La combinación de tipos de interés altos, inflación persistente y revisión de precios en los principales activos vista en los últimos 18 meses ha abierto la compuerta para una mayor demanda de activos alternativos líquidos, por su capacidad para aportar diversificación y rentas descorrelacionadas. Así, cada vez son más las gestoras que hacen pedagogía sobre las bondades de estos activos en el entorno actual. “Creemos que los mercados privados tienen cualidades particulares que apoyan las tesis para incluirlos en una cartera diversificada a lo largo de un ciclo de inversión”, afirma por ejemplo José Luis González Pastor, Managing Director del equipo de Private Equity de Neuberger Berman. “Algunas de estas cualidades pueden incluso justificar la asignación de nuevo capital a esta clase de activos en momentos como el actual, ya que el private equity tiene la capacidad de aprovechar las oportunidades que tienden a surgir en momentos relativamente débiles del ciclo”, añade.
Desde Schroders Borja Fernández Canseco, director de negocio institucional para España, incide sobre la variedad de estrategias alternativas disponibles y las posibilidades que ofrecen una adecuada combinación: “Al conjugar diferentes clases de activos privados, los inversores no sólo pueden combinar diferentes perfiles de rentabilidad, riesgo, sostenibilidad/impacto y liquidez, sino que también pueden diversificar la exposición según los factores de riesgo y rentabilidad subyacentes”.
Diversos estudios respaldan este mayor apetito por parte de los inversores, como por ejemplo este conducido por el grupo internacional de gestión de activos Managing Partners Group (MPG), que recoge que el 97% de los inversores ha incrementado su asignación en alternativos en el último año y el 96% planea volver a hacerlo en los próximos 12 meses. Los resultados de la primera Encuesta Global de Mercados Privados emprendida por BlackRock Alternatives apuntan en una dirección similar, al detectar que más del 70% de los inversores tienen intención de aumentar sus asignaciones a private equity este año. Si lo que queremos es poner cifras más precisas al universo alternativo, sirvan las conclusiones del informe Future of Alternatives in 2027 de la firma de consultoría Preqin, que calcula que los activos bajo gestión se incrementarán desde los 13,7 billones de dólares a finales de 2021a 23,3 billones de dólares en 2027, un crecimiento anual compuesto de 9,3 %.
La cartera 60/40, a revisión
Una vez constatado que el apetito y la demanda está ahí, vuelve a surgir la cuestión que ha sobrevolado a esta clase de activo en los últimos años: ¿qué peso deberían tener los activos alternativos en cartera? Edwin Conway, responsable Global de Alternativos de BlackRock, comentaba con motivo del lanzamiento de la encuesta ya citada que “los inversores sofisticados han dejado atrás el modelo tradicional de asignación 60/40”, vaticinando que “los activos privados seguirán creciendo como porcentaje de las carteras globales”.
La revisión del modelo 60/40 resulta especialmente pertinente habida cuenta del comportamiento extraordinariamente negativo registrado por las carteras con esta estructura el año pasado. Desde algunas gestoras plantean un nuevo modelo, el 60/20/20, en el que un 20% se corresponde con una asignación a renta fija y el otro 20%, a activos alternativos. El último en plantear esta tesis ha sido Amadeo Alentorn, gestor de Jupiter AM, durante la Conferencia de Inversión que ofreció la firma en Madrid a sus clientes internacionales el pasado mes de mayo: “En un entorno como el del año pasado, cuando acciones y bonos experimentaron caídas de doble dígito, necesitas añadir una exposición significativa a activos que no estén correlacionados con acciones y bonos. Esto permitirá conseguir una expectativa de retorno media con un riesgo mucho más bajo, con retornos mucho más consistentes a lo largo del ciclo y, por tanto, mejor ratio Sharpe”.
Christian Rouquerol, director de ventas de Tikehau para Iberia, constata que tanto los inversores institucionales del norte de Europa como las bancas privadas “están invirtiendo fácilmente una media del 15% al 20% en mercados privados”, algo que bajo su punto de vista “parece tener mucho sentido sobre una base de diversificación, especialmente dadas las tendencias de los mercados líquidos”. Dicho esto, y para el caso español, donde los inversores han tardado más en incorporar este tipo de asignaciones a sus carteras, Rouquerol afirma que “un 10% tiende a ser un objetivo razonable para los inversores privados cuyo perfil permite invertir en producto sin liquidez”.
Se abre la veda al minorista
Desde Neuberger Berman, González Pastor constata que estrategias alternativas como el private equity, crédito privado o activos inmobiliarios se han convertido en herramientas ya tradicionales para los inversores institucionales “para ayudarles a reducir la volatilidad y generar rentabilidades consistentes en el largo plazo”.
Pero la nueva vuelta de tuerca llega con la democratización de la inversión en alternativos. Esta mayor accesibilidad llega de la mano de regulaciones como la reciente modificación del reglamento sobre los fondos de inversión a largo plazo europeos (conocidos como ELTIFs o FILPEs), que reduce sustancialmente la inversión mínima inicial en esta clase de activos. Pero los minoristas también están teniendo más oportunidades para invertir en esta clase de activos gracias a los desarrollos tecnológicos. Por ejemplo, hace tan solo unos días se presentó Crescenta, la primera plataforma digital española para la inversión en capital privado
¿Deberían los alternativos, por tanto, tener una asignación del 15%-20% en una cartera minorista? Esta afirmación es más discutible. Las gestoras de fondos consultadas por Funds Society cierran filas en torno a la necesidad de una buena educación financiera y mayor formación a asesores.
“A la hora de crear una cartera de activos privados hay que tener claro cuál es el objetivo de inversión, pues las necesidades de cada cliente son distintas y, por ende, los productos y asignaciones que les encajan”, corrobora Borja Fernández Canseco desde Schroders. “Los activos privados tienen un perfil riesgo y liquidez propio, por lo que contar con el asesoramiento especializado es clave”, afirma.
“Cada inversor tiene sus necesidades y las debe consultar con su asesor, aunque hay que tener en cuenta que la educación o preparación del inversor ha ido mejorando”, afirma Tania Salvat, responsable del negocio institucional de BlackRock para Iberia. “Los inversores españoles tienen un posicionamiento inferior a esta clase de activos que el de sus homólogos europeos, y creemos que esa diferencia se irá reduciendo en los próximos años”, concluye.