Ya el año pasado anticipamos que Asia-Pacífico no estaba en condiciones de cumplir los 17 objetivos de desarrollo sostenible fijados por las Naciones Unidas. Gracias a los avances logrados en toda la región, este año estamos tratado de imaginar un futuro en el que Asia-Pacífico se sitúe a la cabeza de las soluciones innovadoras para hacer frente al cambio climático. Pero sólo si gobiernos, reguladores e inversores trabajan juntos podremos hacer realidad esta perspectiva.
Sabemos que Asia-Pacífico es especialmente vulnerable al cambio climático. Geográficamente, la región abarca desde el Himalaya hasta las islas del Pacífico, y sus zonas climáticas van de las tropicales a las polares. Las temperaturas están aumentando en Asia-Pacífico dos veces más rápido de lo que lo hace la media mundial. Se calcula que a mediados de siglo la subida del nivel del mar afectará a casi mil millones de personas. De las 25 ciudades más expuestas a una subida de un metro del nivel del mar, 19 están en Asia.
En las zonas áridas y semiáridas están aumentando las tormentas de arena y polvo y se están intensificando las sequías. Los datos de los últimos 50 años muestran que una persona que viva en Asia Pacífico tiene seis veces más probabilidades de verse afectada por un desastre relacionado con el clima que alguien de fuera de la región.
Al mismo tiempo, sabemos que Asia contribuye al cambio climático. Alberga a cinco de los 10 principales países emisores de carbono y es responsable de más de la mitad de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Por supuesto, la región también cuenta con el 60% de la población mundial. Sin embargo, aunque las emisiones brutas de carbono en Asia son elevadas, las emisiones per cápita siguen siendo bajas, lo que hace prever que las cifras futuras podrían empeorar drásticamente.
Asia-Pacífico, clave para el progreso
Sin embargo, nosotros también vemos oportunidades importantes. Se prevé que en 2050 la demanda mundial de energía sea un 8% inferior a la actual, con una economía mundial el doble de grande y un planeta en el que habitan 2.000 millones de personas más. Esto se debe a que la mayor parte de nuestra energía procederá de energías renovables, y creemos que esta región tiene la clave del progreso.
Las principales economías de Asia-Pacífico se han comprometido a alcanzar el objetivo de cero emisiones netas, y allí se encuentran muchas de las materias primas y soluciones de alta tecnología que harán posible el futuro mundo de cero emisiones netas. Las empresas de Asia-Pacífico lideran sectores que van desde la fabricación de paneles solares a las proteínas alternativas y el reciclado de plásticos, al mismo tiempo que siguen surgiendo nuevas innovaciones. Por todo ello, creemos que es una región madura para descubrir a los líderes de la sostenibilidad del mañana.
Aunque observamos un creciente interés por las soluciones sostenibles, somos conscientes de que no todos los clientes de Asia-Pacífico las solicitan. Pero estas cuestiones se aplican a las inversiones principales, creando riesgos de cartera que deben gestionarse. Los efectos físicos del cambio climático en esta región son tan graves que los gobiernos y los reguladores no pueden permitirse el lujo de no actuar. Estamos asistiendo a rápidos cambios normativos en varios países. India, por ejemplo, está desarrollando un mercado del carbono. Esta realidad seguirá impulsando la adopción institucional, y tenemos que trabajar juntos.
Nuestro sector tiene un papel fundamental en la asignación de capital hacia la transición. Somos responsables de demostrar que invertir de forma sostenible no es una decisión caritativa, sino una decisión basada en el rendimiento. Por eso abrdn ha creado herramientas para analizar escenarios de cambio climático y poner a prueba la credibilidad de los objetivos de cero emisiones netas de las empresas. Nuestro trabajo también consiste en innovar. Por eso hemos creado un centro de innovación con la Universidad de Edimburgo para financiar nuevas investigaciones y un Instituto de Sostenibilidad en Asia-Pacífico para impulsar la formación y el intercambio de conocimientos.
Impulsando la transición energética
Muchos expertos afirman que los inversores sólo deberían invertir en sectores ecológicos o con bajas emisiones de carbono. Sin duda, este tipo de inversión es importante. Pero, en nuestra opinión, también es necesario invertir en sectores marrones que impulsen la transición energética. La exclusión por sí sola no abordará los retos ni ofrecerá las mejores oportunidades de inversión.
Trabajar activamente con las empresas para apoyar objetivos de transición creíbles y colaborar con los reguladores ayudará a crear un panorama que nos permita asignar el capital de una manera que funcione para nuestros clientes. Si los gobiernos introducen los incentivos adecuados, el capital les seguirá, y estamos viendo ejemplos en esta región. Un ejemplo es lo que ha hecho China con las energías renovables.
Ahora que Europa ha introducido la primera ronda de normativas, Asia-Pacífico tiene la oportunidad de basarse en ella. Esto promete crear oportunidades para la innovación y la inversión. Las soluciones renovables son cada vez mejores y más baratas, y se están desarrollando en Asia-Pacífico.
La tecnología de baterías china, coreana y japonesa ya está alimentando el planeta. Singapur es ahora el mayor productor de combustible de aviación sostenible del mundo. Juntos podemos canalizar el capital hacia los líderes de la transición de esta región para impulsar la lucha mundial contra el cambio climático.
Tribuna de Rene Buehlemann, Chief Executive Officer, Asia Pacific de abrdn