo, hemos ido incrementando la duración de las carteras, principalmente, a través de deuda de gobierno y aprovechando momentos de volatilidad en mercado, vía deuda corporativa perpetua. La caída del precio de la energía y su extensión al resto de componentes de la inflación debería ser el principal catalizador para seguir reduciendo los niveles de inflación.
Todos estos condicionantes y cambios de tendencia nos hacen pensar que la renta fija no va a desaparecer del radar de los inversores, siendo el activo estrella en la segunda mitad de año, teniendo en cuenta la rentabilidad, el riesgo y, como no, la volatilidad.
Tribuna de José Luis García Muelas, director de Inversiones en Loreto Inversiones.