Los bonos convertibles contingentes, conocidos como CocCos o Capital Adicional de Nivel 1 (AT1 en inglés), están estos últimos días de moda tras el rescate de Credit Suisse. La operación de las autoridades regulatorias suizas para salvar al banco, en una decisión sin precedentes, centró las pérdidas en estos instrumentos. En definitiva, el segmento de CoCos europeos esta cayendo en los últimso días, tras llevarse por delante los 17.000 millones de dólares en estos instrumentos emitidos por Credit Suisse. El valor total del mercado de cocos se estima en 250.000 millones de dólares.
Se trata de bonos híbridos, es decir, es un producto entre deuda y capital, ya que las emisiones pagan un interés al inversor y tienen capacidad de absorción de pérdidas. Su principal característica es que estos bonos pueden convertirse en acciones de la empresa o la entidad emisora en el caso de que la ratio de capital CET1 descienda por debajo de un nivel determinado.También puede activarse mediante indicadores vinculados a la economía, desempeño de la empresa, etcétera, sin olvidar que las autoridades regulatorias pueden activar el nivel de forma unilateral si consideran que es necesario para la viabilidad del banco a largo plazo.
Se trata de instrumentos perpetuos ya que no cuentan con un vencimiento determinado, como ocurre con cualquier otro bono. Eso sí, el emisor se reserva el derecho de rescatar el bono tras un periodo concreto desde su emisión, que normalmente son cinco años. El pago del cupón de este tipo de emisiones puede ser cancelado a instancia del emisor, sin que sea acumulable. Este tipo de emisiones de bonos está dirigidas exclusivamente a inversores institucionales.
Para atraer inversores, las emisiones de cocos suelen ofrecer una elevada rentabilidad en comparación con otros productos. Eso sí, el abono de los cupones es discrecional, ya que la entidad puede decidir de modo unilateral no proceder al pago del cupón. Banco Santander fue, en febrero de 2019, la primera entidad europea en no rescatar a los cinco años una emisión de CoCos. La razón, por aquel entonces, era que no estaba del todo claro que en ese momento amortizar esa emisión de 1.500 millones de euros y realizar una nueva emisión supusiera un ahorro para el banco.
Las entidades financieras comenzaron a lanzar al mercado este tipo de emisiones a partir de 2013, tras la publicación del Reglamento de la Unión Europea 575/2013 (CRR), y de la Directiva de Recuperación y Resolución Bancaria (BRRD). La finalidad era reforzar los niveles de capital de las entidades y con ello trabajar para evitar una crisis bancaria similar a la que estalló en 2008. Por lo tanto, los CoCos han sido uno de los principales instrumentos utilizados por las entidades en su recapitalización.