Uno de los activos históricamente más seguros y que ofrece tradicionalmente buenas opciones de rentabilidad es el oro. Y ahora está en el foco de los inversores: la onza de oro roza máximos históricos, al cotizar en el entorno de los 2.000 dólares. El momento puede ser propicio, ante el riesgo de una hipotética recesión económica en caso de que los bancos centrales suban los tipos más de lo deseado. Pero también le favorece la búsqueda de refugio de los inversores, unido a una depreciación del dólar y la posibilidad de que el fin de las subidas de los tipos de interés en EEUU estén más cerca que lejos.
El oro como opción de inversión, según Raquel Herrero, analista de operaciones con metales preciosos de Coininvest, “es muy interesante a la hora de diversificar, sobre todo cuando uno no sabe dónde hacerlo». Herrero recuerda que el oro ha cumplido con su papel de metal refugio contra la inflación. «Suele adaptarse muy bien, manteniendo un valor razonablemente estable, cuando atravesamos contextos cambiantes y hay una situación inestable», explica. Si bien la experta admite que la inversión en oro no ofrece rentabilidad inmediata, «ha demostrado ser una buena opción a largo plazo”.
El entorno, clave de cara a invertir
El oro, como todos los metales preciosos, es una inversión de perfil más conservador, pero a la vez más estable, según la experta: “Hay que tener en cuenta que éste no se dedica solo a inversión , sino se destina a joyería principalmente, y de manera muy importante también a tecnología, entre otros sectores”. Sólo el 8% del oro, aproximadamente, se dedica a inversión, mientras que cerca de un 50% se destina a joyería y alrededor de un 37% a tecnología.
En este sentido, Herrero pronostica que “de momento, la Reserva Federal de EEUU ha mantenido los tipos de interés al alza, con lo que parece el dólar puede seguir también revalorizándose frente al euro, lo que provoca que la demanda baje un poco y con ello el valor de cotización del metal». Eso sí, puntualiza que el valor de cotización del oro «depende de muchos factores, tales como como la situación geopolítica y las compras de oro de los bancos centrales de los países, por ejemplo”. Todo ello juega a favor del metal precioso.