Ir dato a dato. Es la hoja de ruta de los bancos centrales y la Reserva Federal de EE.UU acaba de tener uno a favor: la inflación de junio. El IPC estadounidense se situó el mes pasado en el 3% en tasa interanual, frente al 4% del mayo y una décima por debajo de las previsiones del consenso del mercado.
La tasa subyacente, que excluye alimentos y energía, cedió medio punto porcentual, hasta el 4,8%, también por debajo del 5% que esperaba el consenso. Eso sí, no parece que la Fed vaya a cambiar el guion de subidas de tipos a corto plazo.
Pablo Duarte, analista senior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch, considera que para algunos “esta reducción es la señal definitiva de la victoria en la batalla contra la inflación y la confirmación de que efectivamente era un fenómeno transitorio”. Sin embargo, matiza que “todo en este mundo es transitorio si se define un periodo de tiempo lo suficientemente largo”, además de que la presión inflacionaria “sigue siendo alta tanto en los EE. UU. como en la eurozona”. Por ende, “a menos que una crisis financiera o alguna otra catástrofe ocurra, los tipos de interés seguramente seguirán subiendo en los próximos meses”, a juicio del experto, que justifica esta previsión por el hecho de que “la presión inflacionaria no ha muerto, sino que se mudó de vecindario: de la energía y los bienes de consumo final a los servicios y los alimentos (en la eurozona)”.
La caída de la tasa interanual de inflación, a juicio de Duarte, “no es sorprendente debido al efecto base: el año pasado la inflación registró un muy fuerte salto del 1,2% entre mayo y junio”. El experto recuerda que en las últimas semanas, tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo “han preparado al mercado para una subida en los tipos de interés a final de julio y los datos de inflación del mes de junio afianzan esas expectativas”. A partir de ahora, “lo interesante será qué camino señalizarán para el resto del año, con una economía americana aún resiliente y una presión inflacionaria alta, las tasas podrían subir más de lo que los mercados actualmente esperan”.
Tiffany Wilding, economista de PIMCO, reconoce que la sorpresa en el dato de inflación estadounidense residió en “las volátiles categorías de servicios de viaje”, que, aunque representan una pequeña parte de la cesta global, “bastaron para recortar 9 puntos básicos la tasa intermensual del IPC subyacente”. Wilding ve ahora “más claramente” una desinflación tanto en los informes del IPC real como en los indicadores adelantados. Las consecuencias, sin embargo, no van a ser un tono más acomodaticio de la Fed, ya que sigue pensando que “es probable una subida de 25 puntos básicos en julio”, aunque con este dato “aumenta la confianza en que probablemente marque el final del ciclo de subidas, a pesar de los comentarios recientes de la Fed que apuntan a un endurecimiento adicional”.
Por su parte, Geir Lode, director de Renta Variable Global de Federated Hermes Limited,admite que esta cifra de IPC “parecían más tranquilas”, lo que sugiere “que estamos empezando a ver la luz al final de lo que ha parecido un túnel interminable”. Pero matiza que “aún queda trabajo por hacer”, ya que el último informe sobre el empleo “sigue una tónica similar, por debajo de lo esperado”, algo que es una “buena noticia para el objetivo de estabilidad de precios”, aunque el desempleo sigue en mínimos históricos.
Sobre el futuro de la política monetaria de la Fed, “la cifra de IPC juega a favor de la opinión del mercado, pero es difícil que la Fed cambie de táctica a corto plazo, por lo que esperamos una subida del 0,25% en julio”, es más, Lode no ve una relajación “antes de mediados del próximo año”.
Para David Kohl, Chief Economist de Julius Baer, la ralentización del impulso de la inflación subyacente sitúa a la Reserva Federal un gran paso más cerca de declarar la victoria en su lucha contra la inflación y allana el camino para una última subida de tipos y el final de un ciclo de endurecimiento extraordinariamente pronunciado en la próxima reunión de los días 25 y 26 de julio.
Franco Macchiavelli, responsable de análisis de Admirals en España, reafirma que el dato de IPE en EE.UU “confirma lo que el mercado estimaba: una reducción considerable en ambas lecturas, destacando la subyacente”, lo que anima a los mercados “en vista de que la lucha contra la inflación parece estar ganando terreno, con una Fed menos presionada para seguir contrayendo la economía mediante subidas adicionales”. Por lo tanto, el experto considera que el ‘aterrizaje suave’ “comienza a cobrar más sentido y los mercados podrían empezar a descontar dicho escenario”.
Eso sí, Macchiavelli ve probable que la Fed “puede seguir mostrando una postura relativamente restrictiva para no inundar de un optimismo excesivo en los mercados”.