La demanda mundial por los ETFs se ralentizó en febrero, con entradas de 14.900 millones de euros. Según los datos de Amundi, se trata de la asignación más baja desde abril de 2022. La gestora destaca que la renta variable sumó 7.200 millones de euros, mientras que la renta fija registró entradas de 4.000 millones, “posiblemente como reflejo de la inquietud de los inversores por la evolución de los tipos de interés”.
Los datos muestran que los inversores europeos aportaron 6.800 millones de euros, mientras que los estadounidenses asignaron 6.100 millones, rompiendo la tendencia a largo plazo de que el mercado norteamericano suele ser varias veces mayor que el europeo. “La estrategia más popular fueron los bonos ultracortos, que ganaron 10.000 millones de euros el mes pasado e ilustran la actitud de esperar y ver de los inversores respecto a la deuda. Las estrategias blend registraron las salidas más significativas, con 10.000 millones de euros en febrero”, destacan desde Amundi.
Flujos europeos
En el caso de los flujos europeos, los ETFs UCITS de renta variable sumaron 5.900 millones de euros, con la renta variable de mercados emergentes añadiendo 4.600 millones de euros. “Dentro de esta asignación, los índices generales de mercados emergentes resultaron populares, con entradas de 3.900 millones de euros”, destacan desde Amundi. Por su parte, la renta variable europea de mercados desarrollados ganó 2.400 millones de euros, mientras que la estadounidense registró salidas por valor de 2.700 millones de euros.
En cuanto a las estrategias, los inversores retiraron 1.000 millones de euros de las estrategias de volatilidad mínima y 500 millones de euros de las estrategias de calidad, “posiblemente como reflejo de un retorno al apetito por el riesgo de la renta variable”, matizan.
Del total de 5.900 millones de euros asignados a renta variable, 3.200 millones se destinaron a estrategias ESG, mientras que 2.700 millones se destinaron a productos tradicionales. Al igual que el mes pasado, los mercados emergentes ESG fueron la estrategia más popular, con 1.500 millones de euros, lo que equivale a alrededor de un tercio de la asignación total a estrategias de renta variable de mercados emergentes.
En el caso de la renta fija, en febrero, los inversores sólo añadieron 500 millones de euros a los ETF UCITS, lo que, según Amundi, “refleja la incertidumbre sobre la dirección de los tipos de interés”. Según muestran los datos, la deuda corporativa resultó ser más popular, ya que los inversores añadieron 1.200 millones de euros a bonos investment grade y retiraron 1.100 millones de euros de bonos soberanos. “En particular, los inversores añadieron 500 millones de euros a los bonos corporativos denominados en euros y retiraron 1.400 millones de euros de los bonos soberanos denominados también en euros. La renta fija ESG ganó 1.100 millones de euros este mes, siendo los bonos corporativos Investment Grade la estrategia más popular (700 millones de euros). En cambio, los inversores retiraron 600 millones de euros de os productos tradicionales de renta fija”, concluyen desde Amundi.