“La primera mitad de año ha sido relativamente buena”, afirma Gonzalo de Cadenas-Santiago, director de análisis macroeconómico y financiero de Mapfre Economics. Mapfre Economics ha mejorado la previsión de crecimiento para España, que se eleva hasta el 2,2% en 2023 frente al 1,7% esperado en el trimestre anterior y al 1% de principios de año, animada por la moderación de los costes energéticos, la recuperación del turismo y la normalización de los cuellos de botella. En 2024, se espera un aumento del PIB del 1,9%.
El informe ‘Panorama económico y sectorial 2023: perspectivas hacia el tercer trimestre’, editado por Fundación Mapfre, añade que esa mejora se engloba en un contexto marcado también por la fortaleza de las exportaciones, el endurecimiento financiero y un consumo público beneficiándose de la entrada de fondos europeos, así como de la todavía fiscalidad expansiva.
El consumo privado ha perdido fuerza debido a la pérdida de poder adquisitivo por la inflación, aunque se ha mantenido en unos niveles razonables para las circunstancias. La excepción se da en la compra de automóviles, que se está recuperando de la falta de stock para entrega.
Desaceleración de la inflación
La inflación, por su parte, se situaría en el 3,4% este año, por debajo de las tasas del resto de países de su entorno y más moderada de lo esperado inicialmente, y en el 2,5% el año que viene. La tasa subyacente sigue siendo incómodamente alta, aunque se ha ido moderando en los últimos meses.
Para Mapfre Economics, los riesgos de corto plazo para la economía española derivan de los efectos del endurecimiento financiero y lo que estos impliquen en términos de contracción de crédito a la economía para efectos de consumo e inversión. De hecho, estos ya se estarían notando en la concesión de hipotecas, que cayeron un 18% en los cuatro primeros meses del año. El mayor coste de financiación pública también mermará el consumo público, aunque este estará compensado con las ayudas de la Unión Europea.
La Eurozona con un contexto “muy diverso” mantiene la previsión de crecimiento para este año en el 0,6% a pesar de los malos datos macroeconómicos registrados en el primer trimestre y con un menor respaldo de los países intensivos en manufacturas. Para 2024, se prevé un aumento del PIB del 1%, una mejora limitada al sector servicios. Sin embargo, las previsiones de inflación se elevan marginalmente hasta el 5% para 2023, mientras que la tasa esperada para 2024 es sustancialmente inferior, al situarse en el 1%, por debajo del nivel objetivo de los bancos centrales. Sí se esperan buenas noticias en este sentido en industria, mientras que la subyacente permanecerá con avances marginales y sujeta a riesgos relacionados con la evolución salarial.
En lo referente a mercados emergentes, la menor demanda exterior y el agotamiento del ciclo de las materias primas sugieren un cambio de ciclo. La recuperación de China es “decepcionante” y el resto de Asia Emergente mantiene el dinamismo. Por su parte, Latam está revisada al alza gracias a las mejoras de Brasil y México, aunque continúan por debajo de su potencial.
En Estados Unidos, persiste la tensión en el mercado laboral. La inflación continúa, a pesar del ciclo restrictivo del crédito, y los riesgos relacionados con el techo de la deuda se encuentran en vías de solución. Asimismo, se estima un posible resurgimiento de las tensiones bancarias y un entorno monetario restrictivo en 2024.
El colchón del ahorro
A partir del COVID, ha habido un exceso acumulado de ahorro. “Hay un buffer del ahorro que se está erosionando, pero no debemos ser triunfalistas porque la brecha que existe aún es muy elevada”, afirma Cadenas-Santiago.
Impacto en el sector asegurador
La revisión de las estimaciones de crecimiento económico plantea un panorama mixto para la actividad y la rentabilidad de las entidades aseguradoras, a medida que se empiece a notar en la economía real el endurecimiento de las condiciones financieras para hogares, negocios y empresas, que podría traducirse en crecimientos menores de las líneas más cíclicas del negocio asegurador. “La inflación continúa moderándose, pero sigue lejos de los objetivos de los bancos centrales”, añade Ricardo González, director de análisis, estudios sectoriales y regulación de MAPFRE Economics.
Los mayores niveles de tipos de interés están ayudando al desarrollo del negocio de los seguros de vida ahorro y rentas vitalicias, aunque la inversión de la pendiente de las curvas de tipos de interés que presentan muchos mercados se ha acentuado, lo que hace más compleja la gestión de los productos con garantías de tipos de interés a medio y largo plazo. Matiza González que “el negocio de los seguros de vida está dando buenas oportunidades”.
La demanda en el ramo de automóviles ha mejorado gracias a la normalización de las cadenas de suministro y cierta demanda embalsada, aunque la persistencia de la inflación sigue afectando a su rentabilidad, en tanto que los seguros de salud siguen con buenas perspectivas. Las carteras de inversiones se han beneficiado de los buenos resultados del primer semestre, especialmente en renta variable, tras el impacto negativo que tuvieron las subidas de tipos aceleradas el año pasado.