La pandemia continúa creando efectos en cadena sobre la economía mundial. Hemos pasado de un crecimiento nulo en 2020 a un crecimiento rápido en 2021 y a un crecimiento lento en 2022, y todo apunta a que, en 2023, asistiremos a recesiones en Estados Unidos, Europa y el Reino Unido, con China por debajo de la tendencia esperada, durante al menos una buena parte de 2023. Esperamos que los rendimientos de los bonos suban de cara a 2023 antes de emprender una senda descendente, junto con la inflación, a medida que avance el año.
En el caso de la renta variable, la contracción de los múltiplos impulsada por el aumento de los rendimientos de los bonos ha caracterizado la primera parte de este mercado bajista. La segunda fase de los mercados bajistas suele venir marcada por una recesión de los beneficios, y esperamos que este escenario se convierta en realidad, sobre todo a principios de 2023.
Sin embargo, creemos que el impacto en las infraestructuras debería ser moderado, sobre todo en el caso de los activos regulados, donde las empresas generan sus flujos de caja, beneficios y dividendos a partir de sus bases de activos subyacentes. Nuestras previsiones apuntan a que esas bases de activos aumentarán durante los próximos años. En consecuencia, los beneficios ligados a las infraestructuras nos parecen mejor protegidos que los de la renta variable mundial.
La mayoría de las empresas de infraestructuras ven cómo la inflación afecta a sus ingresos o beneficios. Los activos regulados, como los servicios públicos, sufren ajustes en sus beneficios permitidos regulados de acuerdo con los cambios en los rendimientos de los bonos con el tiempo. A medida que aumentan los rendimientos reales, las empresas de servicios públicos parecen preparadas para obtener buenos resultados (Gráfico 1), y actualmente hemos variado nuestras carteras de infraestructuras para adaptarnos a esta situación.
Las empresas de servicios públicos, preparadas para obtener buenos resultados
Gráfico 1: Rendimiento real a 10 años de EE. UU. frente a la relación precio/beneficios (PER) de las empresas de servicios públicos
A 31 de octubre de 2022
Fuentes: ClearBridge Investments, Bloomberg Finance. La rentabilidad pasada no es un indicador ni una garantía de los resultados futuros.
Como resultado, los cambios en la inflación y en los rendimientos de los bonos no suelen afectar a las valoraciones subyacentes de los activos de infraestructuras. Sin embargo, hemos visto cómo la volatilidad del mercado de renta variable asociada a unos rendimientos más elevados de los bonos repercutía en los precios de los títulos de infraestructuras cotizados, haciéndolos más atractivos en comparación con las valoraciones de las infraestructuras no cotizadas en los mercados privados.
Además de su atractivo relativo frente a la renta variable, creemos que las infraestructuras deberían beneficiarse de varios factores macroeconómicos en 2023 y años posteriores. En primer lugar, la seguridad energética está impulsando las políticas a nivel mundial, y será necesario construir una cantidad significativa de infraestructuras para alcanzar la seguridad energética. Los altos precios del gas y las limitaciones de suministro provocadas por la guerra entre Rusia y Ucrania han puesto de manifiesto la importancia de la seguridad energética y la inversión en energía. Esto favorece las infraestructuras energéticas, sobre todo en Europa, donde se necesita capacidad adicional para suplir el suministro ruso de petróleo y gas, y en Estados Unidos, donde se están poniendo en marcha nuevas explotaciones, en parte para satisfacer la nueva demanda de Europa.
Por cuanto respecta al transporte, los cambios en las rutas comerciales y los ajustes en las cadenas de suministro para acercar la producción a casa, ya sea mediante la relocalización o la deslocalización próxima, están impulsando la demanda de nuevas infraestructuras de transporte. Los aeropuertos siguen luchando por recuperar los niveles de pasajeros anteriores a la pandemia, tendencia que probablemente se verá interrumpida por una recesión mundial en 2023. Además, el sector se enfrenta a cambios en tendencias a largo plazo, como es el caso de los viajes de negocios. La infraestructura de comunicaciones sigue desplegando el 5G, desarrollando la tecnología 6G y trabajando para reducir la latencia de la red, lo que da lugar a importantes inversiones en negocios de torres inalámbricas, generalmente realizadas con contratos a largo plazo ligados a la inflación. Sin embargo, a corto plazo, el aumento de los costes de los intereses está afectando a la cuenta de resultados.
Descubra el potencial de invertir en Infraestructuras aquí.
¿CUÁLES SON LOS RIESGOS?
La rentabilidad pasada no es un indicador ni garantía de la rentabilidad futura. Tenga en cuenta que los inversores no pueden invertir directamente en un índice. La rentabilidad de los índices no gestionados no refleja las comisiones, los costes ni los gastos de venta.
Los valores de renta variable están sujetos a variaciones en los precios y a una posible pérdida del capital. Los valores de renta fija conllevan riesgos de tipo de interés, crédito, inflación y reinversión, así como una posible pérdida del capital. A medida que los tipos de interés aumentan, el valor de los títulos de renta fija disminuye. Las inversiones internacionales están sujetas a riesgos especiales, entre los que se incluyen el riesgo de fluctuaciones cambiarias y de incertidumbre social, económica y política, los cuales podrían generar un aumento de la volatilidad. Estos riesgos son más acentuados en los mercados emergentes. Las materias primas y las divisas acarrean un mayor riesgo, que abarca las condiciones del mercado, políticas, normativas y naturales, y pueden no ser adecuadas para todos los inversores.
El Tesoro de EE. UU. está formado por obligaciones de deuda directa emitidas y respaldadas por la solvencia y el crédito del gobierno estadounidense. El gobierno de EE. UU. garantiza los pagos de principal e intereses ligados al Tesoro estadounidense si se mantienen los valores hasta su vencimiento. A diferencia de los valores del Tesoro de EE. UU., los valores de deuda emitidos por agencias y organismos federales, así como las inversiones relacionadas, pueden estar o no respaldados por la solvencia y el crédito del gobierno estadounidense. Si bien el gobierno estadounidense garantiza los pagos de principal e intereses correspondientes a los valores, dicha garantía no se aplica a las pérdidas derivadas del descenso del valor de mercado de dichos valores.