Los inversores de fondos de private equity suelen comprometerse a un periodo de inversión de diez a doce años. Si la demanda de liquidez o la estrategia de su cartera cambian durante este periodo, recurren al mercado secundario de private equity. En opinión de Benjamin Böhner, presidente del Comité de Inversiones Bellevue Global Private Equity, esto genera oportunidades atractivas para los compradores secundarios, especialmente si las valoraciones de la cartera de un inversor primario han caído.
“El mercado secundario de private equity ha evolucionado a lo largo de los años, a menudo en respuesta a las cambiantes necesidades de liquidez de los inversores. Al principio, eran sobre todo los inversores de fondos primarios -los denominados «socios comanditarios» o «LP», por sus siglas en inglés- que deseaban liquidar parte de sus participaciones en el fondo por cualquier motivo los que recurrían al mercado secundario, pero éste también ha sido utilizado desde hace tiempo por los propios gestores de fondos de capital riesgo -los denominados «socios generales» o «GP», por sus siglas en inglés, para generar liquidez para sus inversores”, explica Böhner.
Este mercado secundario ha crecido constantemente a lo largo de los años. En los últimos diez años, su volumen de mercado ha aumentado a un ritmo anual de alrededor del 15%-17%. De hecho, el volumen de transacciones volvió a superar la barrera de los 100.000 millones de dólares en 2022, lo que convierte a 2022 en el segundo año más activo para los secundarios después de 2021.
Según las previsiones del experto de Bellevue AM, se espera que la actividad de transacciones siga siendo elevada en 2023, con estimaciones que oscilan entre 130.000 y 150.000 millones de dólares. Incluso se espera que el volumen anual de transacciones ascienda a 500.000 millones de dólares a medio plazo. El volumen anual de transacciones secundarias sigue correspondiendo a menos del 2% de todo el capital gestionado en capital inversión, en fondos de private equity primarios, que asciende a unos 8,7 billones de dólares según las últimas cifras del proveedor de datos Preqin.
“Los participantes en el mercado secundario tienen intenciones diversas, pero siempre deben considerarse en relación con la evolución del mercado primario, del mercado financiero en general y de la economía en general. El año pasado, los motivos básicos de los LP que acudieron al mercado secundario fueron la necesidad de aumentar la liquidez y el llamado efecto denominador. Los LP llevan varios años obteniendo flujos de caja netos negativos de sus inversiones en fondos del mercado primario. Las peticiones de capital de los GP superan la cantidad que se devuelve a los LP. Dado el entorno actual, se supone que los flujos de caja netos seguirán siendo negativos durante algún tiempo. En consecuencia, los LP recurren cada vez más al mercado secundario para obtener liquidez de sus inversiones en el mercado privado”, explica.
Inversores institucionales
Según la experiencia de Böhner, el efecto denominador es especialmente relevante para los inversores institucionales, ya que a menudo deben atenerse a normas estrictas en materia de asignación de activos. “Debido a las recientes turbulencias de los mercados financieros y a la tendencia a la baja de los precios de las acciones y (con la subida de los tipos de interés) de los bonos, la asignación relativa al private equity ha superado la ponderación máxima de cartera impuesta a muchos institucionales, aunque no hayan asignado activamente capital adicional a esta clase de activos. Para volver a situar las ponderaciones de las carteras dentro de los márgenes prescritos, muchos institucionales venden parte de sus inversiones en private equity en el mercado secundario”, añade.
En su opinión, los LP también utilizan cada vez más el mercado secundario como medio de gestión activa de la cartera. “Esto puede ser para afinar el enfoque de sus carteras, para ajustar las ponderaciones de las diferentes estrategias, o simplemente para prepararse para la próxima ronda de recaudación de fondos por parte de sus GP preferidos”, explica.
Además, considera que los GP también han descubierto el mercado secundario en los últimos años: en 2013, los GP solo representaban el 7% del volumen total del mercado secundario, pero, según datos de Greenhill, estas operaciones denominadas GP-led supusieron un considerable 48% del total de operaciones durante el año pasado. Esto se debe a dos razones:
“A menudo, los GP prefieren no vender una o varias de las empresas de su cartera sólo porque un vehículo del fondo se acerca al final de su mandato (especialmente si se espera que las empresas en cuestión aumenten de valor). En su lugar, estos GP tratarán de transferir estos activos a los llamados vehículos de continuación para que puedan seguir participando en estas empresas. Al organizar estas transacciones, los LP existentes tienen la opción de liquidar sus inversiones. Según Greenhill, los vehículos de continuación representaron nada menos que el 84% del volumen liderado por GP en 2022”, comenta Böhner.
Por último, afirma que, desde la perspectiva de un fondo secundario de private equity, es más probable que las cualidades descritas anteriormente se consigan dando a las participaciones de los LP una elevada ponderación en cartera.
Sobre los precios de mercado recientes, apunta que el mercado secundario en 2022 se distinguió por descuentos ocasionalmente significativos sobre el Valor Liquidativo (NAV). “En 2021, el precio medio de transacción seguía siendo equivalente al 97% del NAV, mientras que en 2022 esa cifra se redujo al 84%. En el segmento dirigido por LP, la cifra correspondiente fue aún más baja, del 81%. Si examinamos las estadísticas más de cerca, algunas de las operaciones dirigidas por GP se cerraron con una prima de hasta el 28% del valor liquidativo y el 59% de todas las dirigidas por GP se valoraron entre el 90 y el 99% del valor liquidativo. Sin embargo, sólo el 8% de las operaciones con participación de los LP se cerraron con una prima sobre el valor liquidativo; el 49% se situaron en una horquilla del 80-89% del valor liquidativo y el 24% se valoraron incluso por debajo del 80% del valor liquidativo. También parece que este segmento del mercado -que sigue representando la mayor parte del mercado secundario en términos de número de transacciones- seguirá ofreciendo las condiciones más atractivas para los compradores en un futuro próximo”, argumenta.
El tamaño del fondo se convierte en un problema
Según la opinión de Böhner, cuanto menor era el tamaño de la transacción, más favorable era el precio para los compradores. “Una observación que creemos que se debe principalmente al hecho de que cada vez más fondos secundarios dedicados gestionan volúmenes tan grandes que sólo pueden colocar el capital que reciben de los inversores en el momento oportuno centrándose en grandes transacciones. A medida que aumentan los volúmenes medios de los fondos, las rentabilidades previstas han disminuido, aunque en 2022 se produjo una pequeña tendencia contraria: el 20% de los inversores que compraron participaciones individuales de LP sólo estaban dispuestos a hacerlo si la rentabilidad mínima prevista superaba 1,9x (múltiplo monetario bruto). Esto es casi el doble que el año anterior. Sin embargo, un importante 72% de los compradores se mostraron satisfechos con rentabilidades objetivo de 1,5-1,9x, según Evercore”, concluye.