La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) se mostró ayer firme tras subir los tipos de interés en 25 puntos básicos y dejar claro que puede ser apropiado “cierto endurecimiento adicional” de la política monetaria para controlar la inflación. Según apuntan las gestoras en sus análisis de hoy, la decisión de seguir adelante con la subida es una señal de la confianza en su capacidad para contener la inestabilidad financiera y, al mismo tiempo, centrarse en controlar la inflación.
En opinión de Pablo Duarte, analista senior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch, la Fed no tenía otra alternativa que subir 25 puntos básicos. “Si el aumento hubiese sido mayor a los 25 puntos básicos, la Fed habría sorprendido los mercados al alta causando una baja en las valorizaciones y un estrés financiero adicional. Si no hubiese subido los tipos, habría enviado una señal de pánico a los mercados dando a entender que el sistema financiero sería más frágil de lo esperado. Además, habría debilitado la credibilidad que tanto se ha esforzado en recuperar”, señala.
Según Eva SUN-WAI, gestora del equipo de renta fija pública de M&G, si hubieran bajado a 0, habría sido una gran señal para los mercados de que la estabilidad financiera significaba algo más que la narrativa de aplastamiento de la inflación que han estado difundiendo durante buena parte de un año, y habría señalado que había más preocupaciones burbujeando bajo la superficie en el sector bancario. “De este modo, han reconocido que se trata de una señal de que una política monetaria más restrictiva se está filtrando en la economía, pero que aún no hemos hecho lo suficiente para aplastar la inflación hasta el objetivo. Tampoco es sorprendente que el BCE subiera 50 puntos básicos la semana pasada, ya que la Reserva Federal está más adelantada en su ciclo de subidas (supuestamente) y ha tenido una semana más para procesar toda la volatilidad que ha afectado a los mercados crediticios en los últimos días”, argumenta.
Sin duda, con este movimiento la Fed está siguiendo el modelo del BCE, subiendo los tipos pero adoptando un enfoque más prudente en cada reunión. “Podría haber hecho una pausa utilizando la actual tensión en el sistema bancario como una razón válida para tomarse un tiempo. Pero eso podría poner en tela de juicio su compromiso de controlar la inflación y dañar su credibilidad, un riesgo que los participantes en el FOMC decidieron no correr en este momento. En cambio, ahora el principal riesgo para la Reserva Federal es que esta subida resulte contraproducente, exacerbando aún más las preocupaciones sobre la inestabilidad financiera y alimentando las turbulencias del mercado”, explica Anna Stupnytska, macroeconomista global de Fidelity International.
Para Christian Scherrmann, U.S. Economist para DWS, la subida era previsible, por lo que considera que lo más relevante de la reunión fue que los banqueros centrales indicaron que el ciclo de subidas de tipos podría llegar pronto a su fin. “El discurso se ha centrado ahora en que puede ser apropiado cierto endurecimiento adicional de la política en lugar de subidas continuas. Los banqueros centrales tampoco aumentaron sus expectativas medias sobre el tipo terminal en 2023, sino que indicaron mantener los tipos un poco más altos a partir de entonces. En general, parece que los anteriores vientos en contra derivados de las condiciones financieras acabaron convirtiéndose en vientos de cola. Sin embargo, por el momento sigue siendo incierto hasta qué punto estos vientos de cola serán favorables”, reconoce Schermann.
Esto podría significar que la gran pausa que esperaba el mercado no se produzca hasta dentro de meses. “A medida que la crisis del sistema bancario continúa desarrollándose, creemos que la probabilidad de un escenario de aterrizaje forzoso ha aumentado drásticamente en los últimos días. La actual tensión en los mercados, síntoma de la magnitud y velocidad del endurecimiento de la política monetaria hasta la fecha, está extendiéndose a la economía real a través del canal del crédito bancario. La función de reacción de la Fed sigue siendo el factor determinante del camino a seguir a partir de ahora. Cualquier signo de relajación de las presiones inflacionistas y de enfriamiento de las restricciones del mercado laboral en las próximas semanas sería su tabla de salvación, que le permitiría ejecutar el tan esperado pivote y señalar el final del ciclo. Si la inflación sigue siendo elevada, es probable que la Fed intente continuar con la política de separación de herramientas para hacer malabarismos con la estabilidad de precios y la estabilidad financiera, tratando de convencer a los mercados de que no hay compromiso entre ambas. Pero dado el papel que desempeñan los mercados y el sentimiento en la transmisión de las políticas, esta disyuntiva está viva y coleando y, si se agudiza aún más, los mercados pondrán a prueba a la Fed hasta que parpadee y finalmente ejerza la put de la Fed”, añade Stupnytska.
Según Peter De Coensel, CEO de DPAM, el tipo de interés oficial terminal de EE.UU. debería alcanzarse en el segundo trimestre de 2023 y situarse entre el 5% y el 5,5% y los fondos de la Fed a 1 año, marzo de 2024, en el 4,75%. Además, sostienen que las estimaciones de los tipos de interés oficiales estadounidenses para marzo de 2025 se sitúan en el 3,48%, es decir, otros 5 recortes de tipos de 25 puntos básicos. “Recordemos que, a principios de 2022, nunca pensamos en subidas de tipos de 50 pb, y menos aún de 75 pb. Los hemos tenido todos en los últimos 12 meses. En ese sentido, un ciclo de acomodación también puede ser errático”, señala.
En opinión de Sun-Wai, hemos pasado de un aterrizaje suave a un aterrizaje duro: “Incluso antes del nerviosismo bancario, yo estaba firmemente convencido de que EE.UU. necesitaba una recesión para volver a situar la inflación en el 2%, dada la fortaleza del mercado laboral y la rigidez de la inflación. Que la Fed provoque o no directamente esa recesión es otra cuestión. La política monetaria actúa con retraso, pero el endurecimiento de las condiciones de préstamo por parte de los bancos probablemente haga parte del trabajo por ellos”.
“Subir los tipos de interés y, al mismo tiempo, mostrar una mayor cautela sobre las perspectivas refleja el continuo equilibrio de la Reserva Federal. Por un lado, los banqueros centrales tratan de gestionar las expectativas de inflación haciendo hincapié en su determinación constante de luchar contra la inflación, pero por otro lado deben reconocer que los riesgos de recesión han aumentado a medida que las tensas condiciones financieras y la tensión del sector bancario dificultan la economía”, añaden Tiffany Wilding, economista para América del Norte, y Allison Boxer, economista de PIMCO.
Llamada a la calma
Según los expertos, el segundo mensaje más relevante que dejó la Fed fue reiterar que el sistema bancario estadounidense es “sólido y resistente”. Aunque sí reconoció que es probable que los desarrollos recientes resulten en condiciones crediticias más estrictas para los hogares y las empresas y que pesen sobre la actividad económica, la contratación y la inflación. “El alcance de estos efectos es incierto”, aseguró en su comunicado.
Keith Wade, economista jefe y estratega de Schroders, recuerda que se había especulado con que la Fed haría una pausa o incluso recortaría los tipos en respuesta a la quiebra de Silicon Valley Bank y Signature Bank. “En su conferencia de prensa, el presidente Powell destacó las medidas adoptadas por la Fed, el Tesoro y la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) para respaldar el sistema bancario y garantizar una liquidez adecuada. Sin embargo, la decisión de seguir subiendo los tipos no ignora la situación del sector bancario. El comunicado de la Fed señala que las condiciones crediticias en la economía se verán endurecidas por los recientes acontecimientos y se suaviza el forward guidance, o las previsiones de futuras actuaciones, para decir que podría ser necesario ese endurecimiento adicional de la política en lugar de continuas subidas de tipos como decían en ocasiones anteriores”, afirma Wade.
Según su análisis de la reunión, Wade considera que Powell también dejó claro que el banco central había reducido sus planes de endurecimiento como consecuencia de las quiebras. “Dijo que la crisis bancaria equivalía a una subida de tipos o posiblemente más. Sin embargo, también señaló los decepcionantes datos sobre la inflación que habían sustentado su tono agresivo antes de estos acontecimientos. De ello se deduce que, de no haberse producido los acontecimientos en el sector bancario, la Reserva Federal habría subido los tipos 50 puntos básicos”, añade.
En este sentido, David Kohl, economista jefe de Julius Baer, destaca que el presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoció que las recientes grietas en el sistema bancario estadounidense tienen el potencial de ralentizar el crecimiento económico a través de un endurecimiento de las condiciones crediticias. “Esperamos que la Fed haga más hincapié en las condiciones crediticias como principal mecanismo de transmisión entre la subida de los tipos de interés, la ralentización del crecimiento de la demanda y, por último, el descenso de las tasas de inflación en el futuro”, comentan.
Según los expertos de PIMCO, las tensiones del sector bancario frenarán la actividad económica, la demanda y, en última instancia, la inflación, por lo que la Reserva Federal tendrá que hacer menos para endurecer suficientemente las condiciones financieras. “En consecuencia, es probable que la Fed se haya acercado al final del ciclo de subidas. Sin embargo, observamos que mantener la política monetaria en niveles restrictivos no es lo mismo que iniciar el proceso de normalización o incluso de relajación de la política monetaria. De hecho, el calendario y la velocidad de cualquier ciclo de recorte de tipos dependerán de cómo evolucionen con el tiempo la inflación y los riesgos para la estabilidad financiera”, matizan.
En opinión de De Coensel, dado el conjunto de factores de riesgo que existen (desde la geopolítica hasta el endeudamiento estructural), un océano de deuda combinado con unos tipos de interés demasiado altos para su propósito puede tener un impacto impredecible y variable. “Ya hemos asistido a la quiebra de varios bancos estadounidenses. Uno de los elementos que provocó su desaparición fue la fuerte subida de los tipos del Tesoro. Sin embargo, el riesgo de concentración, las malas prácticas de gestión de los activos y la capacidad de los depositantes para transferir depósitos con un solo clic fueron los principales culpables de estas retiradas masivas de depósitos bancarios”, afirma.
Según Duarte, en las próximas semanas los ojos estarán puestos en las condiciones financieras, que ya se han estrechado significativamente lo que podría significar un freno adicional a la economía real. “Es de esperar que sigan saliendo a flote aquellas inversiones que solo eran rentables con una marea de dinero barato. Qué tan grande puedan ser los daños colaterales estará por verse. Las turbulencias en el sector bancario muestran el tan tematizado aterrizaje suave, es decir frenar la inflación sin provocar una recesión, es cada vez más difícil de lograr”, defiende.
Por otro lado, Callie Cox, analista de inversiones de eToro, apunta que la preocupación de la Fed por el aumento de inflación sigue siendo evidente, un escenario que, en su opinión, los mercados han descontado demasiado en los últimos días. “Si los problemas del sistema bancario no afectan al crecimiento, la Fed podría verse obligada a mantener los tipos al alza durante más tiempo. Es reconfortante que la Fed crea que puede manejar la crisis bancaria. Pero ahora, la operación que ha mantenido unidos a los mercados durante los titulares bancarios podría deshacerse por sí sola”, afirma Cox.
Una preocupación que obligará a la Fed, según Kohl, a volver a subir los tipos en su próxima reunión de mayo, con el fin de recuperar sus credenciales de lucha contra la inflación. “Esperamos que la Fed suba los tipos otros 25 puntos básicos en la próxima reunión antes de dar por concluido el ciclo de endurecimiento monetario”, reconoce.
Según Paul O’Connor, responsable de multiactivos de Janus Henderson, aunque el presidente subrayó que el Comité no esperaba recortar los tipos de interés este año, los mercados financieros están valorando una perspectiva más pesimista. O’Connor indica que las expectativas de tipos de interés para finales de 2023 y para el próximo año se redujeron entre 15 y 30 puntos básicos tras la declaración de la Reserva Federal. Mientras que la valoración del mercado sugiere ahora que el ciclo de subidas en EE.UU. está más o menos acabado, con una subida más de 25 puntos básicos en mayo considerada como una posibilidad al 50% y tres recortes para la segunda mitad de este año.
“Los retos que tiene por delante la Reserva Federal siguen siendo formidables. Con la tasa de desempleo cerca de su nivel más bajo en 50 años y una inflación que desciende con bastante lentitud, muchos economistas creen que son necesarias nuevas subidas de tipos. Sin embargo, como ilustran las recientes oscilaciones de los mercados de renta fija, la incertidumbre sobre las perspectivas económicas rara vez ha sido mayor. Las opiniones están muy divididas sobre el impacto futuro del endurecimiento monetario del año pasado, el ciclo de subidas más agresivo en cuatro décadas. El impredecible impacto potencial de la evolución del sistema bancario no hace sino aumentar la confusión. A medida que el crecimiento se ralentiza y se materializan inevitablemente las fragilidades del final del ciclo, la Reserva Federal puede esperar razonablemente que el endurecimiento de las condiciones de préstamo en el sector bancario y en los mercados de crédito refuerce la influencia restrictiva de unos tipos de interés más altos sobre el crecimiento. La evidencia de tensiones en el sector financiero es un factor de cambio para la política monetaria y una clara señal de que este frenético ciclo de subida de tipos en EE.UU. está más o menos acabado”, concluye el experto de Janus Henderson.